1. Conscientes de que los cristianos y los musulmanes han vivido en armonía en muchas épocas y muchos lugares, observamos con pesar que ahora la ley sobre la blasfemia de Pakistán parece haberse convertido en una fuente importante de victimización y persecución de las minorías. Desde que en 1986 fue enmendado el Código Penal del país, las minorías religiosas de Pakistán han vivido con aprensión y terror. Se han presentado demandas falsas contra las minorías religiosas conforme a la ley sobre la blasfemia, y los cristianos en particular se han convertido en el blanco del acoso y la persecución. Los ataques contra las minorías religiosas se han intensificado debido a la tendencia creciente del uso de la ley sobre la blasfemia, que es utilizada con frecuencia como herramienta para ajustar cuentas personales. Estos incidentes han fomentado un clima de violencia y persecución por motivos religiosos en varios lugares de Pakistán. La ley de la blasfemia se ha convertido en una fuente de fricciones entre las comunidades religiosas mayoritarias y minoritarias del país.

2. Esta ley forma parte del Código Penal de Pakistán. Su Capítulo XV trata de las ofensas relacionadas con la religión y contiene los apartados 295 a 298. La ley sobre la blasfemia fue introducida por primera vez durante el dominio británico de la India, que todavía no estaba dividida, en 1860. En 1927, el apartado 295 fue añadido al Código Penal para abordar “los actos deliberados y malintencionados que tienen como objetivo herir los sentimientos religiosos de cualquier grupo ofendiendo su religión o sus creencias religiosas”. Conforme a esta disposición, se brindaba protección a todos los grupos religiosos por igual. La condena dependía de pruebas que demostrasen que el acusado había herido u ofendido deliberadamente los sentimientos religiosos de una persona. En los cuarenta años que siguieron a la creación de Pakistán en 1947, la ley sobre la blasfemia que existía entonces fue considerada adecuada y durante ese período ningún gobierno sintió la necesidad de realizar modificaciones a la misma hasta que el general Zia Ul Haq introdujo una serie de enmiendas al Código Penal de Pakistán a instancias de los partidos islámicos del país. El cambio en la orientación de las políticas del Estado introducido por el general Zia Ul Haq dio pie a promover la intolerancia bajo la etiqueta de la blasfemia. Desde entonces, la minoría cristiana de Pakistán ha sido víctima de cada vez más humillaciones y persecuciones por medio de falsas acusaciones hechas de acuerdo con la ley sobre la blasfemia.

3. Aunque pretende proteger el Islam y las sensibilidades religiosas de la mayoría musulmana, la ley de la blasfemia está formulada con imprecisión y la policía y el poder judicial la aplican arbitrariamente de una forma que equivale a acoso y persecución. Se ha convertido en una de las leyes más estrictas del país. La ley en sí solo proporciona una definición imprecisa de la blasfemia, pero ésta conlleva la pena de muerte obligatoria en algunos casos. También hay graves errores en los mecanismos que ponen en práctica la ley. Desde que fue introducida la pena de muerte obligatoria como resultado de la ley de enmienda No. III (1986) al apartado 295C, muchas personas inocentes han perdido la vida. En varios casos, las personas acusadas no fueron llevadas a juicio. Muchas víctimas de la ley sobre la blasfemia han tenido que buscar asilo en países extranjeros por su seguridad y otros se han visto obligados a vivir escondidos.

4. Hoy en día, el principal error en la práctica y la implementación de la ley sobre la blasfemia es que, con el testimonio del querellante, una persona acusada de blasfemia es detenida inmediatamente. El castigo incluye la pena de muerte obligatoria por calumniar al profeta Mahoma y la cadena perpetua por profanar el Sagrado Corán. Según las disposiciones de la ley actual, es posible que se produzca una condena sin que se pruebe el intento premeditado por parte del acusado. Esto representa una violación de los derechos fundamentales garantizados por la Constitución de Pakistán. La experiencia común del abuso y el empleo inadecuado de la ley sobre la blasfemia en Pakistán ha llevado a situaciones de violencia física, daños, la destrucción de propiedades y la pérdida de vidas entre la inocente minoría cristiana a lo largo de los años. Se ha informado, por ejemplo, de que entre 1988 y 2005 las autoridades pakistaníes acusaron a 647 personas basándose en la ley sobre la blasfemia. En los últimos tiempos, este número ha aumentado. Los grupos de derechos humanos observaron que los cargos formulados contra individuos de acuerdo con la ley sobre la blasfemia se basan únicamente en las creencias religiosas minoritarias de estos individuos o son acusaciones malintencionadas sin fundamento que provienen de enemistades personales. Con frecuencia, el propósito es que estas personas sean encarceladas, para así obtener ventajas en los negocios o en las disputas por las tierras. Se ha informado de que el poder judicial también afronta amenazas, intimidación y presiones. Como resultado, los tribunales de primera instancia se han visto con frecuencia obligados a condenar a los acusados sin estudiar adecuadamente las pruebas que se les presentan. Se hace cada vez más difícil obtener una vista imparcial en Pakistán para los acusados de quebrantar esta ley.

5. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha seguido con preocupación los asesinatos de cristianos en Gojra y otros lugares del estado de Punjab en las últimas semanas. Recordando las garantías dadas a las minorías religiosas por Mohammed Ali Jinnah, fundador de Pakistán, de que “las minorías son una responsabilidad sagrada del Pakistán”, el CMI cree que la discriminación y los ataques dirigidos a las minorías religiosas en este país son una violación del Artículo 36 de la Constitución de Pakistán que garantiza los derechos legítimos de las minorías. En el contexto de la tendencia creciente del abuso de la ley sobre la blasfemia que intensifica el odio comunitario, la intolerancia religiosa y la persecución contra las minorías religiosas, el CMI expresa su seria preocupación respecto al apartado 295C del Código Penal pakistaní que conlleva la pena de muerte obligatoria para cualquier persona que sea hallada culpable de blasfemia.

El Comité Central del CMI, reunido en Ginebra del 26 de agosto al 2 de septiembre de 2009, por lo tanto:

A. Insta al Gobierno de Pakistán a revocar el apartado 295C del Código Penal pakistaní que conlleva la pena de muerte obligatoria para cualquier persona que sea hallada culpable de blasfemia.

B. Apela al Gobierno de Pakistán para que garantice los derechos de todas las minorías religiosas en el país.

C. Expresa su solidaridad con los cristianos y otras minorías religiosas de Pakistán.

D. Anima a las iglesias miembros del CMI a que pidan a sus respectivos gobiernos que escriban al Gobierno de Pakistán y expresen su preocupación por la seguridad de las minorías religiosas en Pakistán y que también pidan que se ponga fin al abuso de la ley de la blasfemia.

E. Apela a las iglesias miembros del CMI para que oren por el pueblo de Pakistán y por que la paz y la seguridad prevalezcan en todo el país.

 

Aprobada por consenso unánime

 

La siguiente oración se propone como recurso para facilitar el compromiso de las iglesias con el tema al que se refiere la declaración:

Santo Dios,

Escucha el clamor de todos

los que invocan tu nombre en la fe y la esperanza

los que susurran tu nombre por temor a la persecución

los que gritan tu nombre en la lucha por la justicia

los que manifiestan tu nombre en el diálogo con personas de otras religiones

los que ofrecen tu nombre en la búsqueda de la paz y la reconciliación.

Escucha nuestro clamor cuando te invocamos, “Abba, Padre, Santo Dios”