INTRODUCCIÓN 

1. Al comenzar esta sesión plenaria, la primera desde que fueron elegidos o reelegidos en la 9a Asamblea del CMI celebrada el pasado febrero, quisiera sumarme al resto de participantes para darles la bienvenida a todos ustedes. En la preparación de mi primer Informe a este Comité, he tenido en cuenta la sugerencia del último Comité Central, de la cual se hizo eco también la Asamblea de Porto Alegre, de no hacer demasiado extensos los informes del Secretario General (así como el del Moderador) con el fin de dejar más tiempo a los miembros para respuestas y debates. Puede que no haya logrado acertar con la extensión óptima, pero quede constancia de que este Informe es más breve que de costumbre. Lo he dividido en tres partes. La primera consiste en una breve reflexión sobre la situación en Oriente Medio, que es el problema más acuciante al que nos enfrentamos en la actualidad, y sobre el desafío de dar una respuesta ecuménica global y mejor coordinada para buscar una paz duradera en esta inestable región. Esta sección concluye con una recomendación específica para someterla al examen del Comité Central. La segunda parte trata de la migración, que es una de las cuestiones cruciales para el movimiento ecuménico. En ella abordo la migración en relación con las nuevas realidades eclesiales, y no únicamente desde una dimensión sociopolítica. Por último, la tercera parte de este informe consiste en una breve reflexión sobre cómo nuestra labor de planificación en la línea de las intenciones de la Asamblea ha incorporado una dimensión del proceso en marcha sobre ecumenismo en el siglo XXI. Con ello se muestra que el enfoque interactivo e integrador no se limita a los programas del Consejo, sino que incluye el fortalecimiento de las relaciones dentro de la comunidad. 

ORIENTE MEDIO 

2. A las 48 horas del bombardeo de Líbano, formulamos una declaración en la que reiteramos que los conflictos en Oriente Medio no pueden resolverse mediante una victoria militar. Muchas de nuestras iglesias miembros y organizaciones ecuménicas se sumaron a esta petición de un alto el fuego. Las organizaciones relacionadas con las iglesias en el Centro Ecuménico colaboraron para lograr un enfoque conjunto, que condujo a la visita de nuestra delegación a Beirut y Jerusalén. Ahora, al reunirnos en este Comité Central, se ha puesto en marcha un proceso de alto el fuego negociado, a instancias de las Naciones Unidas, y se prevé incrementar el número y la dotación de las fuerzas de mantenimiento de la paz en la frontera entre Israel y Líbano. Sin embargo, serán necesarios muchos más esfuerzos para lograr una paz duradera en Oriente Medio. Debido a esta convicción, he decidido abrir mi informe tratando con profundidad los acontecimientos recientes de esta región. 

3. Los acontecimientos en Oriente Medio constituyen el mayor problema que se le plantea a la comunidad internacional; y la comunidad ecuménica lleva ocupándose de ello desde hace muchos años. Una vez más, los nuevos brotes de violencia en Líbano e Israel, la violencia permanente que desencadena la ocupación por Israel de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, así como la ocupación de Iraq por las fuerzas militares bajo la bandera americana han sembrado la destrucción y el sufrimiento a gran escala. 

4. Esta región y el mundo entero se encuentran frente a una encrucijada. ¿Cuál será el futuro de Iraq? ¿Se fragmentará el país en una serie de enclaves chiitas, sunitas y kurdos? ¿Cómo van a influir los acontecimientos de Iraq en el resto de la región? ¿Renunciará Irán a sus ambiciones de disponer de armamento nuclear, o la incapacidad de la comunidad internacional para resolver estos problemas empujará a Oriente Medio por la pendiente de la proliferación de armas nucleares? ¿Cómo va a responder Israel, con su arsenal nuclear, y la comunidad internacional en su conjunto a este mismo interrogante? ¿Cuáles son las perspectivas que se abren con el cambio de los dirigentes palestinos? ¿Tendrán estos la oportunidad de ejercer su mandato democrático y de probarse a sí mismos que pueden entablar negociaciones en pie de igualdad con Israel? ¿Encontrará Israel la manera de entablar negociaciones con Palestina en condiciones de igualdad? ¿Cuáles son las perspectivas reales de paz entre Israel y Palestina, en vista de que la actual administración americana parece empeñada en imponer su hegemonía en Oriente Medio? 

5. La cuestión más decisiva que cabe plantearse en relación con la posibilidad de una paz perdurable en Oriente Medio es cuándo y cómo la comunidad internacional pondrá fin a la ocupación israelí de los territorios árabes, de conformidad con lo dispuesto en las resoluciones de derecho internacional y de las Naciones Unidas. El fin de la ocupación permitiría el surgimiento de otras fuerzas que transformarían el mapa de Oriente Medio. Hemos de encontrar un camino que permita a la gente de buena voluntad en Israel reconstruir las relaciones con sus vecinos, no únicamente de acuerdo con la ley, sino también con soluciones negociadas para resolver problemas comunes, y entablando relaciones beneficiosas para todas las partes en los ámbitos del comercio, la cultura y el medio ambiente ¿Llegará un momento en que los musulmanes moderados ocuparán una posición que les permita cambiar la situación en que se encuentran sus sociedades? ¿Serán capaces las comunidades cristianas de Oriente Medio de mantener su presencia histórica y crucial en la región, o tendrán que seguir emigrando los cristianos? 

6. Hay algo evidente. Si continúa la ocupación ilegal y la violencia que se deriva de ella, prevalecerá la tendencia actual de debilitamiento progresivo del imperio de la ley y de afianzamiento del doble rasero. Se trata de tendencias en las que el uso de la fuerza se convierte en la norma internacional, y las que se fortalece la posición de los extremistas en la región y en todo el mundo. 

7. Con la experiencia y los antecedentes del CMI en el diálogo interreligioso, el Consejo puede contribuir enormemente al proceso de paz entre Israel y Palestina si trabaja para superar los obstáculos y abrir sendas de paz entre ambos pueblos y las numerosas comunidades religiosas inmersas en el sufrimiento de este conflicto. ¿Es esto posible pese a los muchos conflictos pendientes y al ambiente de desconfianza mutua? ¿Está el CMI en posición de invertir tiempo y energía en lo que podría convertirse en un proceso doloroso e interminable? En tanto comunidad de iglesias cristianas, no podemos escapar a este desafío. Creo firmemente que si nos unimos, seremos capaces de llegar unos a otros y de construir nuevas relaciones con y entre israelíes, palestinos y sus respectivos vecinos, más allá de nuestro propio bienestar y nuestras costumbres. 

8. Si nos distanciamos un poco del discurso político y estratégico que caracteriza una gran parte del debate en torno a Oriente Medio, comprobaremos que la situación es fundamentalmente injusta. La dimensión ética debe formar parte de la ecuación para buscar una paz duradera en Oriente Medio. No es justo que el pueblo palestino sufra una humillación permanente. No es justo que cientos de miles de refugiados palestinos vivan en campos de refugiados durante casi 60 años. No es justo que se impongan sanciones a Cisjordania y Gaza como castigo por una elección democrática, ni que se prive de agua, combustible y electricidad precisamente a quienes más se han empobrecido. Tampoco está bien que el pueblo de Israel viva permanentemente con temor a sus vecinos, de modo que se vean obligados a recurrir a su supremacía militar y a sus poderosos aliados. No está bien que los israelíes se vean obligados a apiñarse en los refugios durante un mes, ni que los habitantes de Líbano abandonen sus casas mientras silban en el aire los misiles, los proyectiles de artillería y los aviones del enemigo y el Consejo de Seguridad de la ONU delibera. El mundo tiene una responsabilidad tanto hacia Palestina como hacia Israel. Estos países merecen más de la comunidad internacional de lo que han recibido hasta el momento, especialmente una aplicación justa e imparcial del derecho internacional. Debemos mirar más allá de los actuales titulares periodísticos para ver las cuestiones morales que subyacen en la región. No basta con condenar las acciones militares de Hezbollah sin profundizar en la historia de la relación de Líbano con Israel y con otros países de la región. No basta con condenar la invasión de Líbano por parte de Israel sin tratar antes el problema de la inseguridad fundamental de Israel. No basta con criticar las estrategias que adoptan los gobiernos sin tener en cuenta las amenazas que plantean los grupos de colonos y milicias armadas cuyos miembros hacen oídos sordos a los consejos, súplicas y ruegos de sus propias autoridades políticas. Y no basta con rechazar la resistencia de los actores no gubernamentales sin reconocer que sus sinceros anhelos de justicia les han hecho granjearse el apoyo de los suyos. 

9. La cuestión de la paz en Oriente Medio no es un problema regional, sino mundial. Lo que ocurre en Oriente Medio afecta a muchos países de todo el mundo. Y lo que ocurre en las capitales de todo el mundo influye tal vez más en Oriente Medio que en ninguna otra región del planeta. 

10. Creo que el movimiento ecuménico desempeña un importante papel en la búsqueda de una paz justa en Oriente Medio; que si aunamos nuestros esfuerzos colectivos, podemos contribuir a solucionarlo, al igual que hicimos en el caso de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Verán que en los programas propuestos, Oriente Medio, con toda su complejidad, figura entre las cuestiones de máxima prioridad de las orientaciones programáticas del CMI en el futuro. 

¿Qué significa esto en la práctica? 

11. En una reunión convocada recientemente por ACT International, hubo un ardiente ruego por parte de las iglesias y sus socios ecuménicos en la región para hacer algo más que meras declaraciones coyunturales. Además, subrayaron que, si bien es importante la asistencia humanitaria para paliar las necesidades inmediatas y urgentes, esto no es suficiente. Se hizo un apasionado llamamiento a una iniciativa global de defensa y promoción ecuménicas, y se solicitó al CMI que convocase una reunión de socios comprometidos en esta labor en Oriente Medio para que elaborasen una estrategia común que incluyera a las iglesias, las organizaciones ecuménicas y los ministerios especializados.

A partir de nuestras propias experiencias con el Foro Ecuménico sobre el Sudán, propongo la creación de un Foro Ecuménico sobre Palestina e Israel que brindará un espacio para la coordinación de iniciativas de ayuda humanitaria. La capacidad de la Secretaría del CMI es limitada, pero podemos proporcionar un espacio en el que el conjunto del movimiento ecuménico pueda movilizarse para poner todos nuestros recursos y energías colectivos al servicio de una paz duradera en Oriente Medio. 

12. Sugiero también que nuestra promoción y defensa de la paz se apoye exclusivamente en nuestros principios morales y teológicos y en el análisis detenido de las raíces del conflicto. Es necesario concebir alternativas para superar los aspectos difíciles que plantea el punto muerto en que se encuentran las negociaciones políticas. El diálogo debe ser una parte fundamental de nuestras nuevas iniciativas. En anteriores declaraciones públicas, el Comité Central había formulado algunas recomendaciones para avanzar en la solución de los problemas de Jerusalén, la ocupación, los asentamientos, el muro de separación y otros asuntos relacionados. Sin embargo, es necesario que todos, incluidas las iglesias a las que representamos, hagamos algo más para traducir dichas recomendaciones en acciones que influyan en el proceso político. Es preciso analizar más exhaustivamente y con mayor compromiso algunas cuestiones complejas -como son "el derecho de retorno", las preocupaciones legítimas de Israel sobre su propia seguridad y el reconocimiento pleno de ésta dentro de un marco previo de acuerdo general sobre sus fronteras-, asuntos que han impedido anteriormente otros procesos de paz. Para algunos de nosotros, no se trata de una tarea fácil, dado el desequilibrio de poder en la región. Pero a menos que se garantice la seguridad de Israel y de sus vecinos y se reconozcan mutuamente unos a otros, no se alcanzará ninguna paz duradera con justicia en la región. 

13. Debemos plantearnos también la necesidad de adoptar acciones concretas para apoyar a las iglesias, a los socios ecuménicos en la región. El Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (PEAPI) ha sido una manifestación importante de solidaridad en la familia ecuménica. Pero hay más cosas que podríamos hacer para reparar las consecuencias del embargo internacional de fondos a la Autoridad Palestina, que ha conducido al crecimiento del desempleo y de la malnutrición en el pueblo palestino. Y debemos recordar que adoptar medidas conducentes a una paz con justicia y seguridad en la región puede contribuir a reducir la emigración de cristianos de la región. 

14. Espero que se sumen a este llamamiento para que Oriente Medio sea una de nuestras prioridades, no solamente en nuestros programas futuros, sino para que constituya un objetivo central en nuestros esfuerzos colectivos en favor del movimiento ecuménico hasta que se alcance la paz en la región y hasta que existan comunidades sostenibles que puedan vivir dignamente. 

MIGRACIÓN - Nuevas realidades eclesiales 

La práctica de la hospitalidad en una época de nuevas formas de migración 

15. Permítanme centrarme ahora en una cuestión que constituye uno de los aspectos principales del contexto mundial cambiante, que tiene consecuencias decisivas para el movimiento ecuménico a nivel local y mundial. Me refiero a la migración, a los movimientos continuamente crecientes de personas a través del planeta. 

16. Cada vez más personas de todas las partes del mundo se ven forzadas a dejar sus hogares a causa de guerras, violaciones de derechos humanos, pobreza extrema o destrucción del medio ambiente. En los últimos meses hemos visto el desplazamiento masivo de cientos de miles de libaneses como consecuencia de las acciones militares de Israel. Si bien muchos de ellos pudieron dejar su país y marcharse a Siria, Chipre u otros países, más de medio millón de libaneses han sido desplazados de sus casas pero permanecen en el país. Estas personas desplazadas internamente a menudo son más vulnerables a la violencia y se enfrentan a mayores dificultades para acceder a la ayuda humanitaria que aquellas que han podido cruzar una frontera internacional. Mientras las pantallas televisivas mostraban numerosas imágenes de la evacuación de algunos extranjeros, en Líbano quedaban muchos otros cuyos gobiernos no podían facilitar su salida del país. Decenas de miles de trabajadores domésticos asiáticos, por ejemplo, se vieron forzados a permanecer en el país. La situación en Líbano muestra algunas de las complejidades de la migración en la actualidad. 

17. De las zonas rurales a las urbanas, de las economías pobres a las economías emergentes del Sur, de los países del Sur a los países del Norte, la migración se ha convertido en una tendencia que tiene repercusiones en la mayoría de las sociedades de todo el mundo. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el número de migrantes internacionales ha superado la cifra de 175 millones en 2005. Hoy, una de cada cincuenta personas en el mundo vive fuera de su país de origen, y se estima que 25 millones han sido forzosamente desplazadas en el interior de sus propios países. Al mismo tiempo que la globalización está conduciendo a un movimiento de capital, bienes y servicios más libre, se erigen muros para limitar el movimiento de personas a través de las fronteras. Por lo que respecta al "lado humano" de la globalización, el fenómeno de la migración significa que todas las sociedades son virtualmente multiculturales y multirreligiosas. 

18. Para nosotros, en el CMI, resultó interesante el hecho de que cuando estábamos preparando nuestro trabajo para los próximos años, las Naciones Unidas publicaron un informe sobre migración y desarrollo internacional (junio de 2006) en el que se analizaba cómo la migración está ayudando a ciertos países a que sus economías crezcan, a suplir la falta de trabajadores y a salir ellos mismos de la pobreza. Según este informe, la migración ya no es un viaje sin retorno hacia el aislamiento geográfico y cultural. Hoy, los inmigrantes son capaces no sólo de contribuir a la economía de sus nuevos países, como siempre lo han hecho, sino que también pueden ayudar más fácilmente a sus países de origen. Los enormes flujos de remesas - que el año pasado sobrepasaron los 230.000 millones de dólares estadounidense y que empequeñecen la magnitud de la ayuda internacional - sólo son la expresión más tangible de esta realidad. Además, los inmigrantes, incluso cuando se quedan en el extranjero, utilizan sus habilidades y sus ahorros para ayudar a sus países de origen a crecer. Al mismo tiempo, el informe de la ONU reconoce que la migración tiene muchas consecuencias políticas, económicas y sociales negativas y llama a los gobiernos a fortalecer los instrumentos destinados a proteger los derechos de los migrantes. 

19. La migración es una cuestión mundial, que afecta a las sociedades de todo el mundo. La migración de los países del Pacífico está cambiando la naturaleza de las sociedades de las islas y las economías locales. Durante los seis primeros meses de este año, Sudáfrica deportó a más de 50.000 inmigrantes ilegales de Zimbabwe; una marea de personas había huido del colapso económico de dicho país. Este año, gran parte del debate de la política interna de Estados Unidos ha girado en torno a la reforma de la inmigración. Cifras sin precedentes de migrantes del Norte de África se embarcan en pateras con rumbo a las costas europeas provocando crisis políticas en países como Malta y España. La creciente emigración de cristianos de Oriente Medio constituye desde hace tiempo una preocupación para las iglesias de la región. Redadas periódicas en Tailandia conducen a la deportación de miles de migrantes de Birmania que habían ido a Tailandia porque no podían sobrevivir en su país. 

20. La última reunión del Comité Central antes de la Asamblea de Porto Alegre abordó estas realidades en una declaración sobre cuestiones de actualidad, "La práctica de la hospitalidad en una época de nuevas formas de migración". Este documento resume bien los efectos de la globalización y las preocupaciones que surgieron tras el 11 de septiembre de 2001 en materia de seguridad respecto al movimiento de personas. El documento señala las consecuencias positivas y negativas tanto para los países de origen como de acogida. Si bien las remesas han superado en gran medida la ayuda al desarrollo, África ya ha perdido una tercera parte de su fuerza laboral cualificada. La "fuga de cerebros" tiene consecuencias graves para países como Ghana, donde el 60% de los futuros médicos emigraron en los años 1980. Hoy podemos preguntarnos: ¿cuántos profesionales cualificados que huyeron de Líbano en julio y agosto volverán para reconstruir su país? Los países de acogida se benefician de los conocimientos y las contribuciones de los inmigrantes. Sin embargo, algunos políticos los culpan del desempleo, la delincuencia y otros problemas de sus economías, por lo que fomentan el racismo y la xenofobia en sus sociedades, lo cual a menudo tiene graves consecuencias para los inmigrantes que son objeto de hostigamiento e incluso de asesinato.  

21. Al abordar las nuevas tendencias de la migración, la declaración del CMI llama la atención sobre el tráfico de mujeres y niños. El texto dice "se calcula que entre 600.000 y 800.000 personas por año son víctimas de tráfico, lo que arroja rendimientos anuales de 8 a 10 mil millones de dólares estadounidenses". En muchos casos la marginación y la explotación, sobre todo de mujeres y niños, especialmente de aquellos víctimas del tráfico, pero también de hombres adultos, equivale a nuevas formas de esclavitud. Debido a su condición de "ilegales", se les priva de protección o apoyo. 

22. El documento destaca los efectos devastadores de las intervenciones militares y las guerras, pero también hace hincapié en que las inquietudes de los gobiernos respecto a la seguridad y la migración han llevado a formas inaceptables de detención, encarcelamiento y deportación forzosa de refugiados y solicitantes de asilo en varios países. Yo mismo he presenciado la situación inhumana en un campo de detención de Australia que me temo que sea análoga a las condiciones carcelarias de la Bahía de Guantánamo. La declaración concluye con unas recomendaciones muy claras y prácticas dirigidas a las iglesias sobre cómo ofrecer hospitalidad a aquellos que llegan a sus países, cómo combatir el estigma y la discriminación en sus sociedades y cómo hacer frente a las políticas gubernamentales. 

Nuevas realidades eclesiales 

23. La declaración del Comité Central del año pasado proporciona una base sólida de discusión sobre las consecuencias de la migración en nuestras sociedades. Es una verdadera declaración sobre cuestiones de actualidad. Sin embargo, la migración también tiene un impacto muy profundo en las iglesias y les plantea desafíos importantes en sus relaciones ecuménicas tanto a nivel local como mundial. Es por este motivo que he decidido que sea el tema central de mi informe. 

24. Los flujos migratorios internos o internacionales repercuten tanto en las iglesias de origen de los migrantes como en las iglesias de sus países de acogida. Esto queda claramente de manifiesto en el número creciente de nuevas iglesias de la diáspora en todos los países y regiones del mundo. En particular, cabe mencionar la reciente multiplicación de iglesias ortodoxas en todo el mundo, así como la presencia notable de muchas iglesias de origen africano en los países del Norte. La experiencia de la diáspora modifica tanto a las iglesias de "acogida" como a las iglesias "huéspedes", así como a sus concepciones teológicas o eclesiológicas tradicionales. Esto es especialmente patente en las grandes ciudades, donde las iglesias de los migrantes proporcionan un refugio y un hogar a los más vulnerables, al ofrecerles apoyo material, un espacio cultural, la posibilidad de afirmar su identidad y de expresar su religión. En muchos países, el crecimiento de este tipo de iglesias está transformando de forma significativa el paisaje religioso y ecuménico. 

25. Ginebra es un buen ejemplo. Durante siglos, esta ciudad ha atraído a una cantidad considerable de extranjeros: refugiados, personas de negocios, empleados de organizaciones internacionales. Pero en las últimas décadas estas cifras han aumentado drásticamente. Según las estadísticas gubernamentales, entre los años 1989 y 2002, el número de personas que viven en Ginebra de origen africano y de Europa del Este se ha duplicado, mientras que el número de las personas procedentes de Asia y de América Latina ha aumentado alrededor de un 50%. Actualmente, más de la mitad de los habitantes de Ginebra vienen del extranjero. 

26. Sin embargo, las cifras oficiales sólo contabilizan a las personas censadas y no tienen en cuenta a las muchas personas que carecen de un estatuto legal: inmigrantes que buscan un trabajo, solicitantes de asilo y otros. Esta gran diversidad también se refleja en la vida de las iglesias. Hay más de sesenta comunidades protestantes de orígenes distintos en Ginebra. Si bien para muchas de ellas el denominador común entre sus miembros es una determinada lengua, cultura o etnia, otras reúnen a personas de diferentes países. Algunas de estas comunidades son bilingües y ofrecen interpretación simultánea en francés e inglés. Algunas celebran el culto en las iglesias y los centros parroquiales de la Iglesia Protestante de Ginebra, pero la mayoría han encontrado sus propios espacios, que a veces son simplemente un garaje o una habitación en un sótano. Al mismo tiempo, han surgido otras iglesias de tradición católica romana y ortodoxa, así como nuevas comunidades musulmanas, judías y de otras religiones. Es interesante observar que la mayoría de miembros de las iglesias evangélicas y pentecostales de Ginebra son extranjeros. 

27. Aunque se están estableciendo iglesias de inmigrantes en todas partes del mundo, existen muchos casos en que los países de acogida han abierto sus puertas a los migrantes y ello las ha conducido a un proceso de transformación. Prácticamente la totalidad de los pastores de la Iglesia Metodista de Aotearoa/Nueva Zelandia, por ejemplo, son de las Islas del Pacífico. Las teologías sociales más conservadoras de los cristianos del Pacífico están cambiando las políticas y las prácticas de las iglesias de Australia y de Aotearoa/Nueva Zelandia. La Iglesia Valdense de Italia tiene ahora muchos más miembros africanos que italianos como consecuencia de su decisión voluntaria de acoger a los inmigrantes y dejarse transformar. Igualmente, la Iglesia St. Andrews del Cairo ha experimentado también un profundo cambio debido a la presencia activa de cristianos sudaneses. Muchas de las iglesias estadounidenses de las corrientes principales deben el crecimiento de sus congregaciones sobre todo a la creciente participación de hispanos y asiáticos. 

28. Existen diferentes grados de integración de los migrantes en la vida de las iglesias de acogida. En algunos casos, las iglesias organizan servicios paralelos para los migrantes a fin de que puedan celebrar el culto en sus propias lenguas. De este modo, algunas iglesias de los EE.UU. los domingos celebran varios cultos en diferentes lenguas, como por ejemplo en inglés, español, coreano y suajili. En otros casos, los migrantes establecen iglesias de misión destinadas a las comunidades anglófonas.  

29. Por supuesto, la migración transforma el ecumenismo local y su forma de expresarse y organizarse. A nivel nacional también ocurre lo mismo. Ya hace bastante tiempo que la Iglesia del Señor (Aladura), fundada en Nigeria, forma parte del Consejo de Iglesias de Gran Bretaña e Irlanda. Pero también existen otros modelos, como por ejemplo en Suiza, donde las iglesias de personas de origen africano han creado su propia organización, la Conferencia de Iglesias Africanas en Suiza, que actualmente desea ser miembro de la Federación Suiza de Iglesias Protestantes. La Conferencia de Iglesias Europeas ha recibido peticiones similares por parte de iglesias coreanas y de iglesias de inmigrantes africanos. Todos ellas dicen: "Ya no somos extranjeros. Vivimos con vosotros en Europa, en este país, en esta ciudad. Nos consideramos una parte integrante de la Iglesia Una, y deseamos convertirnos en una expresión más visible de la Iglesia de Cristo en este lugar". 

30. En varias ciudades y países existen ejemplos alentadores de cómo se pueden fomentar los procesos de integración y las relaciones ecuménicas entre diferentes países. Estoy convencido de que muchos de ustedes, que representan a iglesias de todo el mundo, pueden citar ejemplos positivos que indiquen hacia dónde el Espíritu Santo quiere conducirnos con esta nueva evolución. Pero también sabemos que en este proceso de encuentro y crecimiento, se debe hacer frente a las viejas heridas de la historia, al racismo y a las diferencias culturales. Históricamente, el colonialismo fue acompañado de una migración europea a todas las regiones del mundo. Se expulsó de sus tierras a multitud de poblaciones, se destruyeron sus medios de subsistencia y se mató a muchas personas. La conquista colonial y el comercio de esclavos cambiaron profundamente la composición étnica de este mundo de una forma violenta y radical, lo cual ha dejado huellas incluso en las iglesias. Las consecuencias de la esclavitud y del racismo repercuten hasta hoy en las relaciones entre las iglesias; en los EE.UU., por ejemplo, se ha tenido que abordar esta parte de la historia en el proceso de unificación de las iglesias. Hoy, el impacto de la migración las obliga a enfrentarse al racismo y a la xenofobia bajo nuevas formas pero igualmente violentas. 

31. Las iglesias que tratan de abrirse a las personas de orígenes étnicos y culturales diferentes suelen encontrar el proceso más difícil de lo que habían previsto. Los migrantes traen consigo tradiciones teológicas, liturgias y músicas diferentes, lo que puede enriquecer a las iglesias, pero también dividirlas. Philip Jenks, en "The Next Christendom", afirma que los migrantes cristianos procedentes del Sur tienden a ser más conservadores en el plano social y más evangélicos que las iglesias históricas del Norte. A menudo los migrantes prefieren las iglesias evangélicas y pentecostales del Norte, con lo que se fortalecen las iglesias evangélicas más conservadoras y, al menos indirectamente, se debilitan ciertas iniciativas ecuménicas. 

32. Las iglesias, igual que las sociedades de las que forman parte, están tratando de resolver el dilema entre asimilación e integración. Para una iglesia, es más fácil recibir a los migrantes, si estos se adaptan a las tradiciones y normas establecidas por la iglesia de acogida. Este fenómeno recibe el nombre de asimilación. Por otro lado, la integración implica la disposición a aceptar los aportes de los migrantes para cambiar la iglesia y crear algo nuevo. Esto es algo que a muchos les cuesta aceptar. Se ha dicho que una de las razones por las que los migrantes establecen sus propias iglesias es porque no sienten que las iglesias establecidas estén dispuestas a cambiar para adaptarse a sus necesidades. 

La iglesia del extranjero 

33. En toda la Biblia y en la iglesia primitiva, Dios pide a su pueblo que ame y ofrezca hospitalidad a los extranjeros y exiliados (Lv. 19: 33-34; Ro. 15:7). En la Biblia hay muchas historias de personas que se trasladan, desde Abram/Abraham y Sarai/Sara hasta la Sagrada Familia. La exhortación de Cristo a acoger al extranjero (Mt. 25: 31-45) es central en el mensaje del Evangelio. Acoger al extranjero no es optativo para los cristianos, ni es condicional. Cristo no llamó a los cristianos a recibir a los extranjeros que tienen los papeles en orden o que hablan nuestra lengua. Dadas las realidades de la migración hoy, acoger a los extranjeros no tiene que ver simplemente con "ser simpático" con quienes llaman a nuestra puerta. En el mundo de hoy, acoger a los extranjeros es una cuestión de justicia y, con frecuencia, supone una postura política. 

34. Sería un error negar que acoger a los extranjeros supone a menudo poner en tela de juicio nuestra propia tradición e identidad como cristianos y como iglesia. Desafortunadamente, la experiencia de la diferencia no se traduce automáticamente en la aceptación de la diversidad y el intercambio de los dones diferentes. Exige la elección consciente de construir relaciones de confianza y estar dispuestos a cambiar en el encuentro común. Muchas veces, la diferencia se agrava por las líneas trazadas entre diferentes comunidades que pueden hasta justificar la exclusión y la opresión racistas. La comunidad que es llamada a compartir el pan y el vino, y a seguir a Jesús en su ministerio de sanación y reconciliación, no debe agravar las divisiones; más bien, debería empeñarse en tender puentes. Debe dar espacio a quienes son diferentes para experimentar que todos pertenecen a una humanidad que, según el propósito de Dios, ha de compartir la vida en este planeta. 

35. A lo largo de los siglos, las comunidades de cristianos estuvieron dispuestas a ayudar a las personas errantes. Esta cuestión era fundamental en épocas de persecución (1 Pedro 4:9). Las viudas y las diaconisas practicaban la hospitalidad (1 Timoteo 5:10) y servían a los extranjeros, incluso en otros países. Santa Verena, una enfermera de Egipto, fue a Suiza en el siglo III. Otros ejemplos son los de Santa Anisia en Tesalónica (siglo III), Olimpia en Constantinopla (siglo IV), Santa Melania de Roma (siglo V), Julieta la Misericordiosa en Rusia (siglo XVI). En las afueras de la ciudad de Cesárea en Capadocia, San Basilio empezó a construir un grupo de refugios destinados a recibir viajeros y enfermos. En muchos otros lugares se construyeron viviendas similares en un ministerio conocido como xenodochia

36. Muchas iglesias recuerdan que sus antepasados tuvieron que abandonar sus pueblos, ciudades y países debido a sus creencias religiosas; fueron expulsados o huyeron de la guerra y el genocidio. En muchas partes del mundo, hay iglesias que han existido y siguen existiendo como iglesias de refugiados y migrantes. En otras iglesias se recuerda cómo acogieron a esos refugiados en su seno. El movimiento abolicionista del siglo XIX en Estados Unidos y Canadá brindó refugio a los esclavos que iban hacia la libertad. Las iglesias de Europa se unieron para ayudar a escapar a la gente de la dictadura nazi y de las cámaras de gas de Auschwitz. Hoy, las iglesias de América del Sur están trabajando juntas para trasladar a lugares seguros a los colombianos cuya vida está en peligro. 

La tarea que nos espera como comunidad 

37. Desde el principio mismo de su existencia, las iglesias han establecido servicios diaconales para refugiados y migrantes. Pero siempre han entendido que la verdadera tarea va más allá y que se trata en realidad de compartir solidariamente la vida común en Cristo. Inevitablemente, la situación de los migrantes nos plantea la pregunta: ¿quién es mi prójimo? La diaconía en este contexto existencial revela el significado más profundo de la koinonía, la comunidad en Cristo. 

38. En la imagen ortodoxa de la Santísima Trinidad que realizó Andrei Rubliev en el siglo XV se identifica la comunión divina entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo con la comunión de los tres extranjeros a los que Abraham recibió y dio de comer en el espíritu de la genuina hospitalidad (Génesis 18; Hebreos 13:2). Como se expresó en la reunión de la Comisión de Fe y Constitución de julio de 2004, "mediante la práctica de la verdadera hospitalidad, que de algún modo trasciende la distinción entre ‘anfitrión' y ‘huésped', se produce una transformación mutua". 

39. Permítanme concluir mis reflexiones planteando algunas preguntas:

¿Esta verdadera hospitalidad en la casa de Dios que compartimos nos propone un objetivo provisional en la etapa actual del ecumenismo? ¿Puede haber entre nosotros una auténtica hospitalidad que nos ayude a superar las heridas del pasado, a descubrirnos unos a otros de nuevas maneras y a construir las relaciones y la comunidad que nos ayudarán, finalmente, a descubrir y vivir a fondo nuestra unidad en Cristo? Practicar la verdadera hospitalidad implica reconocer nuestra propia vulnerabilidad y estar abiertos a la transformación. "Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como si vosotros estuvierais en su mismo cuerpo." (Heb.13:1-3.) El proceso de acogida a los extranjeros nos lleva también a mirar de otro modo a nuestras propias sociedades y a ver el racismo y la xenofobia que de otra forma podrían pasarnos inadvertidas. En la mayoría de las regiones del mundo, apoyar a los migrantes es impopular desde el punto de vista político. Los riesgos son muy reales, y, sin embargo, a eso estamos llamados. 

40. La migración es un fenómeno complejo que afecta a nuestras sociedades, nuestras iglesias y nuestro movimiento ecuménico. Esta cuestión merece más reflexión y discusión y verán en nuestros planes de programas que estamos convocando a reuniones públicas de información y debate en diferentes regiones el año próximo y a una importante consulta mundial sobre "La migración y el paisaje eclesial en transformación" para 2008. La intención es que estas reflexiones sean un aporte al proceso sobre ecumenismo en el siglo XXI, que seguirá ocupando un lugar importante en nuestro programa de trabajo hasta la próxima Asamblea que se celebrará en 2013. 

PROCESO DE PLANIFICACIÓN DESPUÉS DE LA ASAMBLEA 

41. No me referiré ahora en detalle a los Planes de Programas 2007-2013 del CMI que constituyen uno de los temas principales del orden del día de esta reunión del Comité Central. Dos sesiones plenarias nos darán tiempo suficiente para presentar el proceso de planificación y el contenido de las propuestas, y preparar al Comité Central para que tome las decisiones de política necesarias que permitan al Consejo pasar de la planificación a la ejecución. 

42. Aquí quiero simplemente destacar que, a raíz de la Asamblea, la mayor parte de nuestros esfuerzos se han centrado en la importancia de las experiencias y la colaboración ecuménicas, lo que afirma -directa o indirectamente- el lugar central que ocupa en nuestro pensamiento el proceso sobre el ecumenismo en el siglo XXI. 

Nuevas maneras de trabajar con los socios ecuménicos  

43. La Asamblea formuló un llamamiento urgente a que se aborden de manera integrada e interactiva los programas y las relaciones en el trabajo del Consejo y afirmó el papel rector de éste en el proceso de hacer participar al movimiento ecuménico más amplio en la colaboración constructiva o la "reconfiguración". Las organizaciones que colaboran con nosotros en este proceso son las iglesias miembros del CMI, las Comuniones Cristianas Mundiales (CCM), las Organizaciones Ecuménicas Regionales (OER), los Consejos Nacionales de Iglesias (CNI), los organismos de misión mundial, los ministerios especializados, así como las iglesias cristianas que actualmente no son miembros del CMI. 

44. Conscientes de ese llamamiento, dimos a conocer los borradores de nuestros documentos de planificación en una consulta a la que asistieron representantes de las iglesias miembros, representantes de las CMM, de las OER, de las organizaciones ecuménicas de jóvenes y de los ministerios especializados. Aunque de manera oficiosa, dimos a conocer nuestros documentos de planificación a las organizaciones ecuménicas europeas (APRODEV). Recibimos aportes de la Conferencia de los Estados Unidos para el CMI . En la Mesa Redonda del CMI examinamos a fondo estos planes con las organizaciones ecuménicas que colaboran con el Consejo. Como teníamos poco tiempo, nos esforzamos en hacer consultas lo más amplias posibles. Creo que el proceso de planificación de los últimos meses ha demostrado nuestro compromiso con el imperativo de organizar una cooperación ecuménica constructiva para responder a los desafíos del siglo XXI. 

45. Espero que nuestro compromiso con las nuevas maneras de trabajar haya quedado más concretamente de manifiesto en la manera cómo planificamos y supervisamos la visita a Líbano e Israel/Palestina y en la manera cómo recibimos a la delegación ecuménica a su regreso. Esta iniciativa fue coordinada conjuntamente por el Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial, la Conferencia de Iglesias Europeas (CIE) y la Alianza Reformada Mundial. En la delegación de tres personas se incluyó deliberadamente a un católico romano, Monseñor Bernard Nicolas Aubertin. Los otros integrantes fueron el Rvdo. Jean-Arnold de Clermont, jefe de la delegación y presidente de la CIE, y Marilia Schüller, miembro del personal ejecutivo del CMI. Dejamos claro que a la delegación se la había confiado la misión de expresar la solidaridad ecuménica mundial con las iglesias y las personas afectadas por el conflicto en Oriente Medio y que la delegación había regresado con la tarea de transmitir las esperanzas y las expectativas de las iglesias del Líbano, Palestina e Israel a toda la familia ecuménica. 

Cooperación con las CCM 

46. De acuerdo con el Comité de Dirección de la Conferencia de las Secretarías Generales de las CCM, hemos considerado la recomendación del Comité de Examen de la Asamblea con respecto a la creación de "una comisión consultiva conjunta para examinar y recomendar maneras de reforzar la participación de las Comuniones Cristianas Mundiales en el CMI". El Comité de Dirección acordó que tanto el programa de trabajo como el cometido de este instrumento conjunto ya están explicados en el informe del Comité de Examen y que el grupo mismo podía asumir el papel coordinador. 

47. Más adelante, durante esta reunión, se procesará una propuesta concreta por medio del Comité de Candidaturas que se presentará para examen y decisión a fin de garantizar la continuación de este esfuerzo común, teniendo presente que uno de los puntos importantes del orden del día de la comisión conjunta será, como se dice en el informe del Comité de Examen, investigar "nuevas maneras de relacionar las CCM con el CMI que abarquen nuevas posibilidades respecto a las futuras asambleas del CMI, una ampliación de la estructura de las asambleas del CMI para las reuniones confesionales, así como la posibilidad de celebrar finalmente una asamblea que incluya a toda la familia ecuménica". 

48. Ésta última es una cuestión que deberíamos tener particularmente presente cuando recibamos, durante una de nuestras sesiones siguientes de la presente reunión, el informe de evaluación de la Asamblea e iniciemos el debate sobre los pasos que nos lleven a la Asamblea siguiente. 

Clarificación de las funciones institucionales 

49. La reunión del comité central de la CIE celebrada a principios de este año ofreció una ocasión apropiada para continuar la discusión sobre cuestiones de orden interno que quedó planteada en Porto Alegre. El Venerable Colin Williams, secretario general de la CIE, dedicó una parte considerable de su informe a la relación CIE-CMI y al proceso sobre el ecumenismo en el siglo XXI y cita una cantidad importante de textos clave de la Asamblea, en su mayoría del informe del Comité de Examen. Dos miembros del personal del CMI participaron en la reunión y se refirieron al proceso sobre el ecumenismo en el siglo XXI y a la cooperación programática entre las dos organizaciones. 

50. Las ideas surgidas de esta experiencia confirman la necesidad urgente de definir una distribución sensata y eficiente de tareas y funciones dentro de la familia ecuménica con el objetivo de lograr una mayor coherencia y una repercusión más efectiva de la acción ecuménica. En efecto, este es un asunto del que ya me he ocupado y a su tiempo me gustaría discutir nuestras conclusiones más extensamente con la comunidad más amplia, las OER inclusive. 

Maduración de un proyecto ecuménico conjunto 

51. Se inició un diálogo franco con el comité de seguimiento del Foro Cristiano Mundial. Hemos compartido abiertamente nuestras perspectivas y dificultades conceptuales y ecuménicas, organizativas y financieras. Estudiamos juntos cómo podría verse el Foro Cristiano Mundial como una contribución a la nueva forma del ecumenismo. En efecto, el Foro Cristiano Mundial va a entrar en una etapa decisiva ya que se tiene la intención de reunir en noviembre de 2007 a representantes de las principales tradiciones cristianas del mundo y de sus organizaciones mundiales en un alto nivel de dirección. La tarea que nos espera implica tomar en consideración las nuevas experiencias y las nuevas relaciones de colaboración que se están creando en el curso de la preparación de este acontecimiento mundial, y realizar una evaluación cuidadosa de todo el proceso y de sus resultados. 

Nuevos desafíos eclesiales y ecuménicos 

52. Sin restar importancia al peso de la evolución ecuménica institucional mencionada anteriormente, se debe reconocer que los desafíos ecuménicos más importantes en la actualidad provienen de la vida y el testimonio de las iglesias, y de su actitud hacia el movimiento y las organizaciones ecuménicas. El hecho de que recientemente algunas iglesias se hayan retirado o hayan amenazado con retirarse de ciertas organizaciones ecuménicas plantea nuevas cuestiones respecto a las relaciones intereclesiales y a nuestras concepciones básicas sobre el "movimiento ecuménico uno". En concreto, me refiero a la situación que se creó en Brasil, donde la Iglesia Metodista se retiró de CONIC, el Consejo Nacional de Iglesias, tan solo unos meses después de la Asamblea en Porto Alegre. La razón que se adujo fue la participación de la Iglesia Católica Romana en CONIC. Este incidente pone de relieve la necesidad constante de trabajar juntos y aumentar nuestros esfuerzos a fin de fortalecer el ecumenismo en el siglo XXI. 

53. Todos nosotros tenemos que estudiar con detenimiento la decisión de la Iglesia Metodista de Brasil así como otros casos similares, puesto que pueden afectar no sólo al ecumenismo a nivel nacional sino también a las relaciones a nivel mundial. En efecto, las consecuencias potenciales de tales incidentes sea a nivel de las iglesias locales, las comuniones cristianas mundiales, del CMI u otras organizaciones ecuménicas debe ser un motivo de gran preocupación en este momento en que estamos desarrollando un proceso para reconfigurar el movimiento ecuménico. 

54. Como ha indicado el moderador en su informe, es alentador que durante esta reunión del Comité Central estén ustedes invitados a tomar una decisión de política y a aceptar en la comunidad de iglesias del CMI a otra iglesia brasileña: la Iglesia Presbiteriana independiente de Brasil.  

CONCLUSIÓN 

55. He empezado este informe con palabras de bienvenida, y he aludido al ministerio de hospitalidad al que las Escrituras invitan al pueblo de Dios. Al hacerse cargo de sus responsabilidades en esta primera reunión oficial del nuevo Comité Central, permítanme traerles a su atención estas palabras del apóstol Pablo: "Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios" (Rom 15:7). 

56. Hacemos un llamamiento a la paz en Oriente Medio, a que se haga justicia con los migrantes, a la unidad entre los cristianos del mundo. Se trata de grandes conceptos y desafíos sobrecogedores. Pero el logro de la paz, la justicia, la unidad y la misión común, con independencia de la medida en que se consiga, empieza para nosotros con la creación de amistades. Esta es una tarea especialmente importante durante las primeras sesiones del Comité Central recién elegido. 

57. "Os he llamado amigos", dijo Jesús a sus discípulos (Juan 15:15) antes de su oración para que todos sean uno (Juan 15:15). La amistad está en la esencia de todo lo que hacemos. Finalmente, lo que acabamos de decir sobre una comunidad de iglesias, sobre modelos integrados de trabajo, sobre los programas interactivos y los nuevos modelos de ecumenismo depende de la creación de relaciones humanas duraderas. "Os he llamado amigos" -dice Jesús a sus discípulos-, y Pablo nos exhorta a que nos acojamos los unos a los otros del mismo modo que Cristo nos acogió a nosotros. 

58. Es verdad que siguen existiendo auténticas diferencias entre las iglesias representadas aquí, pero tenemos un Amigo en común. Así pues, recibámonos unos a otros, creemos relaciones basadas en la confianza y en el amor, y prosigamos nuestro viaje juntos hacia la gloria de Dios.