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Reunidos en el Castillo de Bossey.

Reunidos en el Castillo de Bossey.

El 12 de diciembre, el Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, ofreció en el Castillo de Bossey un almuerzo en agradecimiento por los servicios prestados por el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, con la embajadora Heidi Grau, jefa de la División de Seguridad Humana de Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores, y los equipos de las Naciones Unidas y del CMI en Siria.

De Mistura se retirará del cargo a finales de diciembre, después de más de cuatro años ocupando este puesto clave. El diplomático suecoitaliano se convirtió en el tercer enviado de las Naciones Unidas para Siria en julio de 2014.

“Lo que importa ahora es garantizar la paz”, dijo el enviado, e insistió en la necesidad de que todos contribuyan a la sanación del país.

El Rev. Tveit dijo, en su discurso a De Mistura: “lo recordaremos por su firme compromiso con la paz justa y la responsabilidad mutua en Siria. Hemos trabajado con usted como un gran líder, pacificador y diplomático”. De Mistura ha trabajado durante más de cuarenta años, con humildad y determinación, en los lugares más vulnerables del mundo.

Después de más de siete años de guerra, el conflicto sirio no ha terminado. Las víctimas mortales se cuentan por cientos de miles y el sufrimiento de los sobrevivientes en las zonas devastadas por la guerra es inimaginable. Millones de sirios se han visto desplazados, ya sea dentro de su propio país, o como refugiados en los vecinos Líbano, Jordania y Turquía, así como en Europa y otros lugares.

“El Consejo Mundial de Iglesias continuará desplegando esfuerzos e iniciativas para promover la paz en Siria”, afirmó Tveit, “a través del diálogo interreligioso y la cooperación, así como mediante la creación de capacidad a nivel local”.

De Mistura afirmó que el CMI y los dirigentes y actores religiosos, en Siria y en la región, tendrán un papel importante en la sanación de las memorias heridas y en la articulación de un discurso común que una a todos los sirios, para la preservación de la rica diversidad de Siria y la restauración de su cohesión social.

A lo que el Rev. Tveit respondió: “En ese sentido, el CMI pedirá a la familia ecuménica que los acompañe, a ellos y a todo el pueblo sirio, en ese camino, en sus esfuerzos por una paz justa y por la dignidad humana. Esperamos que el sufrimiento del pueblo sirio termine pronto y rezamos para que así sea”.

El Rev. Tveit destacó que la anterior declaración del Comité Central del CMI, en junio de 2018, también había hecho hincapié en la necesidad de un nuevo pacto social en toda la región de Oriente Medio, de un discurso común articulado y compartido por todas las comunidades de los países de la región, basado en una interpretación incluyente de la ciudadanía y de los derechos humanos –garantizados constitucionalmente– y en virtud del cual todas las iglesias y comunidades religiosas, con sus diversas identidades étnicas, religiosas y culturales, puedan vivir y prosperar en el amor y la gracia que Dios da a todos”.

El CMI pide la liberación de los arzobispos de Alepo, 27 de junio de 2018

Enlace a la declaración del CMI sobre la presencia cristiana en Oriente Medio (junio de 2018, en inglés)