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Photo: © Jacques Berset, cath.ch

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Evocando la dignidad de todas las personas como criaturas creadas a imagen de Dios, y la noción clásica de la libertad cristiana, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, exhortó al reconocimiento del papel ambiguo del cristianismo en la historia de la esclavitud y la necesidad de abordar los factores religiosos y culturales subyacentes de la esclavitud actual.

El Rev. Tveit habló durante una conferencia sobre la lucha para poner fin a la esclavitud celebrada el 24-25 de junio en Ginebra, y reflexionó sobre la rendición de cuentas y la responsabilidad del movimiento ecuménico en relación con el fin de la esclavitud actual.

“Incluso antes de ser establecido oficialmente en 1948”, recordó a la audiencia, “los primeros líderes del Consejo Mundial de Iglesias ya participaban activamente en la formulación de las convenciones sobre derechos humanos. Seguimos comprometidos con estos principios universales, y los consideramos expresiones auténticas de nuestra fe”.

Aún así, afirmó: “No obstante, para abordar el problema de la esclavitud no basta con repetir los principios y los valores con los que estamos comprometidos. Es necesario analizar cómo pueden llevar los intereses humanos a un comportamiento inhumano semejante”.

“Por ello, como iglesias que afirman los derechos humanos y la dignidad humana hoy, debemos renovar nuestro compromiso con la rendición de cuentas ante Dios y ante los demás. La principal razón de ser de nuestras enseñanzas sobre el pecado no es hacernos sentir culpables, sino poner fin a las consecuencias nefastas de los pecados para aquellos que son objeto de los mismos”.

El Rev. Tveit, que argumentó que el cristianismo puede constituir al mismo tiempo un impulso positivo y autocrítico para la justicia y la paz, preguntó a continuación: ¿Cuál es el papel del movimiento ecuménico en la lucha contra la esclavitud moderna?

Al tiempo que citaba una serie de iniciativas programáticas del CMI con las iglesias miembros y los asociados ecuménicos, el Rev. Tveit afirmó: “Al igual que en otras áreas, su papel [el papel del CMI] para poner fin a la esclavitud es reunir a la comunidad de los cristianos en un encuentro sincero y amoroso (más allá de las barreras denominacionales o incluso interreligiosas) para generar una renovación eclesial y personal, y para articular el testimonio profético cristiano de la verdad en el amor”.

“Como instrumento privilegiado de este movimiento, en el Consejo Mundial de Iglesias trabajamos para unir a los cristianos en la solidaridad y ayudar a las iglesias y a sus asociados e interlocutores ecuménicos a asumir sus papeles proféticos en materia de acción, promoción y defensa, y servicio”.

Read the full text by the WCC general secretary Rev. Dr Olav Fykse Tveit

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