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El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, y el cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Foto: Albin Hillert/CMI

El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, y el cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Foto: Albin Hillert/CMI

En la conferencia que inauguraba el 9 de julio el curso de verano ofrecido por la fundación Pro Oriente en Viena (Austria), el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, conmemoró los setenta años de la historia del CMI y describió su actual peregrinación de justicia y paz.

Pro Oriente fue fundada en 1964 por el cardenal vienés Franz König para fortalecer las relaciones entre las iglesias católicas romanas y las iglesias ortodoxas calcedonias y ortodoxas orientales.

Las diferentes personas tienen diferentes ideas y expectativas sobre lo que es la esencia del ecumenismo, según reflexionó Tveit.

“Para algunos, se trata ante todo de profundizar las relaciones entre las iglesias y la reflexión teológica que las acerca a la unidad visible”, dijo Tveit. “Piensan en las cuestiones doctrinales y éticas que están dividiendo a las iglesias”.

Y muchos señalarán la necesidad de medidas conjuntas a favor de la justicia y la paz, abogando por el cambio para superar la injusticia estructural, la destrucción del medio ambiente y las amenazas de violencia y guerra en demasiados lugares, mientras se acompaña y apoya a los marginados y excluidos en su lucha por la vida, añadió Tveit.

“Para algunos todo esto trata en realidad de desaprender los estereotipos, los prejuicios y la enemistad que separan y enfrentan a las personas y, en su lugar, aprender a convivir como comunidades de personas diversas que forman juntas una humanidad”, dijo. “Ha sido y sigue siendo una tarea importante del CMI no solo mantener vivas las diferentes corrientes del movimiento ecuménico, sino promover su interacción con el mundo y entre ellas”.

A lo largo de sus setenta años de historia, el CMI ha adaptado constantemente el enfoque de su labor, respondiendo a las necesidades de las iglesias miembros y a los desafíos del mundo, y creciendo en comunión y unidad visible para que el mundo crea, continuó Tveit.

“Tenemos un nuevo impulso en el movimiento ecuménico único”, dijo Tveit. “Se basa en la concentración en la fe y el llamado básicos que compartimos: El amor de Cristo nos hace avanzar. Está respondiendo a las poderosas fuerzas de división y polarización en nuestro mundo actual. Todos debemos estar orientados hacia el don del amor y cómo lo hacemos realidad entre nosotros y en el mundo. El instituto Pro Oriente fue creado con esta visión de reconciliación y unidad entre las grandes tradiciones del cristianismo. La agenda todavía tiene mucha importancia, y nos recuerda que estamos llamados a servir la unidad del mundo”.

“En el año de nuestro aniversario, afirmamos que seguiremos avanzando juntos en un camino que tiene sus inicios en el llamado de Dios a convertirnos en un pueblo peregrino que busca la unidad, la justicia y la paz de Dios”, concluyó Tveit.

Conferencia y diapositivas de la presentación del secretario general del CMI en Pro Oriente (ambas en inglés)

Curso de verano de Pro Oriente (en inglés)

70º aniversario del CMI