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En informes presentados durante la Conferencia sobre Misión Mundial y Evangelización que tiene lugar en Arusha, Tanzania del 8 al 13 de marzo, representantes del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ofrecieron sus perspectivas acerca del momento histórico y reflexionaron sobre la forma en que la misión está cambiando las sociedades de hoy en día.
El metropolitano Dr. Mor Geevarghese Coorilos, moderador de la Comisión de Misión Mundial y Evangelización (CMME) del CMI, opinó que la misión “está cambiando el mundo de arriba abajo”.
A los primeros discípulos de Cristo se les calificaba de subversivos que ponían al mundo patas arriba. De ahí que entonces, su discipulado implicara confrontar a los imperios hegemónicos y anunciar la llegada de una nueva dispensación: el reino de Cristo”, explicó.
Añadió que actualmente, el discipulado consiste en cuestionar idolatrías que intentan reemplazar la soberanía de Dios con el poder humano y el dinero. “El movimiento ecuménico como movimiento misionero debería oponerse a los imperios de nuestros días. Ahora bien, más de una vez en las dos últimas décadas de mi participación sentí que algunas de nuestras propias instituciones ecuménicas no están exentas de orientaciones de valores de los imperios modernos”, afirmó.
La misión que está cambiando el mundo de arriba abajo también consiste en invertir los paradigmas existentes de la misma. Al respecto, el propósito de la misión no se limita simplemente a desplazar a las personas de los márgenes al centro, además, hay que cuestionar a esos sistemas y personas que tienden a permanecer en el centro manteniendo a otras en los márgenes. Eso también tiene implicaciones para nuestras iglesias, organizaciones misioneras e instituciones ecuménicas”, señaló
El Rev. Dr. Jooseop Keum, director de la CMME, presentó puntos destacados de la labor de dicha comisión en la última década. También comentó que estamos afrontando el arduo desafío de definir la visión y pertinencia del movimiento en los cambiantes contextos eclesiales y mundiales de hoy en día. “En primer lugar, la misión puede desempeñar un rol profético para amalgamar discursos de unidad y justicia en el movimiento ecuménico. La misión ofrece un enfoque holístico que contribuye a afirmar la integridad del movimiento ecuménico por la manera en que conecta a personas y contextos”, aseveró.
En segundo lugar, consideró que la misión puede desempeñar un rol creativo en medio del dilema entre movimiento e institución, aportando nuevas visiones del primero. “Ahora bien, a lo largo del tiempo, la institución puede perder visión para el movimiento y caer en la tentación de servir únicamente sus propios intereses. En una situación semejante, la misión puede tender un puente a través de la imaginación y la acción misiológicas”, añadió.
Por último, concluyó que en el CMI, la misión cumple un rol específico entre organismos de la iglesia y organismos de desarrollo. “Nuestros antepasados tenían un plan ambicioso para desafiar y transformar a las iglesias a fin de que se convirtieran en congregaciones misioneras reconociendo el rol de la iglesias como agentes primordiales de la misión. A pesar de ese proyecto ambicioso, debemos preguntarnos cuál es hoy el lugar de la misión en el CMI.”
El moderador Coorilos y el director Keum también propusieron otras reflexiones sobre el tema de la conferencia: Avanzar en el Espíritu: llamados a un discipulado transformado y transformador.
Informe del moderador de la CMME
Informe del director de la CMME
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