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Cumbre de Africa Austral sobre Jubileo y Deuda

Libres de Deuda = Libres de Dominación

En la víspera del nuevo milenio, somos testigos del rápido crecimiento de las estructuras del Jubileo 2000 y de las coaliciones sobre la Deuda a lo largo de la región para lidiar con los problemas existentes que enfrentamos y para encaminarnos hacia un nuevo milenio de esperanza y cambio.

La gran mayoría de la población africana Subsahaiana vive en pobreza extrema. En el sur de Africa decenas de millones de personas padecen hambre, carecen de vivienda, están desempleadas, no tienen educación formal y mueren de enfermedades prevenibles. Sin embargo, Africa Austral no es una región intrínsecamente pobre. Es más bien una región rica en recursos naturales y humanos. La esclavitud que conlleva la deuda es parte del mismo sistema que nos ata y que excluye a cuatro quintas partes de la población mundial del desarrollo económico y social. La deuda es un eje central de esta pesadilla.

Africa del sur, está encadenada por la deuda impuesta por las mismas fuerzas que iniciaron, impusieron, condonaron y sostuvieron la esclavitud y el colonialismo. Hoy, esa deuda es manifestación e instrumento del injusto orden económico mundial mediant el cual el Norte domina al Sur y en la que las elites en nuestros países se aprestan a ser cómplices dispuestos y beneficiarios.

Los países de Africa Austral entregan hasta 40% de sus ingresos por exportaciones para el servicio de la deuda. Este egreso de recursos para un sobrepago de la deuda, junto con las remesas de utilidades, han llevado a las actuales miserables condiciones de vida humana.

El peso de la deuda ahoga el potencial humano de Africa Austral. A la vez que las naciones endeudadas son presionadas para que acepten condicionamientos asfixiantes a cambio de nuevos préstamos para repagar deudas anteriores, y de esta manera caen en una espiral profunda de endeudamiento.

Los programas de ajuste estructural han causado niveles crecientes de desempleo, reducción en los servicios estatales, incrementos en los precios de alimentos y otras necesidades básicas, así como la intensificación de la pobreza.

La imposición de un esquema de crecimiento económico orientado a la exportación, la liberalización comercial y financiera, la austeridad fiscal, la privatización y la desregulación, significan que nuestras economías siguen siendo fuente de materia prima barata y cantidades de mano de obra barata para los intereses del Norte industrializado. A través de los programas de ajuste estructural, nuestros gobiernos están más en función del Norte que de sus propios pueblos.

Se nos niega el derecho de ser participantes activos en el proceso de toma de decisiones de nuestro propio desarrollo. En este sentido, vemos que la deuda se ha convertido en un instrumento de control y dominación.

El dominio del Norte sobre el Sur ha llevado a condiciones que dan lugar a guerras y conflictos en nuestra región exacerbando aún más los niveles de pobreza, sufrimiento humano y el yugo del endeudamiento.

El legado del apartheid agrava esta situación. Toda la región de Africa Austral sufre los efectos de la deuda causada por el apartheid. Las guerras auspiciadas por el régimen del apartheid y la inestabilidad económica regional que provocó obligaron a naciones de la región a endeudarse por montos de billones de dólares. Esto también es el resultado del la incapacidad de la comunidad internacional de hacer valer el derecho internacional cumplir violada por el régimen del apartheid.

Más de dos millones de personas han muerto en África Austral a partir de guerras vinculadas al apartheid, son millones los que quedaron lisiados y son miles las escuelas, clínicas, puentes, carreteras destruidas. Sin embargo, hoy las naciones de Africa Austral pagan millones cada año en servicio de la misma deuda causada por el apartheid y por sus acreedores externos quienes constituyeron los principales pilares del régimen. El costo total de la desestabilización provocado por el apartheid en Africa Austral es, por tanto, mucho mayor que las deudas contratadas a causa del apartheid en sí. El costo estimado del daño excede los US$ 115 billones en tanto la deuda causada por el apartheid llega a unos $27 millones.

Las guerras han incrementado al punto que obligado a los estados de la región a prestar aún más y por lo tanto a profundizar nuestra dependencia sobre políticas militarizadas y economías dirigidas.

A la luza de todas estas circunstancias, la deuda de Africa del Sur resulta ser ilegítima e inmoral. Solamente hay una deuda que sí reconocemos: la deuda moral. Se trata de la deuda que nos deben nuestros gobiernos, los gobiernos del Grupo de los 7 (8), las compañías multilaterales y la banca internacional. La deuda que significa las escuelas no construidas y destruidas, por las mujeres y niñas que siguen soportando el peso de la pobreza y por los empleos, las viviendas, el agua limpia y todos los derechos fundamentales con que no gozamos.

Por lo tanto, demandamos:

  • La cancelación incondicional, inmediata y total de la deuda;
  • La terminación inmediata de las condicionalidas diseñadas internacionalmente que pretenden vincular el alivio para la deuda con mayores "ajustes económicos"
  • Desechar la iniciativa HIPC (Iniciativa por los países pobres más altamente endeudados)

Las únicas condicionalidades que reconocemos son aquellas desarrolladas por las organizaciones populares y representativas de la sociedad civil. Creemos que los resultados de la cancelación de la deuda beneficiarán a nuestros pueblos únicamente si se hace acompañar si se acompañar de profundos procesos de democratización,la defensa de los derechos humanos - incluyendo los derechos de los trabajadores - de transparencia y de responsabilidad así como un mayor abastecimiento de servicios sociales básicos.

Reiteramos el llamado a realizar las reparaciones contenidos en la Declaración de Abuja de 1993, abarcando la cancelación total los costos cuantificables y no cuantificables que han acaecido. Son reparaciones para compensar el daño social y económico sufrido por nuestros pueblos, y para financiar la reconstrucción de nuestra propia infraestructura y sociedad, en fin para restaurar nuestra dignidad. Creemos que el pago de las reparaciones está en mora desde hace mucho tiempo en mora, por lo que este reclamo forma parte de nuestra iniciativa de retomar el control de nuestro destino y asegurar que el holocausto africano nunca vuelva a ocurrir, jamás.

Hacemos un llamado por la construcción de un nuevo orden mundial democrático basado en la erradicación del orden actual que continúa atándonos a la deuda a través de las cadenas del libre mercado, el movimiento explotador y extractor de la inversión corporativa transnacional, flujos volátiles y especulativos de dinero de dudosa procedencia; todo dentro de una ideología urdida por una pequeña minoría basada en Estados Unidos, el denominado "Consenso de Washington".

Vemos la reunión de las coaliciones del Jubileo 2000 y otras fuerzas populares en Colonia para Junio como un paso importante en la marcha hacia la realización de los objetivos unificadores por parte de nuestros movimientos. Demandamos que el G/7 y las instituciones del Bretton Woods nos hagan justicia pero no nos hacemos ilusiones de que esto sucederá sin una intensificación de la presión popular. Por esto consideramos muy necesario aunar nuestras fuerzas en la construcción de una fuerte colación Sur-Sur, así como nuestra propia agenda para la liberación total a discutirse en la cumbre Sur-Sur.

Reafirmamos las Declaraciones de Accra, Roma y Tegucigalpa y la Declaración del Consejo Mundial de Iglesias en Harare sobre la Deuda. Saludamos desde ahora la próxima realización de una en la región del Asia-Pacífico como parte de nuestro proceso de Jubileo Sur. Hacemos un llamado a nuestros aliados de la Iglesia y otros de la sociedad civil en el Norte para que apoyen nuestras luchas y el proceso que ha conducido a esta y las declaraciones anteriores. De esta manera se convierten, como es nuestro deseo, en vehículos de solidaridad genuina dentro del movimiento global del Jubileo 2000 dirigido por el Sur para la construcción de un nuevo mundo en un Milenio nuevo.

Por nuestra parte, nosotros seguiremos construyendo las coaliciones del Jubileo empoderando amplios sectores de la población para enfrentar de manera efectiva todos los retos que plantea la crisis de la deuda y responder al llamado al Jubileo para un nuevo Milenio. Por ello emprendemos campañas entre pueblo y pueblo para ir construyendo nuestro propio poder, nuestra propia capacidad articulando una red de "globalización de la solidaridad" para asegurar el logro de nuestras metas. Estamos construyendo nuestra campaña para asegurar la cancelación de la deuda, recurriendo a todos los medios posibles incluyendo la presión sobre todos aquellos involucrados, recurriendo a la acción colectiva y masiva para declarar, si fuese necesario, el repudio unificado de la deuda del Sur.

Hacemos un llamado a todos y todas para que actúen consecuentemente y así contribuyan hacia la realización los objetivos indicados. Más importante aún, elevemos nuestra propia confianza en nuestras capacidades colectivas para alcanzar estas metas a través de unidad de principios, Sur -a- Sur y Sur -a- Norte.

Finalmente, nos comprometemos trabajar por la cancelación de la deuda dentro de un concepto más amplio del Jubileo que incluya la reafirmación de nuestra soberanía de la dominación del Norte y hacia la transformación hacia un sistema económico global alternativo.

Gauteng/Johanesburgo, 21 de Marzo de 1999, Coaliciones del Jubileo 2000 de Africa Austral. Firman delegados de: Angola, Lesotho, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Uganda, Zambia, Zimbabwe, Jubilee 2000 Afrika y representaciones de coaliciones de Jubileo de América Latina y Filipinas.