Nací en un hogar cristiano, hija y nieta de pastores pentecostales. Fui criada y educada con amor y dedicación, siendo la hija menor después de dos varones. Desde mi niñez fui instruida en el camino cristiano y aprendí a amar a Jesús. Cuando comprendí el plan de salvación, me bauticé, y recibí el don del Espíritu Santo con manifestación de lenguas.