Muchos países del mundo árabe atraviesan ya su quinto año de conflictos. Tanto poderes públicos como no públicos han cometido verdaderas atrocidades en los diferentes conflictos, sobre todo en Iraq, Siria, Libia y Egipto. Son ya millones los damnificados por estas guerras desgarradoras. Las minorías religiosas y étnicas son las comunidades más vulnerables; entre ellas está la comunidad de cristianos, nuestras hermanas y hermanos en el Señor, que afrontan un peligro real de exterminación y de exilio de su propia región; una catástrofe. La desesperanza, la impotencia y la incapacidad de ayudar o de cambiar la situación nos embarga a muchísimas personas. Pese a ello, como cristianos, mantenemos la esperanza y confiamos en que nuestro Señor resucitado será quien tenga la última palabra.

En esta cuaresma, el Consejo Mundial de Iglesias invita a sus iglesias miembros y a los cristianos de todo el mundo a orar de modo especial por los inocentes damnificados por estas guerras absurdas, en especial, las de Iraq, Siria, Libia y Egipto, países donde la presencia y el testimonio cristianos autóctonos ha mantenido continuidad desde la encarnación de nuestro Señor, y desde donde la Buena Nueva se difundió al mundo entero.