Creta, Grecia
7 - 14 de octubre de 2009

“Que sean uno en las manos de Dios:
Llamados a ser la Iglesia Una”

Gloria a Dios, cuyo poder obra en nosotros
y puede hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o imaginar.
Gloria a Dios de generación en generación,
en la Iglesia y en Cristo Jesús,
por los siglos de los siglos. Amén

I

1. En el espíritu de la declaración sobre eclesiología, “Llamados a ser la Iglesia Una”, de la Asamblea del CMI, celebrada en 2006, los 120 miembros de la Comisión de Fe y Constitución, acompañados de 37 invitados, consultores y jóvenes teólogos, nos reunimos en la isla de Creta (Grecia). Disfrutamos de la generosa hospitalidad que nos dispensó la Academia Ortodoxa de Creta, cuyo presidente es Su Eminencia el metropolitano Amfiloquio de Kissamos y Selino. En varias otras ocasiones fue Su Eminencia el Metropolitano Damaskenos de Hania quien acogió y hospedó a los miembros de la Comisión.

2. En nombre de las iglesias que representamos, celebramos nuestra vida común en Cristo y nos esforzamos con ahínco por acercarnos a la unidad que es don de Dios. Nuestros trabajos tuvieron lugar en el contexto de la oración diaria y del estudio bíblico. Llevamos a cabo nuestra tarea en sesiones plenarias y en grupos de trabajo. Nos reunimos en grupos regionales y confesionales en los que planteamos nuestras preocupaciones y situaciones particulares. Nos reunimos con obispos, miembros del clero y fieles de las diócesis, parroquias y comunidades monásticas ortodoxas.

3. Su Toda Santidad Bartolomé, arzobispo de Constantinopla, Nueva Roma y Patriarca Ecuménico, honró con su presencia y su alocución de apertura la primera sesión vespertina de la Comisión Plenaria. Dio la bienvenida a la Comisión a la Academia Ortodoxa, de la que es patrocinador, y bendijo nuestros trabajos sobre fe y constitución en Creta. En su alocución analizó el tema de la Comisión en términos de “unidad como vocación, conversión y misión”. Su Eminencia el arzobispo Ireneo de Creta también nos bendijo en su oración de apertura.

II

4. En su informe, Su Eminencia el metropolitano Vasilios de Constanza-Ammojostos (Iglesia de Chipre), moderador de la Comisión, analizó las contribuciones aportadas por Fe y Constitución, y su objetivo de unidad. Planteó dos cuestiones fundamentales: ¿cómo perciben y definen las iglesias en el día de hoy la naturaleza de la unidad de la iglesia? y ¿de qué unidad estamos hablando, y para quién, dado que una cantidad importante de cristianos rechaza el movimiento ecuménico como un todo? El moderador habló además de la necesidad de dar una mayor visibilidad a la Comisión de Fe y Constitución en las estructuras del Consejo Mundial de Iglesias.

5. El canónigo Dr. John Gibaut (Iglesia Anglicana del Canadá), director de Fe y Constitución, comenzó su alocución estableciendo una comparación entre quienes están comprometidos con la labor de Fe y Constitución y los climatólogos, dejando claro que no se trata de meteorólogos, pues, como explicó, un meteorólogo “considera el tiempo en término de días, mientras que un climatólogo considera el tiempo en términos de décadas”. La labor por la unidad de los cristianos mediante el diálogo teológico sólo puede entenderse en el contexto de décadas. El canónigo Gibaut destacó asimismo el papel que desempeña la Comisión Plenaria como foro de Fe y Constitución para el debate teológico y como base para la participación de los miembros en grupos de estudio y consultas.

6. La presidenta del CMI y ex moderadora de Fe y Constitución, Dame Mary Tanner (Iglesia de Inglaterra) presentó un informe titulado “Una perspectiva del pasado”. Al analizar la labor de Fe y Constitución desde 1910 en Edimburgo, nos recordó que es por la gracia de Dios y por el viento del Espíritu que sopla en las velas de Fe y Constitución que el movimiento ha llegado a Creta en 2009. Tras mencionar a muchos de nuestros predecesores ecuménicos, nos invitó a cultivar las relaciones en el marco de Fe y Constitución y a dejar lugar a las nuevas generaciones. Al reflexionar sobre las nuevas etapas del movimiento ecuménico, Dame Mary se preguntó si “quizás no hemos pasado con demasiada facilidad del método comparativo de las conversaciones al método de consenso y convergencia, dejando de lado el rigor de conocernos realmente unos a otros, escuchando a los otros para saber qué dones pueden ofrecernos, y explicando, al mismo tiempo, los dones que creemos que nuestra tradición puede ofrecerles a ellos”. Y nos planteó dos preguntas: ¿en qué medida hemos sido fieles al cometido de mantener presente ante nuestras iglesias el objetivo de la unidad visible, tan acertadamente entendido como koinonía, cuyos orígenes se encuentran en la propia vida del Dios trino y uno? y, ¿hacia dónde vamos desde aquí? Su respuesta fue un llamamiento a permanecer fieles al mandato de Fe y Constitución, a confiar en la misión de reconciliación en un mundo quebrantado, y a decirnos unos a otros: “Te necesito”. 

III

7. El tema de la Comisión Plenaria, “Llamados a ser la Iglesia Una”, fue presentado por cinco participantes: la Dra. Minna Hietamäki (Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia) que habló sobre la dificultad y la oportunidad de la unidad y la diversidad en koinonía. Tras la experiencia del apartheid, el profesor Maake Masango (Iglesia Presbiteriana Unida del África Meridional) puso de relieve el concepto sudafricano de la unidad visible como unidad orgánica. La Dra. Marianela De la Paz Cot (Iglesia Episcopal en Cuba), se refirió a la unidad de la iglesia desde una perspectiva incluyente, abriendo espacios de diálogo e intercambio entre las religiones de Cuba, donde la cultura es clave como código de acceso a ese diálogo. Sor Maria Ko Ha Fong (Iglesia Católica Romana) habló de la necesidad de una eclesiología centrada en el reino, y de la visión de la unidad de los cristianos en el contexto asiático donde los cristianos son una minoría. Su Eminencia el metropolitano Gennadios de Sassima (Patriarcado Ecuménico) dijo que en el documento “Llamados a ser la Iglesia Una” se habla de dos vocaciones o dos llamamientos: el primero es imperativo para todos nosotros: afirmar nuestra fe y confianza en el Uno que constituye la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. El segundo llamamiento, que se basa en la Iglesia como ekklesía, es una auténtica prerrogativa que confirma que somos todos miembros de esa Iglesia Una, Católica y Apostólica, y, al responder a ese llamamiento, confirmamos nuestra pertenencia a nuestro Señor Jesucristo.

8. El Estudio sobre Naturaleza y Misión de la Iglesia se examinó en el pleno y en grupos de trabajo. En la sesión plenaria se presentaron tres ponencias. Un consultor de la Comisión, el Dr. Paul Collins (Iglesia de Inglaterra), secretario de la Red sobre Investigaciones Eclesiológicas (Ecclesiological Investigations Research Network), presentó una ponencia sobre “Enfoques cognitivos y estéticos de la teología y el documento Naturaleza y Misión de la Iglesia”, en la que abordó la índole objetiva y experiencial de ese documento. El vicemoderador de la Comisión, Dr. Hermen Shastri (Iglesia Metodista de Malasia), describió el proceso de recepción de las respuestas al documento y el papel de los miembros de la Comisión en ese proceso. El comoderador del grupo de trabajo sobre eclesiología, Prof. Viorel Ionita (Iglesia Ortodoxa Rumana), destacó la importancia de estudiar juntos el documento Naturaleza y Misión de la Iglesia y la declaración de la Asamblea de Porto Alegre Llamados a ser la Iglesia Una. Otras perspectivas fueron presentadas en una mesa redonda integrada por el Prof. Emmanuel Anya Anyambod (Iglesia Presbiteriana del Camerún); el Padre Jorge Alejandro Scampini OP de Argentina (Iglesia Católica Romana); el Dr. Otele Perelini (Iglesia Cristiana Congregacionalista de Samoa); y el metropolitano Geevarghese Coorilos de la India (Iglesia Ortodoxa Siria), moderador de la Comisión de Misión Mundial y Evangelización del CMI. En estas perspectivas se insistió en la importancia de la contextualización en los trabajos de Fe y Constitución.

9. Los grupos de trabajo proporcionaron información sobre tres aspectos del estudio sobre Naturaleza y Misión de la Iglesia: una evaluación crítica del documento, una actualización de las respuestas al documento recibidas hasta entonces, y un examen del procedimiento que conduciría a las próximas etapas en el estudio del documento. En el marco de los grupos de trabajo se entabló un diálogo sobre tres series de cuestiones: la recepción individual y en grupo del documento; las sugerencias acerca de las próximas etapas del estudio sobre eclesiología; y la forma en que han de recibir las iglesias la labor sobre eclesiología de Fe y Constitución. En sesión plenaria, cada uno de los grupos presentó un informe a la Comisión Plenaria sobre sus conclusiones en relación con el documento Naturaleza y Misión de la Iglesia.

10. El estudio sobre Tradición y tradiciones también se examinó en sesión plenaria y en grupos de trabajo. En la sesión plenaria se presentó un informe sobre la consulta de Cambridge de 2008, en la que se inauguró el estudio sobre fuentes de autoridad. La Dra. Susan Durber (Iglesia Reformada Unida) presentó una ponencia sobre “Tradición y tradiciones: maestros y testigos de la Iglesia primitiva: ¿una fuente común de autoridad, recibida de formas diversas?”. El archimandrita Dr. Cyril Hovorun (Iglesia Ortodoxa Rusa, Ucrania) presentó una ponencia titulada: “Los Maestros y testigos de la Iglesia: un espacio para la convergencia ecuménica”, centrada específicamente en el informe de Cambridge. A continuación tuvo lugar una reflexión sobre la consulta y una introducción a las fuentes, como información de base para profundizar el estudio en grupos de trabajo. El Dr. R.M. Keelam Downton (National Community Church, Estados Unidos de América) nos instó a que consideremos la viabilidad de un enfoque de la tradición como “fuente abierta”. El archimandrita Dr. Elpidophoros Lambriniadis (Patriarcado Ecuménico) presentó una introducción a los tres padres de la iglesia primitiva cuyos textos habrían de ser estudiados en los grupos de trabajo: Ambrosio de Milán, Gregorio el Teólogo e Isaac de Nineveh. La pastora Ofelia Álvarez Coleman (Iglesia Morava en Nicaragua) se encargó de reaccionar al informe sobre la consulta de Cambridge desde la perspectiva latinoamericana.

11. La tarea de los grupos de trabajo se dividió en dos partes: responder a las preguntas planteadas hasta entonces acerca de la autoridad que puedan tener las fuentes de la iglesia primitiva en nuestras iglesias en el día de hoy, y de cuáles son las principales cuestiones que deberían tenerse en cuenta a la hora de organizar una consulta de seguimiento en 2011. Por lo que respecta a la primera tarea, los grupos de trabajo recibieron pasajes de textos de Ambrosio de Milán (siglo IV D.C.), de Gregorio el Teólogo (siglo IV D.C.) o de Isaac de Niniveh (siglo VII D.C.) Los miembros de los grupos reflexionaron sobre cómo podría recibirse el correspondiente texto patrístico como fuente de autoridad en las respectivas iglesias en general y en el contexto eclesial local en particular. Por lo que respecta a la segunda tarea, los grupos de trabajo propusieron diversas perspectivas desde las que sería posible profundizar las conclusiones de Cambridge en el marco de una segunda consulta. Las preguntas a las que respondieron los miembros de los grupos atañían a aspectos de la autoridad como el reconocimiento de las fuentes, la utilización de las fuentes y la función de las fuentes de autoridad a la hora de plasmar la identidad eclesial.

12. Los grupos de trabajo examinaron el estudio sobre Discernimiento moral en las iglesias. Utilizando el método de estudio de casos, este proyecto trata de facilitar una comprensión más profunda de nuestros compromisos comunes y valores centrales como seguidores de Cristo, aunque se trate de reconocer y abordar determinados problemas morales respecto de los cuales las comunidades de los fieles manifiestan discrepancias basadas en firmes principios. Los cuatro estudios de caso fueron preparados por diferentes expertos especializados en los casos particulares objeto de examen: la globalización y la Alianza Reformada Mundial, la homosexualidad y las iglesias de la Comunión Anglicana, el proselitismo en los países postsoviéticos y el debate acerca de la investigación sobre células madre entre católicos romanos y protestantes en Alemania. Cada grupo se encargó de un estudio de caso y se le confió la tarea de analizar las discrepancias, en lugar de comentar o de tratar de resolver el problema en cuestión. Al hacerlo, cada grupo trató de determinar la índole y las causas del desacuerdo en la toma de decisiones sobre cuestiones morales, y de ayudar a sentar las bases para la continuación del diálogo teológico más allá de las líneas de discrepancia. Estos resultados contribuirán al objetivo final del estudio sobre el discernimiento moral en las iglesias, que es proporcionar recursos concretos que ayuden a las comunidades a negociar las discrepancias basadas en principios reconocidos sobre problemas morales: la toma de decisiones juntos sobre cuestiones morales y un discernimiento moral común.

IV. Mensaje de estímulo para las iglesias

13. Pablo fue llevado por los vientos del Espíritu Santo a Creta en su camino hacia Roma, y manifestó su deseo de permanecer más tiempo en ese lugar (Hechos: 27: 4-13). Al igual que Pablo y sus compañeros de viaje, nosotros hemos encontrado en este idílico lugar un buen puerto, que es aún más acogedor gracias a la hospitalidad griega y a la espiritualidad ortodoxa. Es nuestro deseo que todos los cristianos reciban el aliento del mismo Espíritu en su peregrinación ecuménica hacia la unidad por la que Cristo oró. Tras una semana juntos, formulamos nuevamente nuestro compromiso así como el de nuestras iglesias con el mandato histórico siempre renovado de Fe y Constitución, de “proclamar la unidad de la iglesia de Jesucristo y exhortar a las iglesias a alcanzar el objetivo de la unidad visible en una sola fe y una sola comunión eucarística expresada en el culto y en la vida común en Cristo, para que el mundo crea.” Hemos vivido esa visión, comprobado su poder en el Espíritu Santo y la recomendamos a todas las iglesias, muchos de cuyos miembros viven en contextos de guerra, de pobreza, de enfermedad y de injusticia. Nuestra labor en favor de la unidad de la iglesia está íntegramente vinculada al testimonio cristiano de justicia, paz e integridad de la creación.

14. A la comunidad de iglesias que constituye el Consejo Mundial de Iglesias, pedimos que se dé mayor visibilidad a la labor de la Comisión de Fe y Constitución como parte integrante del Consejo desde su fundación y en el futuro. Reconocemos la necesidad de contar con una declaración común sobre eclesiología en aras del futuro del movimiento ecuménico, e invitamos las iglesias a enviar sus respuestas sobre los documentos Naturaleza y Misión de la Iglesia y “Llamados a ser la Iglesia Una”. La búsqueda de la unidad de la iglesia es inseparable de la unidad de la familia humana. La unidad visible de la Iglesia es un imperativo para su naturaleza y su misión; la iglesia “también está llamada, con todos los hombres y las mujeres de buena voluntad, a velar por la integridad de la creación, considerando como un pecado la degradación y la destrucción de la creación de Dios, y a participar en la obra sanadora de Dios en aquellas relaciones rotas entre la creación y la humanidad” (Naturaleza y Misión de la Iglesia, página 26).

15. Nuestro informe concluye con las palabras que nos dirigió el patriarca ecuménico Bartolomé

“Amados hermanos y hermanas, la unidad que buscamos es un don del cielo, que debemos perseguir con perseverancia y paciencia; no es algo que dependa exclusivamente de nosotros, sino principalmente del juicio de Dios y del kairós. Sin embargo, este don sagrado de la unidad es algo que también exige de nosotros una conversión y una reorientación radicales para que podamos volvernos humildemente a nuestras raíces comunes en la Iglesia Apostólica y la comunión de los santos, pero también para que podamos encomendarnos y someternos al reino celestial y la autoridad de Dios. Sin embargo, por último, la unidad nos obliga a cumplir un propósito común en esta era mientras esperamos la era por venir, pues nos compromete en un ministerio y una misión sagrados en la realización del Reino, como decimos en la oración del Señor “en la tierra como en el cielo”. Tal es el don sagrado que hemos heredado y tal es, también, la tarea sagrada que tenemos por delante. En consecuencia ‘Vayámonos en paz a proclamar las buenas nuevas al mundo’” (pasaje de la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo).