Image
El Rev. Gary Harriott habló sobre los Jueves de negro en la reunión del Comité Central del CMI, en 2018. Foto: Ivars Kupcis/CMI

El Rev. Gary Harriott habló sobre los Jueves de negro en la reunión del Comité Central del CMI, en 2018. Foto: Ivars Kupcis/CMI

El Rev. Gary Harriott sabe que hay un problema con la violencia contra las mujeres y las niñas en Jamaica. Cada año, cientos de mujeres denuncian haber sido violadas, y muchos más casos de violación y agresión no se denuncian. Las iglesias pueden contribuir a cambiar la situación alzando sus voces en contra de la violencia, dice el Rev. Harriott.

“En Jamaica, las iglesias siguen teniendo la confianza del pueblo, que recurre a ellas en busca de liderazgo. Las congregaciones están ubicadas estratégicamente en las comunidades. Cada semana conocemos a más adultos y a más niños que cualquier otra institución de la sociedad”, señala Harriott. “Queremos que la sociedad se movilice para acabar con la violencia, especialmente, con la violencia contra las mujeres y las niñas”.

Una campaña llamada Jueves de negro, promovida por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), está dando un oportuno impulso a los esfuerzos de las iglesias jamaicanas para detener la violencia. La campaña invita a la gente a vestirse de negro los jueves y a llevar una insignia que indique que forman parte de un movimiento mundial que se opone a las actitudes y prácticas que permiten la violación y la violencia. El propósito es inspirar a mujeres y hombres a tomar medidas para cambiar las circunstancias que llevan a la agresión.

El Rev. Harriott, asesor del Comité Central del CMI y ministro de la Iglesia Unida en Jamaica y las Islas Caimán, ocupa el cargo de secretario general del Consejo de Iglesias de Jamaica (JCC, por sus siglas en inglés), un organismo ecuménico formado por once denominaciones cristianas de la isla caribeña. El Rev. Harriott hizo estas observaciones durante una entrevista con el CMI realizada desde Kingston (Jamaica).

El JCC ha participado en la campaña los Jueves de negro desde 2017.

“Estamos decididos a hacer crecer la campaña”, dice Harriott. “Queremos que cada miembro de la sociedad se entere de que existe. Hemos llevado a cabo un evento público en Kingston con la presencia de representantes políticos. Estamos activos en las redes sociales. Y ahora queremos llevar el mensaje a las escuelas y a los medios de comunicación”.

El sacerdote jamaicano está convencido de que las iglesias tienen un papel crucial en la respuesta a los casos de agresión sexual y violencia de género, y que pueden ofrecer una plataforma de sanación.

“La violación es muy traumática y emocionalmente difícil. Hay personas que han sido violadas de camino a casa después de estar en la iglesia. Esas personas se cuestionan sobre “ese Dios al que alaban, pero permite que les ocurra algo así de malo”, dice. “En algunos casos, el JCC proporciona asesoramiento pastoral a las víctimas, y da apoyo a los ministros que desempeñan esa misión en el terreno”.

Los Jueves de negro surgió a raíz del Decenio Ecuménico de las Iglesias en Solidaridad con las Mujeres (1988-1998) del CMI, que dio visibilidad al uso de la violación como arma de guerra, a la injusticia de género, los abusos, la violencia y a muchas tragedias derivadas de ese tipo violencia.

La campaña “Jueves de negro” reanuda sus esfuerzos para acabar con la violación y la violencia

Más información sobre la campaña Jueves de negro