Entonces el Señor dijo: “Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo... y he oído su clamor... pues he conocido sus sufrimientos. Yo he descendido para librarlos... y para sacarlos...a una tierra buena y amplia, una tierra que fluye leche y miel... ”(Éxodo 3: 7-8)

El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), reunido en Bossey (Suiza), del 12 al 17 de noviembre de 2021, recuerda el legado del CMI, desde las primeras etapas de su formación y su participación en la primera consulta ecuménica mundial sobre racismo en 1939, a través del Programa de Lucha contra el Racismo, hasta el reciente establecimiento de un programa transversal para superar el racismo, la discriminación racial y la xenofobia. Lamentamos la persistencia y el resurgimiento de los obstáculos del racismo y la xenofobia y de la discriminación y la intolerancia que de ellos se derivan, y reafirmamos el compromiso de la comunidad ecuménica mundial con la igualdad de la dignidad humana y con los derechos de todas las personas, como hijos e hijas de Dios, creados a su imagen, y sin distinción alguna basada en el color de la piel, la raza o la etnia, entre otros aspectos.

El Comité Ejecutivo reconoce que, durante siglos, los afrodescendientes han sido víctimas del racismo, la discriminación racial, la xenofobia, la afrofobia, la esclavización y la denegación de muchos de sus derechos; y destaca que el Decenio Internacional para los Afrodescendientes (del 1 de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2024) requiere que la comunidad internacional preste atención a la historia y a la permanente lucha de las personas afrodescendientes. La reciente conferencia sobre África y la Diáspora Africana, que tuvo lugar en línea, del 23 al 29 de octubre de 2021, en torno al tema “África y la diáspora africana. Desde Manchester en 1945 hasta el Renacimiento panafricano: el viaje común – Pasado, presente y futuro", también ha aportado nuevas perspectivas y ha impulsado la participación ecuménica en este ámbito.

En consecuencia, y tras la reciente introducción del nuevo programa transversal del CMI en la materia, el Comité Ejecutivo acoge con satisfacción la creación, en virtud de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (A/Res/75/314, del 2 de agosto de 2021) de un Foro Permanente de Afrodescendientes. Creado como mecanismo consultivo para las personas afrodescendientes y otras partes interesadas pertinentes, como plataforma destinada a mejorar la seguridad y la calidad de vida y los medios de subsistencia de los afrodescendientes y como órgano asesor del Consejo de Derechos Humanos, el Foro Permanente tiene, entre otros, el mandato de:

  • Contribuir a la plena inclusión política, económica y social de los afrodescendientes en las sociedades en las que viven, en pie de igualdad con los demás ciudadanos y sin discriminación de ningún tipo, y contribuir a garantizar el disfrute en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos; y
  • proporcionar asesoramiento especializado y recomendaciones para combatir todos los flagelos del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia y todas sus formas y manifestaciones contemporáneas a las que se ven confrontas las personas afrodescendientes y que les impiden lograr la realización y el disfrute plenos y efectivos de todos sus derechos humanos y libertades fundamentales.

Reconocemos que la creación de este Foro Permanente es un hito en la lucha contra la injusticia racial. Al mismo tiempo, somos conscientes de las dudas y resistencias de algunos países ante la perspectiva de impulsar propuestas que podrían comprometerles de forma sistemática a abordar las desigualdades e injusticias históricas cometidas en los últimos siglos, y cuya promoción constituye la finalidad de este nuevo Foro Permanente. Por ello, en calidad de comunidad de iglesias, invitamos a dichos países a participar en este nuevo espacio donde proseguir las reflexiones y ofrecer reparación con una renovada disposición ante las distintas formas de profundizar en este diálogo, con el fin de avanzar hacia la justicia y la reconciliación.

Es más, reconocemos que, de no ser por el legado de afrodescendientes que han vivido en consonancia con su fe y con su visión de la dignidad humana y de los derechos humanos –a menudo, pagando el precio de una muerte prematura–, no se hubiese planteado la creación de este Foro Permanente. Ese legado y la reacción a la tragedia de George Floyd y a tantas otras tragedias de vidas negras perdidas han sido los catalizadores que han logrado que el Foro Permanente no sea aún un asunto de debate, sino una realidad.

Por ello, el Comité Ejecutivo recomienda el Foro Permanente de Afrodescendientes a las iglesias miembros y asociados del CMI, en calidad de espacio de promoción y colaboración para lograr el respeto de la dignidad y de los derechos que Dios ha otorgado a las personas afrodescendientes, en plena igualdad y sin discriminación.