La descripción de la situación ecuménica de Rumania es presentada por la Asociación ecuménica de Iglesias (AIDRom, Bucarest) con aprobación de su presidente, Su Excelencia Nifon (Iglesia ortodoxa rumana) y de su vicepresidente, el obispo Christoph Klein (Iglesia evangélica de la Confesión de Augsburgo en Rumania). Las informaciones relativas a las Iglesias y la vida ecuménica en Rumania han sido preparadas a petición del Consejo ecuménico de las Iglesias para ser publicadas en el folleto de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos 2001.

Gracias al gran arco que constituyen los montes Cárpatos, el Danubio y el mar Negro, es fácil localizar en cualquier mapa geográfico a Rumania. Desde el punto de vista cultural está situada en la encrucijada que hay entre la Europa oriental y la Europa occidental. El 99% de la población, que supera los 22 millones de habitantes, se declaran cristianos. En los que respecta a las otras comunidades religiosas, hay 9.000 judíos y 56.000 musulmanes. Finalmente, unos pocos miles se declaran ateos o no creyentes.

La Iglesia más numerosa es la Iglesia ortodoxa rumana, a la que pertenecen el 86,8% de los cristianos rumanos (19,8 millones de personas) . La Iglesia católica rumana (5%) suma 1,16 millones de fieles, mientras que la Iglesia greco-católica afirma que son más de 700.000 miembros. La Iglesia reformada (calvinista de etnia húngara) suma 800.000 miembros; la Iglesia evangélica luterana (sínodo presbiteriana de etnia húngara) tiene 21.000 miembros; la Iglesia evangélica (luterana) de la Confesión de Augsburgo (etnia alemana) tiene 17.000 miembros . La Comunidad unitariana (sociniana, de etnia húngara) suma alrededor de 76.000 fieles; la Iglesia armenia suma 2.000 fieles, mientras que las Iglesias libres (bautistas, pentecostales, adventistas, cristianos según el evangelio, y otras) reúnen más de medio millón de cristianos.

La Asociación ecuménica de Iglesias (AIDRom) ha sido fundada en 1993 y reagrupa a ortodoxos y reformados, a las dos Iglesias evangélicas (luteranas), así como a la Iglesia armenia. AIDRom está en contacto con organismos ecuménicos a nivel internacional, organizaciones no gubernamentales y asociaciones de Rumania que apoyan los proyectos. Particularmente la Asociación ecuménica de Iglesias se dedica a promocionar la Semana de oración por la unidad de los cristianos, ocasión para la cual cada año edita un folleto en tres lenguas (rumano, húngaro y alemán) sobre la base de los textos elaborados por el grupo mixto internacional y enviados por el CEI a fin de animar y ayudar a la organización para las celebraciones ecuménicas en toda Rumania.

Desde 1960 la Semana de oración por la unidad de los cristianos comenzó a ser celebrada en diversos lugares. El Día Internacional de oración (de las mujeres), celebrada todos los años el primer viernes de marzo, constituye una nueva ocasión de oración ecuménica. La coordinación de este Día está garantizada por un comité ecuménico nacional formado por mujeres procedentes de siete Iglesias diferentes entre las cuales está la Iglesia católica. Por lo demás hay que hacer notar que la responsabilidad excepcional de preparar el servicio de oración para el Día Internacional de oración, que tendrá lugar el 1 de marzo de 2002, ha sido confiada al Comité por el Día Internacional de oración de Rumania.

En 1990 la constitución de asociaciones fue nuevamente posible y numerosas asociaciones cristianas, tanto confesionales como ecuménicas, fueron creadas. En Bucarest se halla la Alianza Bíblica Interconfesional de Rumania. En 1992 se asiste a la fundación del "Foro ecuménico de mujeres cristianas de Rumania", del cual son miembros las asociaciones cristianas así como personas individuales. Este Foro organiza encuentros ecuménicos y cursos de formación profesional frecuentados por mujeres de todo el país. Como ejemplo de ecumenismo local citamos a la asociación de ayuda mutua "Ortopraxia", sita en Orastie/Broos. Está dirigida por pastores de cinco Iglesias históricamente presentes en esta ciudad. Otras organizaciones tienen igualmente una actividad ecuménica, tanto si éstas están ligadas a una confesión particular como la asociación "Lifebelt" de Targu Mures, que depende de la congregación de la Iglesia reformada.

Es a nivel de las autoridades eclesiales y de las facultades teológicas en el seno del país donde se cultivan las relaciones ecuménicas entre las Iglesias; pueden igualmente tomar la forma de colaboradoras entre las Iglesias rumanas y las Iglesias del extranjero. Las Iglesias protestantes son miembros de sus respectivas organizaciones mundiales (por ejemplo, la Federación Luterana Mundial, la Alianza Reformada Mundial, la Alianza Bautista Mundial) y, en el caso de la Iglesia ortodoxa rumana, forman parte igualmente de la Conferencia de Iglesias Europeas y del Consejo Ecuménico de las Iglesias. Algunas palabras sobre el pasado

La aparición del cristianismo en el territorio que actualmente corresponde a Rumania se remonta, según la tradición ortodoxa, al principio del primer siglo de la era cristiana. Los descubrimientos arqueológicos confirman la existencia de cristianos desde el siglo IV. He aquí brevemente unos cuantos hechos históricos: un obispado católico fue erigido en Alba Iulia (Transilvania) en el siglo XI; en 1359 una metropolía ortodoxa fue fundada en Arges, en la región de Valaquia. La Iglesia ortodoxa rumana logra su independencia en 1885 y en 1925 fue elevada al rango de patriarcado. En Transilvania, donde se establecieron numerosas Iglesias, una legislación tolerante y ejemplar fue aplicada en una época remarcadamente precoz (1568). Diversas confesiones fueron reconocidas y reciben un mismo estatuto, de manera que los protestantes austríacos, por ejemplo, aquí encontraron refugio.

La gran diversidad que caracteriza a las Iglesias en Rumania y especialmente en Transilvania provienen en parte del origen étnico de sus habitantes. Generalmente los rumanos pertenecen a la Iglesia ortodoxa y a las Iglesias católicas de los dos ritos (latino y bizantino); los reformados los unitarianos, una mayoría de católicos y algunos luteranos son de origen húngaro y la mayor parte de éstos viven en Transilvania. Los fieles de la Iglesia evangélica de la Confesión de Augsburgo son en su mayor parte miembros de la minoría alemana de Transilvania. Esta diversidad constituye una riqueza para la vida del país; sin embargo, la convivencia necesita una gran actitud de compresión mutua. Es importante que todos trabajen a favor de la reconciliación.

Bajo la dictadura comunista (desde el final de la Segunda guerra mundial hasta 1989) todas las Iglesias encontraron importantes dificultades. Perdieron todas sus tierras, bosques, escuelas, hospitales y edificios de que se habían beneficiado desde la reforma agraria de 1921 (con excepción de las iglesias). Ninguna iglesia se pudo edificar. La enseñanza religiosa estaba proscrita en los centros escolares (como en las iglesias). Los centros de formación de pastores siguieron funcionando bien aunque con algunas restricciones. La Iglesia greco-católica sufrió un trato particularmente duro del régimen comunista. Fue totalmente prohibida, su clero encarcelado o asesinado, sus bienes confiscados; finalmente sus iglesias usurpadas y confiadas a la Iglesia ortodoxa.

En el umbral del nuevo milenio

Con los acontecimientos políticos de 1989 las Iglesias pudieron gozar ellas mismas de nuevas oportunidades. La libertad de movimiento y de reunión así como la libertad de prensa, son favorables al ecumenismo. Ya no se puede hablar más de la "solidaridad de los oprimidos", sino que la apertura espontánea al diálogo ha permitido nuevas formas de colaboración.

Las Iglesias conscientemente enriquecen sus servicios diaconales y ayudan a los pobres y a los marginados. Esto es absolutamente esencial en un país que debe hacer frente a las enormes dificultades económicas y a una pobreza creciente. Pero deben igualmente ofrecer una respuesta a las necesidades espirituales. En estos diez últimos años han sido construidos en Rumania más de cien nuevos monasterios ortodoxos. En efecto, los monasterios conocen hoy un gran desarrollo y un periodo extremadamente floreciente.

La Iglesia greco-católica continua luchando por recuperar sus bienes. En muchos sitios sus asambleas de fieles, cuyo nombre ha disminuido enormemente por su prohibición después de 45 años, no han podido todavía recuperar sus iglesias (salvo cerca de 120) de los 2300 bienes inmobiliarios eclesiásticos confiscados en 1948. También las otras Iglesias, diez años después de los cambios políticos, la situación respecto de la propiedad de los edificios (por ejemplo, escuelas, viviendas, etc.) no ha podido ser resuelta.

La instrucción religiosa en las escuelas ha sido restaurada y los padres pueden elegir el curso organizado por tal o cual confesión e inscribir a sus hijos. A pesar de esto, se denuncia en ciertos lugares las tentativas desleales de reclutamiento de fieles. Se sospecha también un cierto proselitismo cuando las Iglesias utilizan sus fuerzas materiales (gracias a las aportaciones extranjeras) para ayudar o emprender vastos proyectos de construcción.

La visita del Papa Juan Pablo II a Rumania, del 7 al 9 de mayo de 1999, ha constituido sin lugar a duda un acontecimiento importante para la comunidad ecuménica. Ello no ha sido simplemente un gran honor para toda Rumania sino también la ocasión de una reflexión intensa sobre la cuestión de la unidad de los cristianos. Los actos litúrgicos ortodoxo, greco-católico y católico latino celebrados con la participación o en presencia del Papa y del Patriarca han tenido una fuerte impresión sobre todos los fieles, independientemente de su confesión.

Tres ejemplos de acontecimientos ecuménicos particularmente logrados en Rumania testimonian claramente la amistad y la colaboración existentes entre las personas de las diferentes Iglesias y orígenes étnicos:

    • Sibiu: Una celebración ecuménica ha tenido lugar todos los meses en la que tomaron parte los miembros de las Iglesias ortodoxa, católica latina, greco-católica, evangélica alemana y reformada.
    • Timisoara: La celebración ecuménica del Día Internacional de oración está organizada en común y traducida en tres lenguas. Los fieles de cinco Iglesias diferentes se reúnen para orar juntos.
    • Bucarest: El Consejo ecuménico local de la ciudad prepara la Semana de Oración por la unidad de los cristianos. Cada tarde, la celebración tiene lugar en una iglesia diferente y los fieles de las diversas confesiones participan fraternalmente.