25 de junio de 2020

Hace 70 años comenzó un conflicto que iba a costar la vida a unos tres millones de personas (la mayoría, civiles) y que provocó la destrucción de prácticamente todas las grandes ciudades de la península de Corea, separó a muchas familias y dejó un legado duradero de amargura, miedo y división entre personas que comparten el mismo idioma, cultura tradicional e historia antigua.

Los cimientos de este catastrófico conflicto fueron establecidos por la división de la península de Corea tras la Segunda Guerra Mundial orquestada por los Estados Unidos de América y la Unión Soviética que, en un giro amargamente cruel de los acontecimientos, siguió casi inmediatamente a la liberación del pueblo coreano de 36 años de dominación imperial japonesa. La división entre el Norte y el Sur se afianzó durante la subsiguiente Guerra Fría, que proporcionó el contexto y el incentivo para la guerra que comenzó el 25 de junio de 1950 y de la que el pueblo coreano fue víctima de manera abrumadora.

Tras tres años de un conflicto terriblemente destructivo, el 27 de julio de 1953 se firmó un Acuerdo de Armisticio que establecía un alto el fuego y creaba una Zona desmilitarizada que separaba a Corea del Norte de Corea del Sur. Sin embargo, nunca se concluyó un tratado de paz, por lo que las partes siguen, técnicamente, en guerra hasta la fecha.

En esta sombría ocasión del 70 aniversario, nosotros, como iglesias y consejos de iglesias de países que desempeñaron un papel en la división y el conflicto de la península de Corea, nos unimos al llamado para pedir:

-          Una inmediata declaración formal del final de la Guerra de Corea, y

-          medidas rápidas para la adopción de un tratado de paz que sustituya al Acuerdo de Armisticio de 1953, como punto de partida para seguir avanzando hacia el establecimiento de un régimen de paz permanente en la Península de Corea.

Setenta años después del comienzo de esta guerra, es hora de reconocer que terminó hace mucho tiempo. Entretanto, han surgido nuevos desafíos para la paz y la estabilidad de la región, pero no creemos que la resolución de esos desafíos se vea facilitada por mantener abierto ese conflicto de 70 años de antigüedad. Por el contrario, creemos que las condiciones para un diálogo y una negociación pragmáticos sobre las realidades actuales de la Península podrían mejorar mucho si se reconociera el fin de la guerra.

Confiamos en que este reconocimiento de la realidad histórica, largamente esperado, y un tratado de paz que lo documente sean una contribución fundamental para reducir las tensiones y la hostilidad en la región, así como para restablecer un entorno propicio para la reanudación del proceso estancado de los resultados de las cumbres de Panmunjom y Singapur. Para contribuir aún más a restablecer este entorno, también pedimos:

-          La suspensión y cancelación de cualquier otro ejercicio militar en la región;

-          la reanudación del diálogo entre la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea y entre los Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea, con el aliento y el apoyo de otros Estados que participaron en la guerra de Corea, y

-          la normalización de las relaciones diplomáticas entre la República Popular Democrática de Corea y los Estados Unidos.

Hacemos un llamado para que se cumplan la letra y el espíritu de todos los acuerdos que han dado tantas esperanzas de progreso hacia la paz en la península de Corea, en particular la Declaración de Panmunjom de abril de 2018, la Declaración Conjunta de Pyongyang de septiembre de 2018 y la Declaración Conjunta de Singapur de junio de 2018. Oramos por la realización de la visión de la península de Corea como una zona libre de armas nucleares y por un mundo completamente libre de la amenaza de las armas nucleares.

La historia de la guerra de Corea nos ha enseñado que la reunificación de Corea no se puede llevar a cabo por la fuerza armada ni con medios coercitivos, dadas las trágicas consecuencias del conflicto. Solo se puede lograr por medios pacíficos, mediante el diálogo y la cooperación.

Oramos para que, mediante el diálogo y la cooperación, el pueblo coreano, dividido durante mucho tiempo, pueda sanar las heridas de la división y el conflicto, volver a encontrar su identidad común y su futuro compartido, y proporcionar liderazgo e inspiración para la paz en la región del Asia nororiental y en todo el mundo.

 

Apoyo de los países que participaron en la guerra de Corea

Corea del Sur

Consejo Nacional de Iglesias de Corea

Iglesia Presbiteriana de Corea

Iglesia Metodista Coreana

Iglesia Presbiteriana en la República de Corea

Iglesia Anglicana de Corea

Estados Unidos de América

Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América

Iglesia Metodista Unida (Estados Unidos de América)

Iglesia Presbiteriana (Estados Unidos de América)

Iglesia Unida de Cristo (Estados Unidos de América)

Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en los Estados Unidos y Canadá

Comité Central Menonita (Estados Unidos de América)

Australia

Consejo Nacional de Iglesias de Australia

Iglesia Unida en Australia

Reino Unido

Iglesias Unidas en Gran Bretaña e Irlanda

Iglesia Reformada Unida

Rev. Stephen Cottrell, obispo de Chelmsford

Tailandia

Iglesia de Cristo en Tailandia

Canadá

Iglesia Unida del Canadá

Iglesia Anglicana del Canadá

Canadian Association for Baptist Freedoms (Asociación Canadiense de Libertades Bautistas)

Bautistas canadienses de Ontario y Quebec

Reunión anual canadiense de la Sociedad Religiosa de los Amigos

Iglesia Cristiana Reformada en América del Norte

La Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía en el Canadá

Iglesia Evangélica Luterana en el Canadá

Iglesia Presbiteriana en el Canadá

Ejército de Salvación en el Territorio de Canadá y las Bermudas

La Iglesia Católica Ucraniana en el Canadá

Comité Central Menonita (Canadá)

Filipinas

Consejo Nacional de Iglesias de Filipinas

Nueva Zelandia

Iglesia Presbiteriana de Aotearoa/Nueva Zelandia

Etiopía

Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía

Iglesia Evangélica Etíope Mekane Yesus

Sudáfrica

Consejo Sudafricano de Iglesias

 

Apoyo de otros organismos

Internacional

Patriarcado Ecuménico

Comunión Mundial de Iglesias Reformadas

Consejo Metodista Mundial

Alianza de Asociaciones de Jóvenes Cristianos de Asia y el Pacífico

 

Rusia

Iglesia Ortodoxa Rusa (Patriarcado de Moscú)

Japón

Consejo Nacional Cristiano en Japón (Rev. Sungjae Kim, Secretario General)

 

(updated 24 June 2020)