Ya cerca de la ciudad, Jesús lloró al verla, y dijo: “¡Ah, si por lo menos hoy pudieras saber lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos» (Lucas 19:41-42)

En las últimas semanas, el Consejo Mundial de Iglesias  ha observado una serie de acontecimientos en Palestina e Israel que indican un deterioro de la situación en la región, emblemática de las múltiples formas en que la continua ocupación militar de los territorios palestinos impide que se logre una paz justa entre los pueblos de la Tierra Santa, deterioro que se vio agravado por la pandemia de la COVID-19 y las respuestas a la misma que redundaron en más restricciones del espacio de acción de la sociedad civil en la región.

Frente a esos acontecimientos, jefes de iglesias de la región plantearon su preocupación por los asentamientos y las actividades de los colonos que son apoyadas por las autoridades en lugares sagrados de la ciudad vieja de Jerusalén Este, los cambios en el statu quo, las amenazas a la identidad multirreligiosa de Jerusalén, el desplazamiento de palestinos de su hogar y la restricción de actividades culturales de comunidades palestinas.

Calificación de “terroristas” a organizaciones palestinas de derechos humanos

Durante mucho tiempo, la sociedad civil palestina, junto con algunas organizaciones internacionales de dicha sociedad, ha sido blanco de medidas que reducen su campo de operación.  Más recientemente, el Ministro de Defensa de Israel tachó de organizaciones terroristas a seis grupos palestinos de derechos humanos y de la sociedad civil, incluidas organizaciones que trabajan por los derechos del niño y de la mujer, a pesar de que no se haya presentado prueba alguna que justifique esa acción. La mayoría de las organizaciones israelíes de derechos humanos condenó esa acción. 

Esa calificación infundada es un ataque al movimiento de los derechos humanos de Palestina y a los derechos humanos de todas partes. Silenciar esas voces es incompatible con los principios de la democracia, los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. La legislación antiterrorista no debe usarse para socavar las libertades civiles y restringir la legítima labor de las organizaciones de derechos humanos.

Asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada y desplazamiento forzado de palestinos en Jerusalén

Otro acontecimiento preocupante es que las autoridades israelíes hayan avanzado planes para construir más de 3.100 casas nuevas en asentamientos judíos de la Cisjordania ocupada. El comité de planificación dio la aprobación final de 1.800 unidades de vivienda y la aprobación preliminar de otras 1.344. Además de ser contraria al derecho internacional y al IV Convenio de Ginebra, esa expansión socava las esperanzas del fin de la ocupación y de un futuro justo y pacífico para ambos pueblos.   

Además, alrededor de 300 palestinos residentes de 28 familias siguen siendo amenazados de desalojo y desplazamiento forzado de su hogar en el barrio de Sheij Yarrah, Jerusalén Este, donde viven desde 1956 en virtud de un acuerdo entre la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA) y el Reino Hachemita de Jordania.

Ataques durante la cosecha de olivos

La temporada de la cosecha de olivos siempre es difícil para muchas familias palestinas, pues a menudo sufren a causa del acoso y el vandalismo de colonos israelíes. Hasta la fecha, cuando dicha cosecha todavía está en curso, ha habido 28 incidentes registrados en esta temporada. En total fueron dañados o destruidos 1.415 olivos y cientos de kilos de olivas fueron robados. En un notable incidente violento, colonos israelíes agredieron con aerosoles de pimienta a miembros de la comunidad palestina de Awarta y a voluntarios de la organización Rabinos por los Derechos Humanos. 

Cierre de eventos eclesiásticos

Otra medida que contribuyó a la reducción del espacio de la sociedad civil fue la decisión del Ministro de Seguridad Pública de Israel de cerrar un evento cultural de la iglesia en Jerusalén Este. Dicho evento tenía por objetivo mejorar el bienestar psicológico de niños palestinos y también sus mecanismos de resiliencia. El ministro intentó justificar esa medida alegando que esos eventos son financiados por la Autoridad Palestina, lo que fue negado por los organizadores y tampoco se presentó ninguna prueba que respaldara esa acusación.

El Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI) y la COVID-19

En ausencia de visitantes internacionales, peregrinos y acompañantes ecuménicos, los ataques de colonos en Cisjordania aumentaron significativamente. Según asociados de la ONU, el PEAPI ha sido la única presencia internacional de protección y carácter consistente en Cisjordania. Hasta la pandemia de la COVID-19, el PEAPI contaba en el terreno con el mayor número de observadores de todas las organizaciones internacionales que trabajan en Palestina e Israel. Tras la reciente reapertura de las fronteras israelíes, se está planificando el regreso de acompañantes ecuménicos internacionales.

También oramos por un aumento del número de peregrinos y visitantes a la Tierra Santa que además alentamos para que sirvan de testimonios cristianos y para mejorar la economía palestina a fin de contribuir a que se mantenga estable y próspera tras dos años de crisis económica.

Oración y acción por una paz justa en la Tierra Santa

El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias reunido en Bossey, Suiza, del 12 al 17 de noviembre de 2021, apela una vez más a la conciencia del mundo frente a la incesante ocupación militar de los territorios palestinos, la marginación y el bloqueo en curso de las legítimas aspiraciones palestinas por la igualdad de la dignidad y los derechos humanos. Una paz justa y sostenible en la Tierra Santa no se puede construir con la violencia y la injusticia. Una vez más, llamamos a todos los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a orar y actuar para mantener viva la esperanza de paz, justicia, dignidad y derechos de palestinos e israelíes por igual y por una solución pacífica en la región de conformidad con el derecho internacional.