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Excmo Sr. Fernando Lugo
Presidente electo de la
República del Paraguay

Ginebra, 29 de abril de 2008

Su Excelencia,

Enterados de su elección como Presidente de la República del Paraguay, quiero enviarle, en nombre del Consejo Mundial de Iglesias y en el mío propio, nuestra sincera felicitación y asegurarle nuestras oraciones para que su mandato traiga más justicia y reconciliación para el pueblo paraguayo.

Nos hemos sentido conmovidos por sus declaraciones, tanto durante la campaña electoral como después de electo, que recogen la rica tradición de un cristianismo latinoamericano que se ha esforzado por seguir a Jesús en medio de una realidad marcada por la desigualdad y la injusticia. Su compromiso con los más pobres y excluidos en el Paraguay, en especial los campesinos e indígenas, sientan las bases para que bajo su presidencia, todo el pueblo paraguayo pueda construir una sociedad que reduzca la brecha entre ricos y pobres y haga frente a la corrupción con honestidad y transparencia. Las recientes elecciones, han sido un testimonio de que la transparencia es posible, como tuvimos el honor de percibir a través de nuestra representante en el grupo de observadores internacionales, la Rev. Eunice Santana, ex-presidente del Consejo Mundial de Iglesias.

Los desafíos que se presentan a su tarea serán difíciles. Tanto en el país como fuera de él se alzarán voces contra su gestión. A la vez que oramos para que el Espíritu lo continúe iluminando para que pueda discernir las mejores decisiones a tomar, como comunidad de más de 340 iglesias cristianas en todo el mundo, nos comprometemos a continuar apoyando todos aquellos esfuerzos que conduzcan a la paz con justicia y equidad.

Deseándole bendiciones y paz al pueblo paraguayo y a Ud. en su nueva misión, me despido atentamente,

Rev. Dr. Samuel Kobia

Secretario Genera

Excmo Sr. Fernando Lugo
Presidente electo de la
República del Paraguay

Ginebra, 29 de abril de 2008

Su Excelencia,

Enterados de su elección como Presidente de la República del Paraguay, quiero enviarle, en nombre del Consejo Mundial de Iglesias y en el mío propio, nuestra sincera felicitación y asegurarle nuestras oraciones para que su mandato traiga más justicia y reconciliación para el pueblo paraguayo.

Nos hemos sentido conmovidos por sus declaraciones, tanto durante la campaña electoral como después de electo, que recogen la rica tradición de un cristianismo latinoamericano que se ha esforzado por seguir a Jesús en medio de una realidad marcada por la desigualdad y la injusticia. Su compromiso con los más pobres y excluidos en el Paraguay, en especial los campesinos e indígenas, sientan las bases para que bajo su presidencia, todo el pueblo paraguayo pueda construir una sociedad que reduzca la brecha entre ricos y pobres y haga frente a la corrupción con honestidad y transparencia. Las recientes elecciones, han sido un testimonio de que la transparencia es posible, como tuvimos el honor de percibir a través de nuestra representante en el grupo de observadores internacionales, la Rev. Eunice Santana, ex-presidente del Consejo Mundial de Iglesias.

Los desafíos que se presentan a su tarea serán difíciles. Tanto en el país como fuera de él se alzarán voces contra su gestión. A la vez que oramos para que el Espíritu lo continúe iluminando para que pueda discernir las mejores decisiones a tomar, como comunidad de más de 340 iglesias cristianas en todo el mundo, nos comprometemos a continuar apoyando todos aquellos esfuerzos que conduzcan a la paz con justicia y equidad.

Deseándole bendiciones y paz al pueblo paraguayo y a Ud. en su nueva misión, me despido atentamente,

Rev. Dr. Samuel Kobia

Secretario Genera