¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el SEÑOR? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.

(Miqueas 6:8)

Para el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias, reunido en Abuja (Nigeria) del 8 al 14 de noviembre de 2023, los encuentros con las iglesias y el pueblo de Nigeria, la nación más poblada de África y la mayor economía del continente, han sido fuente de inspiración. Nigeria ha aportado numerosos y preciados dones a la comunidad mundial, en literatura, música y cultura; y cada vez hay más nigerianos y nigerianas que asumen funciones de liderazgo en la comunidad internacional. La asombrosa diversidad cultural, lingüística y religiosa de Nigeria, combinada con su joven demografía (más del 60% de la población tiene menos de 24 años) ofrece una dinámica mezcla de tradición y energía creativa. Además, la resiliencia y el sentido del humor de los nigerianos para afrontar sus múltiples retos infunden esperanza en medio de las crisis y dificultades del mundo.

Las iglesias de Nigeria reflejan esta diversidad, dinamismo y resiliencia a través de sus variadas expresiones y ministerios, y el Comité Ejecutivo ha sido bendecido con la oportunidad de unirse en culto y comunidad con una amplia variedad de familias eclesiásticas de Nigeria.

El Comité Ejecutivo del CMI:

  • celebra la calidad de las relaciones ecuménicas en Nigeria, especialmente las establecidas a través del Consejo Cristiano de Nigeria (CCN) y de la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN), y
  • afirma el fiel compromiso de las iglesias nigerianas con el diálogo y la cooperación interreligiosos con la comunidad musulmana nigeriana y sus instituciones.

Reunido en Nigeria nueve meses después de las elecciones presidenciales del 25 de febrero de 2023, el Comité Ejecutivo:

  • acoge con satisfacción todos los esfuerzos del gobierno para abordar tanto las preocupaciones de los cristianos como las de los musulmanes, y
  • alienta al gobierno a seguir el camino de la inclusión, buscando la paz, la seguridad, la prosperidad, la dignidad y la justicia para todos los nigerianos, independientemente de su religión, etnia, lengua, condición social o cualquier otra característica.

Tan grandes como sus múltiples ventajas y fortalezas son los retos que afronta Nigeria y los obstáculos a la inclusión y la dignidad de toda su población. Asimismo, en el contexto regional de Nigeria, muchos de los países vecinos o cercanos sufren crisis que afectan a la totalidad de la región. En los últimos tres años, la región ha experimentado un aumento significativo de los golpes militares, a raíz de los cuales los militares han tomando el poder en Gabón, Níger, Burkina Faso, Sudán, Guinea, Chad y Malí. Además, la violencia y la inseguridad se han vuelto endémicas en amplias franjas de la región del Sahel debido a los ataques de grupos extremistas armados. Los desplazamientos y la inestabilidad de la región se ven exacerbados por el creciente deterioro medioambiental y la desertificación provocados por el cambio climático. Los continuos conflictos y tensiones en Etiopía, y especialmente la catástrofe humanitaria derivada del conflicto interno en Sudán, exigen la atención y el compromiso de la comunidad internacional.  Tras siete meses de guerra, más de la mitad de la población sudanesa necesita ayuda humanitaria, y la violencia contra los civiles en Sudán —que incluye la violencia sexual y de género, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias y las graves violaciones de los derechos humanos y de los derechos de la infancia— ha sido calificada por las Naciones Unidas como “rayana en la pura maldad”.

El Comité Ejecutivo:

  • hace un llamado a la comunidad internacional, incluidas las iglesias del mundo, para que no se olviden de Sudán y del continente africano, y respondan a las urgentes necesidades humanitarias de la población de la región, apoyen y acompañen la búsqueda de la justicia y la paz sostenible en los países afectados por los conflictos, y trabajen en pos de la gobernanza democrática en toda la región. 
  • Insta asimismo a todos los jefes de Estado de la Unión Africana (UA) a esforzarse en cumplir su promesa de silenciar todas las armas en África para 2030, tal y como prometieron en la Agenda 2063 de la UA: el África que queremos.

Durante su estancia en Nigeria el Comité Ejecutivo del CMI ha escuchado los dolorosos testimonios de los representantes de las iglesias sobre la inseguridad, la violencia, los desplazamientos forzosos y la persecución que padecen los cristianos en el norte de Nigeria y en otras partes del país. Los brutales atentados y secuestros perpetrados por quienes se autodenominan islamistas —grupos extremistas como Boko Haram y la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP)— se ceban especialmente con los cristianos por su fe, si bien tanto cristianos como musulmanes sufren la violenta depredación de “bandidos” criminales. La grave inseguridad no afecta solo al norte de Nigeria, también a algunas zonas del sureste del país. Los menores y las mujeres sufren especialmente en estos contextos de violencia e inseguridad endémicas generalizadas.

El Comité Ejecutivo: 

  • hace un llamado al gobierno y a las autoridades nigerianas para que se esfuercen al máximo por llevar la seguridad y la estabilidad a las comunidades afectadas, perseguir a los infractores, cooperar con las autoridades de los países vecinos para resolver los problemas transfronterizos, apoyar a las personas desplazadas por la violencia y el miedo a la violencia y devolverlas a sus hogares en condiciones de seguridad y dignidad, y garantizar la libertad de religión o de creencias a todos los nigerianos por igual, de conformidad con la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos.
  • alienta todas las iniciativas ecuménicas e interreligiosas en favor de la paz y la cohesión social en Nigeria, subrayando la especial importancia en este contexto del Centro Internacional para la Paz y la Armonía Interreligiosas (ICIPH), en Kaduna, y del Consejo Interreligioso de Nigeria (NIREC).

El Comité Ejecutivo también es plenamente consciente de la extrema desigualdad económica que impera en Nigeria y de la creciente lucha diaria por la subsistencia que deben librar muchos nigerianos, mientras la riqueza y los privilegios se acumulan en manos de la élite social. Paralelamente, varios informes recientes indican que una proporción considerable población de Nigeria está desnutrida, lo que representa una grave crisis de hambre para la nación.

El Comité Ejecutivo: 

  • insta al Gobierno de Nigeria a esforzarse más en reparar estas injusticias económicas y aliviar las penurias de las personas y comunidades más pobres y vulnerables de Nigeria, especialmente tras la retirada de la subvención del combustible, una reforma necesaria pero que ha agravado las dificultades de quienes viven en la pobreza.

Resulta amargamente irónico que los habitantes de Ogoniland y de otras partes del Delta del Níger —de cuyas tierras se extrajo gran parte de la riqueza petrolera de Nigeria— sigan figurando entre sus comunidades más pobres y vulnerables, viviendo en un entorno devastado por los vertidos de petróleo y la contaminación de la industria petrolera, y aún a la espera, tras varias décadas, de obtener remedio o compensación. Recordando la ejecución de Ken Saro-Wiwa hace 28 años por encabezar las protestas contra los vertidos de petróleo y la marginación de su pueblo, el Comité Ejecutivo:

  • apela al Gobierno y a las autoridades de Nigeria a aplicar plenamente y sin más demora las recomendaciones del Informe del PNUMA de 2011 sobre la evaluación ambiental de Ogonilandia;
  • exige que Shell —la empresa cuyas operaciones provocaron esta devastación— restituya íntegramente los daños medioambientales, económicos y sociales causados a las comunidades afectadas de Ogoniland y de todo el Delta del Níger.

Nigeria sigue siendo un país productor de petróleo. Sin embargo, sus habitantes y comunidades también se ven gravemente afectados por la aceleración del cambio climático resultante del consumo de combustibles fósiles a escala mundial. El norte de Nigeria está registrando olas de calor más graves y más prolongadas y precipitaciones más irregulares, lo que impulsa la desertificación. Sequías extremas, inundaciones, deforestación y desertificación, escasez de alimentos y competencia por los recursos afectan a muchas zonas del país. Debido al aumento del nivel del mar derivado del calentamiento global, muchas zonas costeras de Nigeria —especialmente el Delta del Níger— son cada vez más vulnerables a inundaciones más frecuentes y más destructivas.

El Comité Ejecutivo: 

  • destaca la difícil situación de las personas y comunidades más pobres y vulnerables de Nigeria, que no han sido responsables del aumento exponencial de las emisiones de CO2 derivadas del consumo de combustibles fósiles, ni se han beneficiado de la riqueza generada por la industria de dichos combustibles, pero se encuentran entre quienes sufren los peores efectos de la crisis climática mundial;
  • pide a quienes apoyan la industria petrolera en Nigeria o invierten en ella que asuman su responsabilidad por los numerosos daños causados a la población y a las comunidades del país.

Mientras Nigeria se prepara para acoger la 12ª Asamblea General de la Conferencia de Iglesias de Toda el África (AACC), que coincide con el 60º aniversario de la fundación de la AACC en calidad de consejo ecuménico del continente africano, el Comité Ejecutivo del CMI:

  • celebra la contribución nigeriana a la búsqueda de la unidad de los cristianos en la región y en todo el mundo, y
  • ora por todos los delegados que asistirán a la próxima Asamblea General de la AACC, para que sigan buscando la justicia, la reconciliación y la unidad entre las iglesias, así como entre los pueblos y las naciones del continente.

El Comité Ejecutivo del CMI concluye su reunión en Nigeria más fuerte y más capaz gracias al amor, la alegría, la creatividad, la energía y la resistencia de esta nación. Oramos por las iglesias, el pueblo y las autoridades de Nigeria, para que su inmenso potencial se libere del yugo múltiple de la violencia, la inseguridad, la persecución, la injusticia, la pobreza, la corrupción, la degradación medioambiental y los traumas no sanados. Invitamos a todos los nigerianos a unirse a la peregrinación de justicia, reconciliación y unidad que el propio movimiento ecuménico ha emprendido y nos comprometemos a acompañarlos en el camino. Pedimos a todas las iglesias miembros y asociados del CMI del mundo a apoyar activamente a las iglesias y el pueblo nigerianos en su trayecto y a unirse a las oraciones por ellos.