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Leído por el prof. Jorge Mello, de la Asociación Budista Zen de Porto Alegre 

Pertenecientes a diferentes religiones, tradiciones de fe e iniciativas interreligiosas, expresamos nuestra alegría al reunirnos con hermanas y hermanos del CMI y sus denominaciones cristianas, en un espíritu de fe, amor y esperanza, que experimentamos en las múltiples formas que ha adoptado a lo largo de la historia de la humanidad. Nuestras voces se unen en un himno plural y armónico de acción de gracias al Dios de todos los nombres, tiempos y lugares, por este gran momento de reunión y fraternidad.

Nos alegramos de todo corazón por la apertura manifestada por el CMI con respecto a la importancia del diálogo interreligioso, especialmente en este período de la historia humana repleto de conflictos y desafíos. Respondemos a esta realidad con toda nuestra fe y esperanza. Plenamente conscientes de nuestros límites, nos conforta la certeza de que la historia es lo único que impide un diálogo auténtico para superar las distancias que se han abierto entre nosotros. Deseamos formar parte del espíritu y fraternidad que tan vigorosamente han manifestado los participantes en esta Asamblea.

Vivimos en una parte del mundo que tiene una historia de sufrimiento y de intolerancia contra las expresiones religiosas no cristianas. La colonización de nuestro continente fue irrespetuosa para con otras religiones, en particular las de los pueblos africanos e indígenas. Hoy en día, está cambiando el contexto mediante la búsqueda de diálogo, el perdón recíproco y la esperanza de que se superen todas las formas de intolerancia. Hay signos que nos estimulan a luchar por una cultura de paz, obedeciendo a Dios en todas sus formas, el cual desea la dignidad para todos, especialmente en este continente con tanta diversidad de rostros bellos.

Tenemos que pedir juntos perdón por el mal causado a tantas personas en todo el mundo, víctimas de la intolerancia religiosa y del deseo de poder por razones pseudo-religiosas. Con corazón humilde debemos construir una reconciliación auténtica, tomando como referencia a nuestro Dios multiforme, a quien debemos servir con todo nuestro corazón. En nombre de nuestros credos, estamos dispuestos al diálogo y a construir los puentes que se necesitan para afrontar los grandes problemas que afligen a la humanidad. La paz y la justicia deben bajar del mundo de las ideas a la realidad de nuestras vidas.

Esperamos que la Novena Asamblea del CMI llegue a ser un momento de inspiración y de renovación del compromiso para con una humanidad que está más cerca del Creador de todos los seres. 

Queridas hermanas y hermanosMiembros de diferentes confesiones cristianas reunidos hoy en la Novena Asamblea del CMI