25 de noviembre de 2019

Consejo Mundial de Iglesias

COMITÉ EJECUTIVO

Bossey (Suiza)

20 a 26 de noviembre de 2019

Doc. Nº 04.4 rev

 

Nota sobre los Sistemas de Armas Autónomos Letales: 'robots asesinos'

El Consejo Mundial de Iglesias está profundamente preocupado por las implicaciones éticas de los esfuerzos de varios países ­–especialmente de los EE. UU., Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Israel y Corea del Sur– para desarrollar sistemas de armas automáticas con una autonomía significativa en la selección de objetivos. Esas armas, si se diseñan para ser totalmente autónomas, tomarían decisiones sobre quién vive y quién muere. Se eliminaría todo control humano significativo en tiempo real y, con ello, la responsabilidad legal, ética y moral directa de esas decisiones. Además, el desarrollo de semejantes armas plantea el espectro de una nueva y desestabilizadora carrera armamentista robótica.

La investigaciones llevadas a cabo han demostrado que es posible que los prejuicios lleguen a ser programados, incluso involuntariamente, en los sistemas de inteligencia artificial, por lo que existe la preocupación de que se pueda desarrollar tecnología capaz de incorporar intencionalmente los prejuicios y sesgos raciales en esas armas. Eso llevaría a situaciones en que las personas con ciertos rasgos en común con una etnia concreta, como el color de la piel, correrían un mayor riesgo de ser el objetivo de los llamados 'robots asesinos'.

La campaña para detener a los robots asesinos se inició en 2012. Es una coalición de 114 ONG internacionales, regionales y nacionales de 58 países. La campaña tiene el objetivo de lograr una prohibición preventiva de las armas totalmente autónomas. A pesar de las obvias implicaciones morales y éticas del asunto, por el momento la campaña cuenta con una participación escasa de agentes religiosos.

El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), reunido en Bossey, (Suiza), del 20 al 26 de noviembre de 2019:

Afirma la profunda preocupación del movimiento ecuménico por las implicaciones éticas, morales y legales del desarrollo y despliegue de sistemas de armas totalmente autónomos con la capacidad de identificar y seleccionar a individuos concretos y de ejecutar ataques contra ellos, sin que exista un ser humano que tenga el control en tiempo real, tome decisiones o asuma responsabilidades.

Considera que esos sistemas de armas son fundamentalmente censurables e inadmisibles, y pide una prohibición preventiva de su desarrollo y despliegue.

Propone que el CMI se una a la campaña contra los robots asesinos y, teniendo en cuenta las limitaciones en cuanto a disponibilidad de tiempo y de capacidad del personal, contribuya con su voz y su autoridad religiosa a esta campaña de la sociedad civil para prevenir esta nueva amenaza militarista contra la vida, la dignidad y los derechos humanos.

Insta a las iglesias miembros del CMI, especialmente a las de los países que están desarrollando ese tipo de armas, a que reivindiquen ante sus gobiernos el cese de esas actividades y a que apoyen una prohibición internacional de los sistemas de armas autónomos letales.