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La rabina Tamara Schagas bendice los dos panes que tradicionalmente se sirven en una cena de Sabbat. Todas las fotos son de Albin Hillert/CMI

La rabina Tamara Schagas bendice los dos panes que tradicionalmente se sirven en una cena de Sabbat. Todas las fotos son de Albin Hillert/CMI

Por Albin Hillert*

El 15 de marzo, un grupo de acompañantes ecuménicos del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) fueron invitados a compartir la cena de Sabbat con la congregación de Kol HaNeshama, en Jerusalén.


Los acompañantes ecuménicos llegando a la sinagoga de Kol HaNeshama.

“Estamos convencidos de que todas las personas han sido creadas a imagen de Dios; la religión viene después”, dijo la rabina Tamara Schagas, al dar la bienvenida al grupo de participantes internacionales del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel.

Schagas es miembro de Kol HaNeshama, una congregación judía reformada de 350 familias de Jerusalén, que trabaja activamente para coordinar el pluralismo judío y la acción social en esta zona.

Los miembros de la congregación de Kol HaNeshama provienen de Israel y de países de todo el mundo. Aunque las oraciones se entonan en hebreo, los libros de oraciones están disponibles en inglés, así como con su transliteración hebrea.

“Todos estamos conectados con lo que sucede en la sociedad israelí, y vemos que necesitamos encontrar un lenguaje común para hablar entre nosotros”, dice Schagas, quien también participa activamente en Rabinos por los Derechos Humanos.

“Les damos la bienvenida a nuestra comunidad, a nuestra casa de oración para mostrarles quiénes somos y el trabajo que hacemos”, dijo a los acompañantes.

Esta es una ocasión para rezar, reunirnos y descansar juntos

Después de asistir a un servicio de oración por la tarde en la sinagoga, los acompañantes ecuménicos se unieron a la congregación de Kol HaNeshama para compartir una cena de Sabbat.

La rabina Tamara Schagas recita el Kidush, la bendición del vino, para santificar el Sabbat.

“En Sabbat, nuestras oraciones expresan agradecimiento por la semana que ha terminado, explicó Schagas. “Los invitamos a venir, a conocernos, y a descansar con nosotros”.

Derramando agua sobre sus manos tres veces, los acompañantes ecuménicos participaron en la costumbre tradicional de Sabbat de N’tilat Yadayim de lavarse las manos antes de bendecir la comida.

La rabina Schagas luego esparció sal sobre el pan de Sabbat, como símbolo que recuerda los sacrificios que una vez fueron parte del ritual de Sabbat.

“Participar en esta cena de Sabbat ha sido un bálsamo para mi alma”, dijo una de las acompañantes ecuménicas al salir de la sinagoga. “Hablamos con una mujer israelí que está completamente comprometida con el bienestar de los palestinos, y por tanto, el de los palestinos y los israelíes”.

“Está aprendiendo árabe y enseña hebreo a enfermeras árabes de Jerusalén oriental”, siguió contando. “Parece que lo más importante es que no hay en ella ningún tipo de condicionamiento ni duda, no hay límites en lo que los palestinos deben hacer para ser aceptables, simplemente eso es lo que ella siente que tiene que hacer para vivir en este país”.

“La cena fue muy interesante”, dijo otra acompañante ecuménica, de Argentina. Al ver que una gran parte de la estancia de los acompañantes tiene lugar en diferentes ubicaciones de la Ribera Occidental, comentó, “supone un cambio importante, y difícil, intentar entender y centrarse en el punto de vista israelí. Tuve que sentarme y escuchar con atención, y esforzarme por mantener  una actitud abierta; no fue fácil. Pero también creo que ayuda a entender mucho más. Somos un programa concebido para acompañar a ambas partes, al pueblo israelí y al pueblo palestino”.

Amos, un israelí de padres polacos, fue uno de los miembros de la congregación que recibió a los acompañantes ecuménicos en la cena, brindándoles la oportunidad de conocer las perspectivas israelíes sobre el conflicto, compartir reflexiones e intercambiar experiencias.

“Eso fue uno de los mejores aspectos de la experiencia”. “Estábamos sentados a la mesa con un psiquiatra y su esposa, que trabaja en una escuela bilingüe árabe-judía, ambos están muy implicados en una organización no gubernamental que trabaja con sobrevivientes del Holocausto...y tuvimos una discusión muy animada”, cuenta un acompañante ecuménico alemán.

“Estar en los territorios palestinos...y tratar solo con los colonos y los soldados te dará una imagen muy monolítica de la sociedad israelí, así que creo que es imprescindible humanizar al otro lado”, agrega. “Si uno se implica solo en un lado, habrá una tendencia a deshumanizar al otro lado. Pero hay muchas personas en ambos lados que son muy útiles en nuestra lucha por los derechos humanos”.

“Tenemos que ser conscientes de eso, deshumanizar a las personas de cualquiera de los lados no nos acercará a la paz”, concluye.

Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel

Los rabinos dan un paseo solidario por Hebrón (comunicado de prensa del CMI del 7 de febrero de 2019)

El PEAPI del CMI fomenta asociaciones para una paz justa (comunicado de prensa del CMI del 3 de enero de 2019) (en inglés)

‘No es una página en un libro’: los acompañantes escuchan los testimonios de los palestinos de la aldea de Ma’alul (comunicado de prensa del CMI del 27 de marzo de 2019)

Los acompañantes ecuménicos ofrecen su presencia protectora, tanto de noche como de día, ante la amenaza de demolición de Khan al Ahmar (noticia del CMI del 4 de octubre de 2018)

Vida matutina y resistencia bajo la ocupación: los acompañantes ecuménicos son testigos en los puestos de control de Jerusalén y de la Ribera Occidental (noticia del CMI del 9 de octubre de 2018)

Labores matutinas: los acompañantes ecuménicos hacen compañía a los pastores en el valle del Jordán (noticia del CMI del 7 de octubre de 2018)

*Albin Hillert trabaja para el departamento de comunicación del Consejo Mundial de Iglesias.