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El reverendo Rev. Daniel Favaro, pastor de la Iglesia Metodista de Argentina

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El Rev. Daniel Favaro, pastor de la Iglesia Metodista de Argentina, compartió sus impresiones sobre el tema de la  comunicación como derecho fundamental así como su necesaria conexión con el “Peregrinaje de Justica y Paz”.

Daniel sirve como pastor de la Iglesia Evangélica Metodista de Argentina (IEMA). A pesar de que es su primera vez como miembro del Comité Central de Consejo Mundial de Iglesias (CMI), ha tenido ya la experiencia de participar en las dos asambleas previas del Consejo (2006 y 2013).

El gran fluir de información, por un lado, así como una amplia diversidad temática a ser abordada, por el otro, son los denominadores comunes de estos espacios, comenta el argentino. Adicionalmente, Daniel identifica un constante desafío en términos de los múltiples idiomas y la traducción (con el manejo de documentos, por ejemplo), pero reconoce que éste es el desafío común de la diversidad del movimiento ecuménico.

Daniel comenta que, en la actualidad, hay dentro del Comité Central dos representantes de Centro-América, dos de Argentina, uno de Brasil y uno de Colombia, lo que supone una baja representación de participación de la región andina.

Esto, a su vez, pone más responsabilidad sobre los actuales representantes a la hora de ser voz (vocería) de la región, así como al momento de ser “un canal de flujo entre el Comité Central y la región a la hora de trasmitir la riqueza de cada uno de los escenarios.”

El papel de la comunicación en el “peregrinaje de justicia y paz”

Daniel reflexiona sobre el papel central que tiene la comunicación como derecho fundamental y, de ahí, la conexión que existe entre ésta y la iniciativa del “peregrinaje de justicia y paz”, temática central de la presente reunión del comité central que acontece entre 2 y 8 de julio en Ginebra, Suiza.

El comenta que desde el campo de la comunicación se ha consolidado la iniciativa de reconocer a la comunicación como “un derecho humano, e incluso un derecho humano fundamental. Esto hace que la comunicación sea central en los procesos de lucha por la justicia y la paz. “En cualquier proceso humano, pero especialmente en un proceso como el peregrinaje de justicia y paz, si no se logra un nivel de comunicación donde pueda haber verdad, transparencia y sinceridad, difícilmente se alcanzará la justicia. La justicia necesita de poder poner todo sobre la mesa y que haya un canal de comunicación que sea creíble y confiable”, comenta el Daniel.

Desde el contexto latinoamericano se ha logrado aprender, a través de difíciles experiencias de injustica, que “no hay indulto ni amnistía, ni cosas por el estilo, que logren la paz; tiene que haber una expresión clara y genuina de justicia; y justamente la comunicación, entendida en un sentido amplio, es fundamental en este peregrinaje-proceso hacia la justicia y la paz”, añadió.

“La palabra peregrinaje no es una palabra ajena al pensamiento cristiano, ya que se asume que el cristiano es aquel que está en peregrinaje hacia el Reino de Dios”, comenta Daniel.

Para el, lo particular de esta propuesta es que, “a diferencia de otras nociones de peregrinaje, ésta no implica el distanciamiento de las realidades complejas de éste mundo, pero de hecho lo opuesto: la idea es anclar el peregrinaje en esas complejas realidades. Uno está comprometido; uno no va sólo en ese peregrinaje ni sólo con los cristianos, sino con todo el pueblo”.

Mensajes de y hacia Latinoamérica

A modo de conclusión, el reverendo reconoce que sigue existiendo en América Latina una metodología de pensamiento teológico que puede ser compartida con el CMI. “Nuestro pensamiento teológico surge a partir de observar lo que pasa con el pueblo. Se trata de una lógica del ir de las realidades de las comunidades, tomando sus necesidades como base, hacia el reflexionar teológico, y no a la inversa”, apunta.

“Luego, el mensaje hacia la comunidad ecuménica mundial sigue siendo: pensemos teológicamente, si, pero partamos de lo que le pasa a los pueblos”.

En la otra vía, dice Daniel, “lo que yo me llevaría de regreso hacia Argentina y, más ampliamente, hacia Latinoamérica, en el marco del peregrinaje por la justicia y la paz, es ese aporte de peregrinaje desde esa mirada”.

Daniel considera que hay un esperanzador porvenir si ésta iniciativa entra en diálogo con las bases y el quehacer teológico que de estas emerge.

Mas información sobre la reunión del Comité Central

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