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El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, envió saludos a una conferencia sobre diplomacia religiosa y eclesiástica celebrada en Grecia del 28 de febrero al 3 de marzo. El secretario general adjunto del CMI, Prof. Dr. P. Ioan Sauca, representó al CMI en la conferencia.
Los saludos del secretario general incluyeron palabras de aliento para los participantes de la conferencia, reunidos para articular los vínculos diplomáticos y relacionales que son indispensables para la protección de la vida humana, para garantizar la salud y para fomentar el bienestar de tantas personas.
“Claramente, Grecia se ha convertido en un símbolo y en un ejemplo de resiliencia y persistencia para el resto del mundo, especialmente en el contexto de su lucha para abordar las dificultades económicas y relacionadas con los refugiados en estos últimos diez años, pero también de compasión hacia el prójimo, apertura a la asociación y la colaboración, y voluntad no solo de pedir, sino también de proporcionar ayuda”, afirmó el Rev. Tveit. “Ningún país, nación ni pueblo puede lograrlo solo”.
La conferencia, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Helénica, llevaba por título “Estableciendo principios de políticas y formulando propuestas para elaborar estrategias para la implementación de la diplomacia religiosa y eclesiástica”.
“Todos debemos nutrir las relaciones que tan laboriosamente establece la verdadera diplomacia”, apremió el Rev. Tveit. “Esto es tan válido para las iglesias como para los gobiernos. Felicito especialmente a las iglesias de Grecia y encomio su labor con el pueblo de Grecia, así como con el gobierno y las organizaciones humanitarias internacionales, para abordar las amenazas para la vida a las que se han enfrentado”.
Las palabras de bienvenida del primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, y Jerónimo II, arzobispo de Atenas y toda Grecia, se unieron a las del Rev. Tveit.
El Rev. Tveit mencionó la crisis de los refugiados, los servicios sanitarios, los servicios sociales, la recuperación y el crecimiento económicos, y la mitigación de las consecuencias del cambio climático como algunos de los desafíos a los que se enfrentan las iglesias y los gobiernos.
“Las respuestas deben ser integrales en cuanto a su alcance y extensión, dotadas de recursos internacionales, pero arraigadas en el ámbito local”, afirmó. “Por ello, aprecio este enfoque en las políticas y en las estrategias para orientar esta labor”.
"Las iglesias son un gran recurso para esta labor", prosiguió. “Lograr la unidad en la diversidad es lo que promueve el cristianismo ecuménico, impulsado hace cien años por las iglesias ortodoxas, y lo que ha hecho realidad en gran medida durante todos estos años”.