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* Por Phil Hilditch

Texto bíblico: Isaías 58:10-11

“Si tu alma provee para el hambriento y sacias al alma humillada, tu luz irradiará en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te guiará siempre y saciará tu alma en medio de los sequedales. Él fortalecerá tus huesos, y serás como un jardín de regadío y como un manantial de aguas cuyas aguas nunca faltan”.

Reflexión: 

Cuando me pidieron que escribiera una reflexión, en nombre de la Coalición Oración y Acción contra el Hambre (PAAHC, por sus siglas en inglés), que abordara la conservación de los glaciares, me di cuenta de la complejidad de la crisis mundial del hambre. El hambre es un problema poliédrico que afecta a todo el mundo y a todos los ecosistemas. En 2022, entre 691 y 783 millones de personas padecían hambre. ¿La principal causa? El cambio climático. El cambio climático está afectando a nuestros glaciares. La pérdida de glaciares hace que haya menos agua de deshielo para sustentar los sistemas alimentarios, el agua potable y el saneamiento que abastecen a miles de millones de personas. Me llamó mucho la atención esta vívida imagen. Estas cuestiones van de la mano y, si queremos orar por el fin del hambre, debemos orar por la restauración y regeneración de la naturaleza, en este caso de los glaciares. Mientras escribo esta reflexión, los líderes mundiales de varios gobiernos están reunidos en París bajo los auspicios de la Cumbre de Nutrición para el Crecimiento para intentar acabar con el hambre y la malnutrición. 


Nuestra obra de arte de este año para el Fin de Semana de Oración y Acción contra el Hambre es una obra titulada La mesa compartida, de Esther Douglas. La artista escribió estas palabras sobre su trabajo:

“En la Biblia, Jesús compartió en repetidas ocasiones comidas con muchos grupos diferentes de personas: desde la última cena con sus discípulos hasta la comida que compartió con Zaqueo después de hacerle señas para que bajara del árbol. Le encantaba compartir alimentos con la gente. Ojalá esta imagen de la mesa compartida nos anime a meditar sobre ‘la mesa compartida’, tanto en sentido literal como metafórico”.


Sarah Larkin, de Integral Alliance, escribió una reflexión sobre la obra La mesa compartida en la que se nos recuerda el llamado bíblico a ser hospitalarios. La silla vacía en la obra de arte nos recuerda a Jesús como el invitado invisible que nos acompaña en cada comida, y nos lleva a preguntarnos cómo actuaríamos de manera diferente si Jesús estuviera físicamente en la sala con nosotros. Sarah Larkin también llama la atención sobre el contraste de colores de la imagen: la luz y la oscuridad, el bien y el mal. Lo que me llamó la atención fue cómo estos blancos, grises, platas y azules intensos son también los colores de los glaciares. Parece una casualidad, ¿quién sabe?

Cabría preguntarse: Si Jesús estuviera físicamente en la sala con nosotros, ¿cómo pensaríamos y actuaríamos de manera diferente sobre nuestro cuidado de la creación y sus recursos, como los alimentos y el agua? ¿Desperdiciaríamos los alimentos de manera tan irreflexiva? ¿Consumiríamos excesivamente? ¿Nos pararíamos a pensar de dónde viene nuestra comida, cuánto ha viajado para llegar a nuestro plato, la cantidad de agua utilizada en su producción, de dónde viene el agua que sustenta nuestros alimentos y cuánta queda? ¿Nos plantearíamos cómo tratamos a quienes producen, entregan, cocinan, sirven y limpian tras la comida?


Estas preguntas son difíciles de responder y nos obligan a reconsiderar las medidas que podemos adoptar para abordar estos asuntos. Los 10 mandamientos de los alimentos son un recurso excelente y lleno de pautas prácticas para ser más conscientes de nuestro consumo de alimentos y más deliberados en nuestra hospitalidad. La Guía de Acción de la PAACH también propone medidas prácticas que las personas, las comunidades y las familias pueden tener en cuenta al plantearse las preguntas arriba mencionadas. 

Ahora bien, no cometamos el error de sentir miedo o actuar por culpa solo porque Jesús nos está observando. Debemos recordar que esta es una invitación a una forma más plena de ser –de vivir con sencillez para que otros puedan sencillamente vivir–, una invitación a unirnos y a encontrar la abundancia en tener lo suficiente; ni muy poco ni demasiado, sino lo suficiente. 

La reflexión de Sarah Larkin de La mesa compartida también nos invita a tener fe en la provisión y multiplicación milagrosas de Dios, inspiradas en la historia evangélica de la alimentación de los cinco mil. En ella, hubo suficientes alimentos para todos: ¡quedaron doce canastas llenas! Si tenemos excedentes, sin duda hemos de dar gracias a Dios; pero también podemos tratar de bendecir a los demás compartiendo todo lo que podamos con aquellos que no tienen suficiente. Esta es una manera maravillosa de llegar a ser como un jardín de regadío, como un manantial cuyas aguas nunca faltan.

Concluyo con las palabras de la artista Esther Douglas, que pregunta: “¿Cómo podemos extender la mesa al prójimo compartiendo físicamente los alimentos con los que no los tienen? ¿Cómo podemos extender la mesa de la oración, para reunirnos con otros en conversación con el Señor, encomendando a aquellos que están sufriendo los efectos de la crisis del hambre a Aquel que los conoce y se preocupa por ellos? Esta obra nos anima a pensar en nuestra propia “mesa” y en cómo podemos compartir lo que tenemos de manera práctica”.

Preguntas para el debate:

1. ¿Cómo podemos extender la mesa de la hospitalidad en nuestras propias comunidades, concretamente a los afectados por el cambio climático?

2. ¿Cómo podemos tomar medidas para proteger el medio ambiente y garantizar el acceso al agua potable para todos?

Sugerencias para la acción:

1. Prepare una comida con ingredientes que procedan de un radio de menos de 100 km de donde vive. Piense en el origen de los alimentos y en los costos ocultos que pueden tener, como el consumo de agua.

2. Únase a nosotros en el Fin de Semana de Oración y Acción contra el Hambre u organice un Diálogo sobre Nutrición en la Comunidad Religiosa, dando voz a los creyentes que piden un cambio.

Recursos:

* Phil Hilditch es miembro de la Coalición de Oración y Acción contra el Hambre y actualmente trabaja en World Vision International como asesor de Fe y Relaciones Externas.