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Actualmente hay más de 65 millones de personas en todo el mundo que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según el organismo para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR). Pero todos esos desplazados no son solo estadísticas.
También son personas, algo que los medios de comunicación pueden pasar por alto cuando informan sobre ellos.
Ese fue un aspecto que se destacó en el debate sobre la cobertura que los medios de comunicación ofrecen sobre los refugiados, que tuvo lugar el 30 de enero durante un almuerzo informal en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), y al que asistieron representantes de grupos eclesiales, de las Naciones Unidas y de una agencia de información cristiana.
El tema del debate fue “Cambiando el discurso: medios de comunicación, migrantes y refugiados”, y fue moderado por la directora de comunicación del CMI, Marianne Ejdersten.
Los asistentes hablaron sobre “Refugees Reporting” (La información sobre los refugiados), un proyecto de investigación y sensibilización llevado a cabo durante 2017 con el fin de defender los derechos en materia de comunicación de los refugiados que buscan un paso seguro para cruzar los países europeos y establecerse en uno de ellos.
La actitud pública en tela de juicio
El proyecto pretende frenar la difusión de actitudes intolerantes y discriminatorias en contra de los refugiados.
Peter Prove, director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales (CIAI), elogió este “importantísimo proyecto de investigación”.
“Este informe nos da pruebas empíricas que pueden servirnos para replantear el discurso público sobre los refugiados de una forma más constructiva”, afirmó.
“La migración siempre ha sido un rasgo característico de las sociedades humanas, pero lo será aun más en el futuro”.
“No nos queda más remedio que gestionar estos movimientos de población y lograr que la migración nos beneficie a todos”, añadió el director de la CIAI, haciendo alusión a un reciente informe del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana
Las organizaciones coordinadoras del proyecto son la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana en Europa (WACC Europe) –que cuenta con el apoyo del CMI– y la Comisión de las Iglesias para los Migrantes en Europa.
Sara Speicher, directora de desarrollo de WACC y miembro del departamento de comunicación del CMI aseveró: “estamos convencidos de que la representación de los refugiados y los migrantes en los medios de comunicación ejerce una influencia fundamental en el tono del debate público y, en última instancia, en la acogida y la integración de los refugiados y los migrantes en sus nuevos países”.
Destacó que, en Europa, aunque en 2017 se redujo el número de llegadas con respecto a la cifra récord de más de un millón registradas en 2015, la acogida y la integración de los refugiados y migrantes sigue siendo una cuestión política, económica y cultural que genera profundas divisiones.
El Dr. Stephen Brown, presidente de WACC Europa, dijo: “Queremos suscitar el debate y analizar las reacciones que provoca esta investigación a nivel mundial”.
El Dr. Brown explicó que, “WACC cree firmemente en el derecho de toda persona a comunicarse y a entablar comunicación, de la misma manera en que tiene derecho a alimentos, vivienda y seguridad”.
“En nuestras alianzas estratégicas, buscamos ser catalizadores del cambio por el bien común, compartiendo información, conocimiento y experiencias en el ámbito de la comunicación. Para nosotros esos son 'derechos de comunicación'”.
El arzobispo nigeriano David Fabusoro, de la Iglesia del Señor, Aladura (Comunidad de Oración) dio ejemplos concretos de personas desplazadas y contó que desde que se intensificaron los ataques de Boko Haram en 2013, cientos de miles de personas han sido desplazadas en la región cercana al noreste de Nigeria.
El conflicto en el delta del Níger
Citó también otros conflictos al suroeste del delta del Níger que duran ya varios decenios, y la ocupación por la fuerza de tierras de cultivo y propiedades por parte de los pastores Fulani que “se han provocado asesinatos en masa y el desplazamiento de personas”.
“Lamentablemente, en todos los casos la representación de los refugiados que ofrecen los medios es confusa e incompleta”, dijo Fabusoro, señalando que “la insurgencia de Boko Haram y el conflicto en el delta del Níger fueron calificados de crisis religiosas”.
Pero, añadió que no se informa sobre el sufrimiento de las personas desplazadas, muchas de las cuales se trasladan a Europa, “y eso ha hecho que esas personas mueran en silencio”.
Leigh Foster, Jefa de Eventos, Campañas y Embajadores de Buena Voluntad de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), dijo: “El CMI y la Federación Luterana Mundial han hecho una excelente labor movilizando a sus miembros” en favor de los refugiados y los migrantes.
'En primera persona'
La representante del ACNUR celebró que el debate sobre el informe sirviera para dar un empujón a la campaña #WithRefugees del ACNUR, que busca difundir la idea de que los refugiados pueden contar ellos mismos su historia.
Foster explicó que la campaña llega como respuesta a un discurso cada vez más tóxico sobre, ya no solo los refugiados, sino sobre cualquier persona que se desplaza de un lugar a otro”.
Cornelia Kästner, alta funcionaria de comunicaciones de la Federación Luterana Mundial, contó que su experiencia como periodista la había animado a cubrir las historias de los refugiados para “dejar que la gente hablara”.
“Los refugiados no son víctimas”, dijo, sino seres humanos; hay que plantearse de qué manera podemos “contrarrestar el entumecimiento de la sociedad” cuando escribimos sobre ellos.
“¿Cómo podemos evitar escribir el mismo artículo una y otra vez?” preguntó Kästner.
