Una declaración del Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, en nombre de las organizaciones religiosas

8 de diciembre de 2015

París, Francia

Queridas hermanas, queridos hermanos:

Tenemos esperanza y el derecho a tener esperanza.

Nosotros, que representamos a comunidades religiosas de todo el mundo, tenemos la mirada puesta en ustedes estos días. A menudo les recordamos la realidad del fracaso humano y de nuestra responsabilidad. Ya recibieron la Declaración de Líderes Religiosos y Espirituales sobre la COP21. El mensaje que traigo hoy es muy simple: tenemos la esperanza de vivir en un mundo mejor.

La personas de todo el mundo que sufren hoy los efectos del cambio climático, y seguirán sufriéndolos mañana, tienen la esperanza -y el derecho de tenerla- de que harán ustedes contribuciones significativas para reducir las emisiones mundiales de carbono.

Comparto la visión generalizada de que este es el momento de la verdad. Aquí no hay debate alguno sobre si el cambio climático es o no resultado de la actividad humana, por lo que es nuestra responsabilidad frenarlo. Eso es esperanzador.

Antes de venir a París estuve en Chennai, India. Allí muchos han perdido la vida, otros, sus hogares y pertenencias. Como siempre los pobres son los más vulnerables. En el sur de Noruega y en el Reino Unido hubo crecidas sin precedentes el pasado fin de semana; fue necesario evacuar a muchas personas de sus hogares. Representamos a todas esas personas y a muchas otras que sufren las pérdidas y daños causados ​​por el cambio climático. Ustedes saben que debemos cambiar. Esa es otra razón para sentir esperanza.

También tenemos esperanza porque ya se están produciendo cambios. Muchos están cambiando sus prioridades y sus estilos de vida para proteger el planeta. Por lo que son muchos los que nos acompañan, física o simbólicamente, en la peregrinación de justicia climática y paz.

Numerosos actores de los sectores financiero y empresarial están cambiando sus inversiones y prácticas. Están apostando por la descarbonización, las energías renovables y los nuevos métodos de producción y transporte. Ya ha empezado a hacerse el cambio hacia una economía más ecológica. Todos debemos hacer lo propio. Las generaciones futuras dependen de nosotros.

Estamos convencidos de que tenemos la capacidad de hacer lo que es justo para los pobres, quienes menos contribuyen a aumentar las emisiones son los que más sufren. Estamos convencidos de que Dios, el Creador, nos ha asignado esta responsabilidad, pero también nos ha dado la capacidad de cambiar.

La COP21 debe proporcionar indicaciones y normas claras para reducir drásticamente las emisiones de carbono de las actividades humanas. Ustedes pueden. Estamos igualmente convencidos de que son capaces de poner los intereses de toda la humanidad y de la Creación por delante de sus propios intereses nacionales. Estamos convencidos de que servirán al mundo exhibiendo lo mejor de la creatividad y la capacidad humanas.

Estamos convencidos de que deben y pueden hacerlo, y de que así lo harán. Tenemos esperanza. Tenemos razones para tener esperanza. Tenemos derecho a tener esperanza.