TÍTULO EL ANHELO DE UN FUTURO COMÚN

SINOPSIS : John y Lei se encuentran en la Asamblea del CMI en Porto Alegre. Comienzan a hablar de cómo piensan que será el movimento ecuménico y la unidad de la iglesia en el futuro (en los próximos cincuenta años) Comparten con el otro sus propios ideales y hablan sobre los obstáculos que han de superar para alcanzar ese sueño de unidad. Hablarán de su esperanza para superar los desafíos que plantea la fragmentación del mundo y de la iglesia.

ACTORES : Lei Garcia y John Ngige Njoroge

ESCENA 1

John : ¡Me alegro de volver a verte, Lei!

Lei : Hola John, ¿cómo estas?

(John y Lei se dan un abrazo)

Lei : ¡Qué bien ver a tantos jóvenes reunidos aquí en la Asamblea! 

John : ¡Sí! Es increíble. Y tú, ¿cómo te sientes al ser participante? 

Lei : Formar parte de la Asamblea, me siento agradecido de formar parte de esta importante coyuntara en la vida del CMI. Y, por supuesto, me llena de gozo estar entre aquellos que reconocen, esperan y ruegan con Cristo por la unidad de la iglesia dividida (Juan 17:20-21). 

John : Eso es magnífico y, hablando de las divisiones de la iglesia. ¿No es estimulante cuando profundizamos en la textura de la unidad que buscamos, en su naturaleza y su significado? 

Lei : (asintiendo con la cabeza) ¿Entonces, estás diciendo que la textura de la unidad significa el valor y la relevancia de la unidad visible en nuestras iglesias? Si es así, creo que esto exige una identidad cristiana común que exhorte a nuestras iglesias a una unidad visible, que es una expresión de una fe común, una visión común y un testimonio común en el mundo. 

John : ¡Ajá! ¿Pero una identidad común tendría algún significado para la diversidad de iglesias cristianas locales, cuando se trata de sus luchas espirituales, económicas y políticas? 

Lei : Creo que sí. Por ejemplo, en Filipinas, nuestros propios pastores, sacerdotes y trabajadores religiosos no se dispersaron durante las recientes matanzas y represiones políticas, porque se pusieron del lado de los pobres y ejercieron su voz profética. Así pues, creo firmemente en que una iglesia unida sería el instrumento por el que nuestras iglesias, que constituyen la casa de Dios, se regirían para vivir y dar testimonio a todos los pueblos de que la oikoumene se han convertido en el oikos de Dios. ¿No se creo el CMI precisamente para ser un instrumento destinado a construir la casa de Dios? 

John : Y eso tendrá lugar si participamos colectivamente y nos ayudamos unos a otros.

Lei : ¡Es cierto! Esto podría querer decir que es en la creación de un mundo mejor cuando empezamos a saber lo que significa formar parte de la oikoumene. La declaración teológica más clara que podemos formular es participar activamente en las luchas del pueblo. Por consiguiente, el corazón del ecumenismo está inmerso en el mundo en el que las iglesias encuentran su unidad.

John : Maravillosa reflexión. ¿Pero es posible lograr este sueño con las muchas fracturas y rupturas que hay dentro y fuera de nuestras iglesias?

Lei : ¡Por supuesto que es posible! ¿No lo crees?

John : (pensando en silencio) Bueno, ¡sí! Creo que sí, solo que……

Lei : Vamos, John, sé que eres más optimista que yo.

John : Está bien, creo que… nuestra fe común en un Dios Uno y Trino, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo va más allá de nuestras actuales escisiones y nos invita a que no limitemos la unidad únicamente al ámbito del diálogo, sino para que la hagamos realidad en nuestra vida cotidiana.

Lei : Cierto. Esto es pòsible, n primer lugar y ante todo, por la gracia de Dios y por nuestro compromiso para trabajar colectivamente en favor de la realización de estos ideales. Y creo también que podemos hacer realidad este sueño de unidad si reordenamos nuestras relaciones, en todos los niveles, a partir de ideales de totalidad, reciprocidad e interdependencia.

John : Bien, para realizar estos ideales debemos rendir culto juntos, en tanto comunidad de creyentes. Así se confirma la presencia y la obra de Dios en medio de Su Pueblo, y se renueva y se mantiene viva la relación entre Dios y Su pueblo, además de crear armonía y unidad entre nosotros.

Lei : ¿Crees que el culto, con su amplia variedad de prácticas litúrgicas, es la cuestión que da lugar a más divisiones entre nosotros?

John : Sí, claro, pero espero que en el futuro participaremos verdaderamente en el espíritu del culto sin señalarnos unos a otros como practicantes de la liturgia "verdadera" o "errónea", sino que más bien escucharemos el culto litúrgico de los demás y nos beneficiaremos espiritualmente de ello. 

Lei : Y, también, podemos lograr esta visión de una iglesia verdaderamente unida, si recordamos siempre que Jesucristo debe ser el eje central de dicha unidad, y que cualquier diferencia en la comprensión de lo que somos como iglesia y en el estilo de culto o en la expresión de nuestra fe, no será más que una divergencia periférica. 

John : Esa es una buena manera de verlo, Lei: el eje central y la periferia. Pero tampoco deberíamos olvidar que nuestra búsqueda de la unidad no es sencilla, y que se requiere mucha perserverancia, comprensión y respeto mutuo para lograrlo. 

Lei : ¡Estoy completamente de acuerdo! ¡Gracias, John!

ESCENA 2

(ruido de tambores)

(John y Lei se aproximarían uno al otro)

J & L : Como joven miembro del movimiento ecuménico, 

J & L : Ofrecemos nuestras VOCES 

Lei : para decir la verdad en el amor

John : para contar las historias de los ignorados, los parias, los oprimidos, los marginados

J & L : ofrecemos nuestros OÍDOS

Lei : para escucharnos unos a otros con respeto

John : para escuchar atentamente la sabiduría de los ancianos

J & L : ofrecemos nuestros PIES

Lei : para andar por el buen camino y para llegar hasta el último confín de la tierra proclamando el amor y la justicia redentores de Dios.

John : para bailar y celebrar todas las bendiciones que Dios nos ha dado 

J & L : ofrecemos nuestras MANOS

Lei : para apoyar y ser solidarios con aquellos que sufren

John : para crear instrumentos de paz y no de guerra

J & L : ofrecemos nuestras MENTES

Lei : para pensar en modos innovadores y creativos de profundizar en nuestro diálogo y hacer realidad una responsabilidad mutua por nuestros actos.

John : para soñar con un mundo justo

J & L : ofrecemos nuestros CORAZONES

Lei : para tocar al ritmo del perdón, la sanación y la reconciliación 

John : para amar a Dios por encima de todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos

(John y Lei con los brazos entrelazados)

J & L : Por último, nos comprometemos a trabajar por un futuro común de vida y testimonio cristianos. 

Nos comprometemos a proseguir nuestro viaje para exhortarnos unos a otros a alcanzar la unidad visible en una sola fe y en una sola comunión eucarística, expresada en el culto y la vida común en Cristo, mediante el testimonio y el servicio al mundo, y a avanzar hacia la unidad para que el mundo crea (Constitución CMI)

Nos comprotemos , mediante la gracia de Dios y nuestra respuesta colectiva a transformar el mundo.

Estamos preparados. 

Todos juntos, hermanas y hermanos, caminemos hacia ese hermoso día, lleno de amor, justicia y paz. 

¡Hagámoslo!

Amén.