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Foto: AEAM/CMI

Foto: AEAM/CMI

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) condenó el asesinato de 14 campesinos a manos de agentes de policía en las ciudades de Canlaón, Manjuyod y Santa Catalina en la región de Negro Oriental, en Filipinas, que tuvo lugar a principios de este mes. El CMI también reiteró su petición al gobierno de Filipinas de poner fin a la cultura de impunidad y garantizar una investigación completa y la rendición de cuentas por estos asesinatos.

Los actos de violencia más recientes corresponden a tres incidentes distintos en la isla de Negros, corazón de la industria azucarera de la nación y hogar de algunos de los terratenientes más ricos del país, así como de algunos de sus campesinos más pobres. Dos de las víctimas eran funcionarios de la administración local, y otro de los asesinados era un líder laico de una misión de la Diócesis de San Carlos de la Iglesia Católica Romana.

Además de la supresión de las voces locales, los defensores de los derechos humanos y las organizaciones comunitarias que acompañan a las comunidades marginadas también son objeto de ataques.

El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, dijo: "El pueblo está sediento y hambriento de paz y de justicia. Que juntos, como iglesias, comunidades, organizaciones y gobiernos, respetemos la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas. Nos unimos a las voces del Consejo Nacional de Iglesias de Filipinas para condenar estos asesinatos y pedir que se abran las investigaciones. Que la justicia y la paz se hagan realidad en Filipinas".

Leer la declaración completa del secretario general del CMI (en inglés)

Declaración del Comité Central sobre Filipinas, junio de 2018