Un saludo navideño del Consejo Mundial de Iglesias

Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan 1:3-4

En estos momentos, los símbolos navideños de luz y de vida llenan nuestros hogares e iglesias: belenes, estrellas, árboles de verdes hojas y velas. También los encontramos en las calles, en los mercados y, en ocasiones, en lugares donde no esperábamos encontrarlos. Pueden transmitir un significado y una alegría que trascienden incluso la comercialización de estos símbolos en Navidad.

Esta Navidad, les invito a poner su atención en un aspecto del mensaje de la encarnación del que no hablamos muy a menudo, pero que se ha convertido en algo muy importante para todos nosotros. El nacimiento de Jesús se describe en el Evangelio según San Juan como el amor del Creador por el mundo. Se nos ha dado la vida a través de él. Esta es la afirmación bíblica del amor de Dios por el mundo, por el mundo en su totalidad. Se transmite a través de la presencia de Dios en nuestra vida humana. Jesús es la vida y la luz de todos y para todos. Jesús como Palabra de la Creación está cerca de nosotros, entre nosotros; es uno de nosotros. Él está aquí por nosotros y por nuestra salvación.

Debemos pensar, sentir y celebrar la manera en que el mensaje de la Navidad es relevante para nuestra relación personal con Dios. No obstante, el Evangelio también nos ofrece una perspectiva más amplia: el mensaje de la Navidad nos ayuda a ver todas las cosas y a todos los que Dios ha creado como expresiones de la voluntad y el amor de Dios.

La Sagrada Familia es un símbolo de toda la familia humana, rodeada de animales y de todo lo que Dios creó a través de la Palabra.

La luz y la vida del mundo que celebramos en Navidad son aún más necesarias en un mundo amenazado por nuestras acciones humanas y por no cuidar nuestra tierra, nuestro hogar común. El mensaje de Navidad es para todos y nos concierne a todos.

La encarnación (el hecho de que Dios se haga carne, humano y parte del mundo creado) es el maravilloso misterio de la Navidad. Este misterio enfoca nuestra atención en cómo Dios ama no solo a los seres humanos, sino a toda la creación de la cual formamos parte.

Los grandiosos y resplandecientes símbolos de luz y de vida no solo están ahí para hacernos sentir paz y felicidad: también nos llevan a una nueva perspectiva de toda la creación en la que compartimos nuestra fe, nuestra esperanza y  nuestro amor.

El significado de la Navidad es un mensaje para todos nosotros, para el futuro de nuestro mundo: el amor de Cristo nos insta a cuidar de la creación de Dios. Estamos aquí para ser signos de esta vida y esta luz, que representan la presencia de Cristo.

Rev. Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario General
Consejo Mundial de Iglesias