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Representantes de los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las iglesias y las organizaciones religiosas, celebraron una conferencia de alto nivel el 18 y 19 de enero en Ginebra bajo los auspicios del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y copatrocinada por UNICEF,UNFPA y ACNUR, con el objetivo de promover respuestas coordinadas, basadas en los derechos humanos, y guiadas por una serie de principios, a la situación de los refugiados y migrantes en Europa y a las causas profundas de los desplazamientos. Las organizaciones religiosas que participaron en la conferencia tuvieron la oportunidad de aplicar los principios de la fe, especialmente la convicción de que todos los seres humanos están creados a imagen y semejanza de Dios, poniendo la dignidad humana y los derechos de todos los afectados en el centro de dichas respuestas.

En 2015, más de un millón de refugiados y migrantes llegaron a Europa por tierra y por mar. Entre ellos se encontraban personas procedentes, en su mayoría, de Oriente Medio, Asia y África, que venían huyendo de situaciones de peligro y desesperación. La crisis de refugiados y migrantes ha pasado también en poco tiempo a ser una crisis de la infancia, ya que, actualmente, uno de cada tres refugiados y migrantes que llegan a Europa son niños. Todos los niños, sin importar su procedencia ni el lugar en el que se encuentren, e independientemente de que sean refugiados o migrantes, tienen derecho a recibir cuidados, a la defensa de sus derechos y su dignidad, y a que se vele por su bienestar.

La conferencia se centró en las respuestas a la crisis, en particular las respuestas en Europa, pero también en el contexto más amplio de los sesenta millones de personas desplazadas en todo el mundo. Se analizó la trayectoria completa de los desplazamientos forzosos desde el lugar de origen, pasando por los lugares de tránsito, y hasta el lugar de destino, y se identificaron los desafíos a los que se enfrentan los gobiernos  y las sociedades europeas para cumplir con las obligaciones legales que les incumben en virtud a las leyes relativas a los derechos humanos, humanitarios y de los refugiados y, al mismo tiempo, abordar las preocupaciones que se plantean en materia de economía, política y seguridad.

Los participantes de la conferencia interpelan a la comunidad internacional a que propicie un compromiso colectivo más sólido para la búsqueda de soluciones políticas a los conflictos, la violencia, las desigualdades y la exclusión, que son las causas fundamentales de la actual crisis mundial sin precedentes de desplazamientos forzosos. Exhortan especialmente a todos aquellos que pueden contribuir a poner fin a los enfrentamientos en Siria y a paliar el sufrimiento intolerable que estos generan a dejar a un lado sus diferencias políticas y a que sumen sus fuerzas para adoptar medidas conjuntas para la paz ahora. Proteger a las mujeres y las niñas de la violencia sexual y de género, y de la explotación, así como facilitar su acceso a servicios de salud reproductiva y sexual que pueden salvarles la vida, son elementos esenciales de la respuesta humanitaria a la crisis, además de una inversión fundamental para facilitar la recuperación y el mantenimiento a largo plazo. Por otra parte, los países aledaños a aquellos que atraviesan los conflictos de los que huyen los refugiados deben ser más reconocidos y apoyados, ya que acoger a la mayoría de estos refugiados supone una carga desproporcionadamente grande.

Los participantes de la conferencia coinciden en que paliar el sufrimiento de los afectados por los desplazamientos es una responsabilidad compartida, no solo en el ámbito europeo, sino en todo el mundo. Es imprescindible que los gobiernos, la sociedad civil, las organizaciones internacionales y el resto de las partes unan sus fuerzas de manera sistemática y articulada para ofrecerles un espacio humano y seguro a los refugiados y a los migrantes, y para responder a las necesidades inmediatas de estas personas que huyen de la guerra, de la violencia generalizada y de la opresión, así como para facilitar su inclusión social y su integración a más largo plazo. Es de vital importancia que se amplíen y se faciliten las vías de paso legales y seguras para los refugiados que llegan a Europa. Cerrarles las fronteras nacionales a los refugiados no es una solución, puesto que lo único que se logra así es transferirles la responsabilidad a otros países vecinos.

 

Los participantes de la conferencia abogan por una mejor coordinación y cooperación en la respuesta de Europa a la crisis de refugiados y migrantes. Es urgente la necesidad de fortalecer, aportar mejoras y aplicar el sistema europeo común de asilo. Se requiere una respuesta europea más coordinada para cubrir las necesidades de los refugiados y migrantes, incluyendo la protección contra la violencia sexual y de género, la educación de niños y adolescentes, y las necesidades específicas en términos de salud, nutrición y protección de niños, adolescentes y mujeres, así como de los ancianos y de las personas con discapacidad. Es necesario promover los principios de la legislación internacional en el contexto de la crisis. Toda persona que huye del conflicto y la persecución tiene derecho a buscar protección de acuerdo con el Derecho internacional relativo a los refugiados. El acceso a un proceso de asilo justo no debe verse limitado por consideraciones como la nacionalidad, la etnia, la religión, el estado de salud o cualquier otra razón ajena a la propia necesidad. También se requiere urgentemente cooperación para evitar las actitudes xenófobas, racistas e islamófobas, así como la explotación política de la crisis. Es igualmente necesario comenzar a aplicar medidas para ayudar a los refugiados y a los migrantes a integrarse en sus nuevas sociedades.  Además de tener en cuenta las obligaciones legales y los principios morales que dictan una respuesta compasiva y acogedora ante las personas necesitadas, es preciso señalar que las contribuciones que realizan los refugiados y los migrantes con su trabajo, sus conocimientos y su creatividad pueden tener gran utilidad para las comunidades que los acogen.

La sociedad civil, incluidas las organizaciones religiosas, desempeñan un papel único y fundamental en la respuesta a las crisis humanitarias. Una mejor coordinación de sus actividades y de las de los gobiernos y las organizaciones internacionales, así como una cooperación interreligiosa más sólida que incluya las voces de otras religiones y sus conocimientos, son necesarias para aunar los esfuerzos y garantizar la supervivencia, los derechos y la dignidad de los refugiados y los migrantes.

Exhortamos a que estos propósitos se pongan en práctica y a que, en la medida de lo posible, se escuchen y se tengan en consideración las voces y las perspectivas de los refugiados y los migrantes.  Esto conllevará establecer los papeles y las responsabilidades de cada uno, compartir la información y el conocimiento, los recursos y las iniciativas, de acuerdo con las fortalezas y ventajas comparativas de cada uno,  y rendirse cuentas los unos a los otros. Serán necesarios mecanismos concretos para la planificación estratégica, la aplicación y la responsabilidad mutua, al igual que un plan de acción para establecer objetivos específicos, cuantificables y alcanzables en un plazo determinado. Con este fin, los participantes de la conferencia instan a las organizaciones copatrocinadoras a colaborar y reforzar la participación y las contribuciones de las organizaciones religiosas en las respuestas a la crisis de refugiados y migrantes en el ámbito nacional y regional, desarrollando las iniciativas que ya se están llevando a cabo,  y a examinar  y compartir los avances con respecto a las cuestiones planteadas en esta conferencia con periodicidad trimestral.