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Stephen J. Sidorak. © Peter Kenny/CMI

Stephen J. Sidorak. © Peter Kenny/CMI

Cuando Stephen Sidorak habla de Una peregrinación de justicia y paz a Japón por una cuestión de vida o muerte” en su voz resuena una mezcla de pasión, determinación y tristeza junto con el deseo de que las armas nucleares nunca vuelvan a ser instrumentos de la ira.

La Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales (CIAI) del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) se reunió en el Centro Ecuménico del 7 al 11 de marzo, en Ginebra. Sidorak habló a los asistentes de una peregrinación que hizo a Japón 70 años después de los bombardeos atómicos.

El Rev. Dr. Stephen J. Sidorak Jr. es responsable ecuménico de la Oficina para la Unidad Cristiana y las Relaciones Interreligiosas del Consejo Episcopal de la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos de América.

El largo recorrido de su implicación personal en los esfuerzos por liberar al mundo de las armas nucleares se remonta a la época en que ejerció el ministerio parroquial, antes de su peregrinación por el 70º aniversario del lanzamiento de las bombas nucleares sobre Japón en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.

“Un miembro de una iglesia local donde era pastor me habló de las funciones que desempeñó durante la Segunda Guerra Mundial; entre ellas pilotar el avión de las misiones de acompañamiento del escuadrón de protección que sobrevoló Hiroshima y Nagasaki” en agosto de 1945, poco después de los bombardeos.

“Él era el piloto del avión cuya función consistía en documentar la destrucción de las dos ciudades japonesas”, dijo Sidorak, explicando el caso de las dos únicas ciudades donde se lanzaron bombas atómicas.

“La razón principal de nuestra peregrinación a Japón era abordar nuestro dilema nuclear actual tanto desde el punto de vista armamentístico como energético”, explicó Sidorak.

El mundo tiene que avanzar en este aspecto, añadió.

La visita a Japón incluyó “visitas a las heridas”, y visitas “a lugares de una violencia e injusticias atroces”.

Cuando los peregrinos llegaron a Japón, al menos tres lugares les vinieron a la mente: Hiroshima, Nagasaki y Fukushima (devastada por el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear de marzo de 2011).

Según Sidorak en la actualidad muchos cristianos creen que la idolatría es algo de su pasado pagano, pero hay un nuevo tipo de idolatría “pues ahora adoramos el poder que tenemos para destruir la Creación mucho más de lo que adoramos al Dios de la Creación”.

“Reverenciamos y adoramos las armas de destrucción masiva y la fuente de su poder, la energía nuclear”, señaló.

Cuando Sidorak regresó a Estados Unidos desde la Tierra del Sol naciente en 2015, estuvo reflexionando sobre la peregrinación.

“Lo que se hizo no se puede deshacer. No obstante, las primeras víctimas de la era atómica del 6 y el 9 de agosto de hace setenta años, los ciudadanos de Hiroshima y Nagasaki, no habrán muerto en vano si las armas nucleares nunca vuelvan a utilizarse”.

La mayoría antinuclear desafía a la minoría dependiente de las armas nucleares en las Naciones Unidas (comunicado de prensa del CMI del 5 de noviembre de 2015)

Varios líderes religiosos emprenden una peregrinación a Hiroshima y Nagasaki para pedir el fin de las amenazas nucleares (comunicado de prensa del CMI del 27 de julio de 2015)

Vídeo: Rev. Dr. Stephen Sidorak: Una peregrinación de justicia y paz a Hiroshima: y vuelta a casa (en inglés)

Proyecto del CMI "Compromiso de las iglesias para el control de las armas nucleares

La peregrinación de justicia y paz del CMI