Dios de gracia,

Gracias por tu providencia,
que siempre nos proporciona la luz suficiente para dar el siguiente paso.

A lo largo del camino, estos 70 años, hemos discernido;
quieres que seamos un signo de la futura unidad de toda nuestra familia humana.

Reconciliados y en vías de reconciliación, sembrando esperanza,
mientras “llenas nuestras bocas de risa”.

Ahora vemos la necesidad de esto con tanta claridad, en un mundo con demasiadas lágrimas.

Oramos para que, por Tu gracia y con los mejores esfuerzos del CMI,
podamos ser fieles a nuestra gran vocación
en el poder del Espíritu Santo, a través de Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

(Obispo Philip Huggins,
presidente del Consejo Nacional de Iglesias en Australia;
recordando una reunión del CMI con el tema:
“La iglesia debe ser un signo de la futura unidad de toda la familia humana”.)