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Consejo Mundial de Iglesias
Federació
n de Iglesias Protestantes Suizas
Iglesias Reformadas en Berna-Jura-Solothurn

Foro Ecuménico sobre Palestina e Israel
CONFERENCIA TEOLÓGICA INTERNACIONAL
"La Tierra Prometida"

Centro Eclesiástico Bürenpark, Berna, Suiza
10 a 14 de septiembre de 2008

Documento final

En el llamamiento de Amán, realizado en junio de 2007 como resultado de la conferencia internacional por la paz, organizada por el Consejo Mundial de Iglesias en Amán (Jordania), se planteó el pedido urgente de los cristianos palestinos a sus hermanos y hermanas en Cristo: "Ya basta. No más palabras sin obras. Es hora de actuar." Con este llamamiento, se instó a las iglesias a no guardar silencio ante el sufrimiento.

Esta conferencia internacional se enmarcó en el Foro Ecuménico sobre Palestina e Israel y tuvo un gran alcance ecuménico; se celebró en Berna (Suiza) y fue copatrocinada por el CMI, la Federación de Iglesias Protestantes Suizas y las Iglesias Reformadas en Berna-Jura-Solothurn. Fue organizada con el fin de ayudar a las distintas partes del cuerpo de Cristo a unirse en la labor de abordar las consideraciones bíblicas y teológicas del discurso cristiano sobre el conflicto entre Palestina e Israel. El tema de la conferencia, la Tierra Prometida, proporcionó una base para examinar la escritura, y un fundamento material para abordar el conflicto contemporáneo entre israelíes y palestinos.

Los 85 participantes en la conferencia examinaron la necesidad de dedicar tiempo y energía a considerar la diversidad de perspectivas presentes en la familia cristiana. Puesto que el encuentro se había programado con mucho tiempo, hubo un importante porcentaje de participantes procedentes de Palestina, Israel y Oriente Medio. Así pues, hubo ocasión de oír el testimonio de cristianos palestinos que narraron sus experiencias y sus ideas teológicas acerca de la tierra y las promesas divinas.

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Tras décadas de desposesión, discriminación, ocupación ilegal, violencia y derramamiento de sangre en Palestina-Israel, los cristianos están ante el desafío de seguir el estudio y el análisis crítico, y de recrear la visión de las teologías de la tierra a fin de promover visiones y respuestas cristianas que afirmen la vida de cara al conflicto. En este proceso se examinan los contextos en los que se crearon nuestras teologías, y sus consecuencias sobre millones de seres humanos.

Esta conferencia optó sobre todo por oír la voz de los teólogos cristianos palestinos y de Oriente Medio. En varios puntos, los participantes constataron con dolor que los cristianos del mundo entero concebían de manera distinta las vocaciones, las situaciones, las perspectivas, los intereses y la solidaridad, y que ello daba lugar a ideas distintas acerca de la tierra. Nuestra esperanza compartida en el Dios resucitado nos permite confiar en que estas diferencias no excluyan la transformación mutua.

En la conferencia, eruditos cristianos con diversos enfoques presentaron documentos para el debate sobre una gama de temas, entre otros, el tema de la tierra y las promesas de Dios, el paradigma de Abraham, la Iglesia e Israel, y el "pueblo de Dios". Juntos hemos sido testigos del potencial transformador del encuentro entre cristianos con ideas muy distintas.

Un tema central de la conferencia fue la forma de leer la Biblia. Estamos llamados a reconocer el contexto de nuestras interpretaciones y a reconocer la distinción entre la historia de la Biblia y la historia sobre la Biblia, así como a distinguir entre el Israel bíblico y el Estado de Israel de la actualidad. Al distinguir entre un elemento y otro, se nos reta a entender los fundamentos filosóficos de nuestras interpretaciones y sus connotaciones morales. El conflicto contemporáneo Palestina-Israel encuentra resonancias en metáforas bíblicas. Sin embargo, en la conferencia hubo un importante consenso acerca de que la Biblia no debe utilizarse para justificar la opresión o para formular comentarios reduccionistas sobre acontecimientos contemporáneos con los cuales sacralizar el enfrentamiento e ignorar sus dimensiones sociopolíticas, económicas e históricas. Estamos llamados no sólo a descubrir las manipulaciones de la Escritura que ignoran el contexto y la complejidad, sino a ofrecer lecturas del texto que promuevan los valores del Reino de Dios: la justicia, la paz, la reconciliación y el perdón.

A lo largo de la conferencia fuimos tomando conciencia de la contribución significativa de las teologías europea y norteamericana en la sanación judeo-cristiana, y su capacidad para abrir nuevos horizontes a la teología cristiana. Esperamos que estas teologías se vean enriquecidas por el diálogo en curso con las realidades de la situación Palestina-Israel y el diálogo con los musulmanes del mundo entero. Los cristianos del contexto de Palestina-Israel, que también tienen su propia relación con los judíos, deben ser acogidos con beneplácito como compañeros en nuestra reflexión teológica conjunta sobre estos asuntos, en favor del mutuo enriquecimiento, la misión a la que estamos llamados.

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Tal lo sucedido con muchas conferencias ambiciosas, procuramos lograr demasiado en un plazo de tiempo demasiado breve. Hubo más información que transformación.

Sigamos, pues, forjando relaciones de confianza que permitan la transformación que sólo puede producirse mediante el diálogo continuo y la confrontación constructiva en un espíritu de unidad cristiana.

Sigamos elaborando un discurso teológico sobre la tierra, la vida sobre la tierra y la vida en comunidad en la tierra, que sea sensible, promueva el respeto entre nosotros y para con los demás, tanto en el contexto intracristiano como en el contexto entre religiones, en particular, manteniendo el diálogo con judíos y musulmanes, y evitando todo tipo de enseñanza del desdén. Un importante punto de mira de esta evolución será la reflexión teológica sobre el derecho internacional y los derechos humanos.

Con el nacimiento de una nueva generación, afirmemos la gestación de un nuevo discurso sobre estas cuestiones. Por lo tanto, nuestras iglesias deben comprometerse con la formación ecuménica e interreligiosa.

Continuemos analizando con espíritu crítico y creativo los conceptos de la "Tierra Prometida", y redescubramos en la Biblia y en nuestras tradiciones metáforas generadoras de vida para promover la justicia, la paz, la reconciliación y el perdón en pro de la plenitud de la tierra y de todos sus habitantes.

Abramos este diálogo para poder incluir otros enfoques de la lectura bíblica y la práctica teológica dimanantes de otros casos de conflicto, desposesión de la tierra, opresión y exclusión, que nos permitan analizar el conflicto más concienzudamente, cuestionar ideologías como el antisemitismo y el sionismo cristiano, y hacer nuestra contribución al advenimiento de la paz y la construcción de la paz en Palestina-Israel.

Berna, Suiza, 13 de septiembre de 2008