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El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) expresó su “creciente preocupación” por las vidas y el bienestar de todas las personas afectadas de no resolverse la situación política en Venezuela, en una declaración firmada por la Dra. Agnes Abuom, moderadora del Comité Central del CMI, y por el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, emitida el 14 de febrero.

El CMI instó a los líderes políticos del país a poner las vidas y los medios de subsistencia del pueblo venezolano por delante de sus propios intereses, y a evitar la escalada de tensiones y violencia con declaraciones o acciones imprudentes. “De lo contrario, las consecuencias llevarán inevitablemente a un sufrimiento humano mucho mayor, y a una ruptura más profunda en el tejido social y político del país y de la región”.

La crisis política en Venezuela está llegando a un punto de ebullición, tras precipitarse durante años por una espiral descendente, con un creciente descontento político exacerbado aun más por la hiperinflación, los cortes de energía y la escasez de alimentos y medicinas.

Los dirigentes del CMI instaron asimismo a los países vecinos y a los miembros de la comunidad internacional a evitar la utilización política del apoyo humanitario que el pueblo venezolano necesita con urgencia, tanto dentro como fuera de sus fronteras, y a abstenerse de proferir amenazas de intervención militar.

Más de tres millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años. Se espera que ese número aumente a más de cinco millones para fines de 2019. Se estima que cada día cinco mil personas empacan todas sus vidas y se van, deseando huir del colapso económico y de la crisis humanitaria que asedian a esta nación rica en petróleo.

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