Al aproximarse la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas que se celebrará del 14 al 16 de septiembre próximo, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha compartido sus opiniones sobre la prevista reforma del organismo internacional con los gobiernos del Reino Unido y China, los dos países que actualmente presiden, respectivamente, el G8 y el G77.

Señalando que el "CMI y las Naciones Unidas tienen los mismos objetivos de justicia y paz, erradicación de la pobreza y promoción y defensa de la dignidad y derechos humanos", el secretario general del CMI, pastor Dr. Samuel Kobia, en una carta del 7 de septiembre dirigida a los dos gobiernos, pide que las Naciones Unidas se mantengan firmes en sus principios fundamentales y describe las "orientaciones" del Consejo en nueve sectores de la labor de las Naciones Unidas.

En concreto, la carta pide que se mantengan unidas las preocupaciones relativas al desarrollo y a la seguridad; una mejor representatividad dentro de las Naciones Unidas; el derecho de protección de las personas en peligro; la cancelación del 100 por ciento de la deuda de los países pobres y el aumento de la asistencia oficial para el desarrollo; la limitación de la fuerza militar; que no se permita que se pongan en peligro los derechos humanos "en nombre de la seguridad nacional"; y la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (TNP) y el Protocolo de Kyoto.

<em»</em> El texto completo de la carta del CMI sigue a continuación:

"Dentro de dos semanas se celebrará la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas. El evento decidirá la dirección que adoptarán las Naciones Unidas en su contenido y en su forma. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha manifestado ya anteriormente su reconocimiento y sus observaciones detalladas sobre los informes redactados en preparación de dicha Cumbre.

El CMI seguirá ahora de cerca las negociaciones sobre el Documento Final y aprovechará la oportunidad para compartir sus orientaciones con ustedes, que están preparándose para dirigir los trabajos encaminados al fortalecimiento de las Naciones Unidas, al establecimiento de prioridades más claras y a la movilización de la voluntad política para desempeñar sus tareas.

Las consideraciones del Consejo Mundial de Iglesias acerca de los asuntos internacionales se basan en las reflexiones éticas y teológicas realizadas con nuestras 347 iglesias miembros en todo el mundo. Las preocupaciones suscitadas en nuestro proceso de reflexión guardan una relación muy estrecha con el programa de las Naciones Unidas. Históricamente, el CMI y las Naciones Unidas han compartido objetivos relacionados con la justicia y la paz, la erradicación de la pobreza y la promoción y defensa de los derechos humanos y la dignidad humana.

El CMI pide

1. que se unan las preocupaciones relativas al desarrollo y a la seguridad. La búsqueda de un enfoque común y no excluyente, que abarque al Sur mundial y al Norte mundial, constituye la base para avanzar hacia una organización de las Naciones Unidas reformada;

2. una reforma que dé poder y fortalezca a las Naciones Unidas y permita conseguir una mejor representación para que la organización mundial pueda afrontar con éxito los desafíos mundiales con que se enfrenta la humanidad: guerras, conflictos, armas nucleares, degradación del medio ambiente, SIDA y otras enfermedades, subdesarrollo, pobreza extrema y actos de terror;

3. un reconocimiento claro de que las personas que se hallan en peligro extraordinario tienen el derecho a ser protegidas y, si sus propios gobiernos no pueden ofrecerles o no les ofrecerán tal protección, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de tratar de proporcionársela;

4. que todos los países cumplan la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), especialmente aplicando el Objetivo ocho: 'fomentar una asociación mundial para el desarrollo';

5. la cancelación del 100 por ciento de la deuda de los países pobres y el aumento de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) al nivel del 0,7 por ciento recomendado por las Naciones Unidas;

6. el pleno cumplimiento del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (TNP); que los Estados Partes en el mismo acepten y cumplan plenamente sus compromisos de desarme; y que se adhieran al Tratado estados que no son partes en el mismo. Debería ser una condición para cualquier nuevo miembro permanente del Consejo de Seguridad una situación clara y verificada de estado no poseedor de armas nucleares;

7. que las Naciones Unidas mantengan su responsabilidad de restringir y limitar la fuerza militar en el marco del derecho internacional y según lo enunciado en la Carta de las Naciones Unidas, y no den margen a la posibilidad de una acción militar preventiva basada en el artículo 51;

8. que no se pongan en peligro derechos humanos en nombre de la seguridad nacional. Para que se elimine la pobreza y el terrorismo, es imprescindible que se apliquen los derechos civiles y políticos, así como los derechos socioeconómicos y culturales de todas las personas;

9. la aplicación del Protocolo de Kyoto del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y las negociaciones para el segundo período de compromiso. El CMI reitera la necesidad de avanzar más allá de los cambios técnicos en las esferas de la energía, el transporte y la política económica, para llegar a una reorientación fundamental de las estructuras socioeconómicas que son el origen del fenómeno del cambio climático.

En nombre del Consejo Mundial de Iglesias, permítanme que les exprese mi apoyo a su labor en las Naciones Unidas y mis deseos de sabiduría en este importantísimo proceso de establecer las condiciones para que las Naciones Unidas trabajen para conseguir un mundo más seguro y mejor para todos."