Texto

Amós 5:24, “Más bien, corra el derecho como agua y la justicia como arroyo permanente”.

Reflexión

La paz es como el agua: mientras ambas están presentes, no pensamos a menudo cuán valiosas son y cuánto dependen nuestras vidas de ellas.

En Europa central hemos vivido por décadas con la creencia de que tenemos agua disponible en abundancia y de que la amenaza de la escasez y los conflictos por el agua en otros países no nos afectan. Pero luego, llegó la crisis climática seguida de muchos veranos de sequía con incendios forestales devastadores y pérdidas de cultivos. Estos nos dejaron en claro que nosotros tampoco podemos cerrar más los ojos, nosotros también vamos a sufrir las consecuencias del cambio climático y para nosotros también ya es hora de que nos ocupemos de ello.

Hemos observado con horror mientras otros países son arrasados por guerras y pensábamos que estábamos sanos y salvos en la paz de Europa que, al menos en la mayor parte del continente, se ha mantenido desde la Segunda Guerra Mundial. Y ahora nos ha despertado la guerra en Ucrania. Estamos horrorizados por las imágenes de mujeres y niños que huyen, escuchamos acerca del desabasto de alimentos y de agua, y de la falta de medicamentos. De pronto, nos han hecho luchar de manera muy práctica con nuestra dedicación al pacifismo y con la provisión de armas, el asilo y la solidaridad. Sentimos que la guerra siempre es una terrible injusticia cuyo peso recae siempre en los más débiles, y sentimos una enorme impotencia porque simplemente no podemos detenerla.

Cada vez nos queda más claro: todos necesitamos paz de la misma manera que necesitamos agua para vivir. Necesitamos justicia en todo el mundo para la resolución de conflictos y la distribución del agua y otros recursos necesarios para la vida. Estamos conectados unos con otros, como el agua en los ciclos de vida de nuestro planeta, y los problemas de los demás, aunque parezcan distantes, pueden afectarnos en el futuro.

El profeta Amós vincula estas dos cosas: el agua y la justicia. El derecho debe fluir como agua y la justicia de Dios como un arroyo permanente, dice. Estas son palabras fuertes viniendo de alguien en el desierto de Judea. Seguramente estaba bien familiarizado con el problema de la escasez del agua y reconocía su valor. El profeta elije antónimos utópicos para la realidad de su sociedad, cuya clase alta vivía a expensas de los pobres: antónimos utópicos con los que defiende que todos los humanos deben poder disfrutar en paz las bondades de la Tierra y el fruto de su trabajo. Estas palabras se oponen fuertemente a cualquier desesperanza y desesperación árida.

Estas palabras acerca del agua de justicia, que debe correr continuamente como inundación sobre la Tierra, me conectan a las personas de otras religiones que también conocen el respeto por el agua y el anhelo de paz para todas las personas: con los musulmanes, para quienes toda el agua es un don de Dios; con los budistas, que enseñan a venerar la naturaleza, y con los judíos, que me dieron las palabras de Amós.

“La voluntad de Dios es que no haya guerra” expresa el claro mensaje de la primera asamblea plenaria del Consejo Mundial de Iglesias en Ámsterdam en 1948, y el mensaje conserva enteramente su validez. Las palabras de Amós pueden darnos la fuerza de que somos parte de ello y de que la paz y la justicia prevalecerán. Ya sea que nos unamos al agua que corre en un movimiento mundial de paz o al arrollo de la permanente examinación de nuestros propios hábitos de vida, somos muchos, y muchas pequeñas gotas pueden formar un océano de cambio pacífico.

Preguntas:

  1. La Cuaresma es, tradicionalmente, un momento en el que reflexionamos acerca de las prioridades de nuestra vida. Reflexione ¿Qué tiene usted, como sus posesiones, amigos o miembros de la familia, que toma por sentado, y cómo los puede apreciar más?
  2. En los textos sagrados de la mayoría de las religiones a menudo encontramos declaraciones sobre el tema del agua y de la paz. Descubra lo que su comunidad religiosa tiene que decir acerca del tema y la manera en que emprende acciones.

Acción:

  1. Para actuar contra el cambio climático, no solo es importante ahorrar agua en el hogar sino también poner atención al consumo de agua en la producción de los objetos que compramos. Consulte su huella hídrica, por ejemplo, en https://waterfootprint.org/en/resources/interactive-tools/personal-water-footprint-calculator/personal-calculator-extended/
  2. Involúcrese en la paz, por ejemplo, participando en la siguiente manifestación por la paz. También puede concebir su propia meta de paz: ¿Con quién le gustaría reconciliarse? ¿Qué tipo de comportamientos puede aumentar para mejorar la paz en su vida diaria?

Antecedentes:

1. https://www.iberdrola.com/sustainability/what-is-water-footprint

2. https://www.brot-fuer-die-welt.de/themen/wasser/

3. https://www.uno-fluechtlingshilfe.de/informieren/fluchtursachen/klimawandel

*Susanne Öhlmann es una pastora ordenada de la Iglesia Evangélica de Berlín-Brandeburgo y de la Alta Lusacia Silesiana (EKBO, por sus siglas en alemán). Actualmente vive con su familia en Gaborone, Botsuana.

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