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Mujer recorriendo la Vía Dolorosa con una cruz en Jerusalén, abril de 2019. Foto: Albin Hillert/CMI

Mujer recorriendo la Vía Dolorosa con una cruz en Jerusalén, abril de 2019. Foto: Albin Hillert/CMI

* Autor: Fredrick Nzwili

Al tiempo que los cristianos de todo el mundo se preparaban para celebrar el fin de semana de Pascua, los líderes de las iglesias de Sudán del Sur ofrecieron la paz como don a su pueblo, que ha experimentado enormes dificultades y sufrimiento por causa de los conflictos y la violencia.

Los líderes recordaron a los ciudadanos que la paz fue el don de Jesús a sus discípulos en última instancia, subrayando que esta es la primera causa con la que deben comprometerse los sudaneses del sur.

“La paz es una condición fundamental para garantizar los derechos de cada persona, así como el desarrollo integral de todo un pueblo. Jesucristo...nos dio el modelo a seguir”, afirmaron los líderes de las iglesias en un mensaje de Pascua que publicaron a través del Consejo de Iglesias de Sudán del Sur.

Este organismo ecuménico reúne a la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Episcopal, la Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Africana del Interior, la Iglesia Pentecostal de Sudán, la Iglesia Evangélica Presbiteriana de Sudán del Sur y la Iglesia del Interior de Sudán. La Iglesia Hermandad Cristiana y la Iglesia Reformada de Sudán son miembros afiliados.

El mensaje de los líderes de las iglesias se emitió tras un retiro ecuménico espiritual y diplomático sobre la paz en Sudán del Sur dirigido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en el Vaticano.

Los líderes que participaron en el retiro afirmaron que les aportó una potente motivación para la aplicación de un acuerdo de paz renovado.

Los líderes de las iglesias de Sudán del Sur ven el acuerdo como una promesa ante Dios.

“Afirmamos que la paz es buena, la reconciliación es posible, y la unidad es mejor”, dijeron.

Desde diciembre de 2013, cuando estalló el conflicto, más de cuatro millones de personas han tenido que huir de sus hogares, y casi 2,5 millones de ellas se han refugiado en países vecinos. Aproximadamente 200 000 personas viven en seis recintos de protección civil de las Naciones Unidas distribuidos por todo el país. Los organismos de las Naciones Unidas afirman que casi 7 millones de personas de una población de 12 millones necesitan asistencia humanitaria. La guerra ha provocado el desmoronamiento económico del país, y la inseguridad dificulta que las personas puedan cultivar alimentos. Se han atacado iglesias y centros eclesiales, y se ha asesinado a sacerdotes y pastores.

 

*Fredrick Nzwili es un periodista independiente que reside en Nairobi (Kenia).