"Invitación" acerca de la Declaración sobre Eclesiología
Perspectiva : Ortodoxa - India

Orador : P. Dr. Jacob Kurien
Vicerector, Seminario Ortodoxo
Iglesia : Ortodoxa, Malankara
 

Moderador, Hermanas y Hermanos,

Hay una declaración proverbial en el informe de Harare: "Cualquier visión que no inspire nuevas formas de actuar es una lejana utopía". La gran virtud de la declaración sobre eclesiología titulada "Llamados a ser la Una Iglesia", es que presenta una visión inspiradora y una nueva forma de actuar para la manifestación de la unidad cristiana. En cuanto ortodoxo oriental, me complace observar una imagen Trinitaria de la unidad y una insistencia en la Fe de la Iglesia inicialmente indivisa que se expresa en el Credo Niceno-Constantinopolitano. Como cristiano indio, que vive en un entorno multirreligioso y predominantemente no cristiano, veo en el texto un compromiso con el diálogo interreligioso como esencial para la unidad que buscamos. Para nuestra visión de la unidad cristiana son fundamentales una autocomprensión teológica sobre la pluralidad religiosa y una posición común contra los extremismos religiosos y la violencia.

Mis reflexiones y comentarios sobre el texto se resumen en siete observaciones hechas específicamente desde la perspectiva ortodoxa india.

Observación 1. Ansiedad: con respecto a la cultura de ‘estancamiento' predominante

Nuestro texto comienza con una afirmación sobre nuestro compromiso de "seguir un camino que nos lleve a la unidad visible". Pero las iglesias, incluida la mía, ¿toman realmente en serio este compromiso? ¿No estamos viviendo en una época de "estancamiento" ecuménico? (Debo el término ‘estancamiento' al Prof. Nikos Nissiotis, uno de los anteriores moderadores de la Comisión de Fe y Constitución). Indudablemente, nos hemos acostumbrado durante decenios a una cultura de estancamiento, sin ninguna preocupación espectacular por la unidad. Permítanme referirme a mi propio contexto. Pese a los acuerdos teológicos sobre casi todas las cuestiones teológicas, las dos familias de las iglesias ortodoxas siguen divididas. Muchas personas, especialmente jóvenes, han perdido la esperanza y la confianza en las deliberaciones ‘oficiales' para la unidad. Han empezado a buscar otros canales posibles para la unidad cristiana. Nuestro texto es, de hecho, una invitación a las Iglesias para que replanteemos la legitimidad de nuestra autocomplacencia, puesto que nos hemos inmunizado contra la sensibilidad ecuménica y hemos delegado en el CMI y otros organismos análogos nuestras preocupaciones por la unidad.

Observación 2. Una esperanza : en nuevos ‘espacios ecuménicos' a nivel nacional y también a nivel local.

El segundo párrafo del texto destaca mucho más el hecho de que la Iglesia se manifiesta "en cada lugar" por medio de la Koinonia Eucarística local y que la Koinonia de dichas comunidades eucarísticas es la manifestación de la unidad que es la conciliaridad ideal de los primeros concilios ecuménicos. Sin embargo, hoy en día experimentamos esta Koinonia y conciliaridad solamente en horizontes limitados. Tales experiencias nos permiten abrigar la esperanza de llegar a ‘espacios ecuménicos' más amplios. Es de esperar que el espacio ecuménico propuesto recientemente, es decir, el Foro Cristiano Mundial, pueda ofrecer nuevos niveles de conciliaridad en el ámbito nacional y también en el local, donde la experiencia de la conciliaridad ha sido hasta ahora limitada. 

Observación 3. Una oportunidad: de sanar las dolorosas memorias de intervenciones eclesiales que causan divisiones.

En el tercer párrafo de nuestro texto se destaca la belleza y el don de la diversidad en la vida de la Iglesia. Las iglesias ortodoxas, en general, y la iglesia ortodoxa de la India, en particular, dan testimonio de una unidad subyacente en medio de diversidades culturales. En la India lo hemos experimentado en dos contextos: el de una misma Koinonia en distintas tradiciones culturales y el de un mismo grupo cultural en diversas tradiciones eclesiásticas. Podemos observar aquí que la causa las divisiones no es la diversidad cultural, sino las intervenciones eclesiásticas. Esto nos exige tomar medidas para sanar las dolorosas memorias de intervenciones eclesiásticas externas causantes de divisiones y buscar medios para volver a la unidad de la que disfrutábamos en otros tiempos.

Observación 4. Falta una nota : sobre la "santidad"

El texto sobre la eclesiología desarrolla en profundidad la Unidad, la Apostolicidad y la Catolicidad de la Iglesia (párrafos 3 a 6). Pero salta a la vista su silencio comparativo sobre la "santidad". ¿Representa esto que se están legitimando cada vez más los signos de lo no-santo en las Iglesias? ¿No es esta ‘falta' una exhortación a reflexionar la preocupación de las iglesias por el dinero y el poder político?

Observación 5. Una amenaza : de proselitismo.

En dos párrafos del texto (párrafos 8 y 9) se trata de subrayar nuestra pertenencia común a Cristo por medio del bautismo. Debemos agradecer a la Comisión de Fe y Constitución, al Grupo Mixto de Trabajo y a otros grupos de estudio el haber subrayado el consenso teológico sobre el "bautismo" como base de nuestra pertenencia común a Cristo. Nuestra pertenencia común a Cristo por el ‘bautismo' será el fundamento radical de nuestra responsabilidad mutua. Sin embargo, persiste el hecho de que siempre que se practica el proselitismo, con o sin un (nuevo) bautismo, entre las confesiones cristianas, se amenaza gravemente la calidad de la pertenencia común.

Observación 6. La necesidad : de criterios más apropiados para juzgar el ‘compromiso social'

En los párrafos 10 y 11 del texto se proyecta la misión de la Iglesia como una comunidad "reconciliadora y reconciliada". En mi contexto indio, la reconciliación mutua de las iglesias debe realizarse en gran medida en la esfera de la forma en que cada uno entiende el compromiso social para con los demás. Frecuentemente se juzga el compromiso social con criterios inadecuados, tales como la importancia asignada al hinduismo bramínico, la solidaridad con los dalits y los planteamientos con relación a la ordenación de las mujeres, etc. Las formas de entender basadas en tales criterios han etiquetado a determinadas iglesias como "orientadas a las castas" y han afectado a las iniciativas locales relacionadas con la unidad de la Iglesia. Por consiguiente, es preciso eliminar las interpretaciones sociales ya existentes y desarrollar criterios más apropiados.

Observación 7. Un desafío : de opciones y prioridades en la cuestión de la afiliación confesional.

¿Cuándo, por fin, llegamos a las nueve (y otras análogas) preguntas que figuran en el texto sobre la unidad, ¿volvemos a la situación de ‘eclesiología comparativa' anterior a Uppsala? La razón de esta duda es que las posibles respuestas pueden estar, una vez más, condicionadas ‘confesionalmente'. En el contexto de Asia, especialmente el mío, las iniciativas y entusiasmo locales en favor de la unidad visible han estado controladas por las identidades confesionales creadas por el llamado ‘neocolonialismo eclesiástico'. A este respecto, las Iglesias tienen la oportunidad de poder elegir y establecer prioridades en favor de frutos locales de la unidad visible, teniendo siempre en cuenta las palabras del filósofo poeta indio, Rabindranath Tagore: "La emancipación del suelo no es ninguna libertad para el arbol".

Dios, en Tu Gracia, transforma no sólo el mundo, sino también las Iglesias - Amén.