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Foto: Hymie Sokupha/CMI

Foto: Hymie Sokupha/CMI

Tras la visita de un Equipo de peregrinos del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) a Sudáfrica, el CMI ha dirigido a la nación africana una carta pastoral sobre violencia de género, feminicidio y xenofobia.

“El propósito de esta visita del Equipo de peregrinos fue entablar conversaciones en el marco de la peregrinación de justicia y paz con líderes políticos y religiosos, representantes de la sociedad civil, ciudadanos preocupados, y víctimas y sobrevivientes de dos problemas críticos y de importancia mundial: la violencia de género y el feminicidio, y la xenofobia en Sudáfrica”, dice la carta. “Una peregrinación de justicia y paz es un viaje transformador que Dios nos invita a emprender en anticipación al designio final que el Dios trino tiene para el mundo”.

La delegación de alto nivel del CMI, formada por dieciséis representantes de todo el mundo, visitó Sudáfrica del 7 al 12 de diciembre. Encabezada por el secretario general del CMI, el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, junto con la subsecretaria general adjunta del CMI, la Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri, incluyó a miembros de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales, moderada por el Rev. Frank Chikane, de Sudáfrica.

Los visitantes caminaron, trabajaron y rezaron junto a sus anfitriones. “La peregrinación incorpora al menos tres dimensiones diferentes; no de forma lineal, sino más bien, desde un enfoque dinámico e interdependiente: celebrar los dones, visitar las heridas y transformar las injusticias”, dice la carta. “Esta visita de una delegación del CMI ha supuesto verdaderamente una ocasión trascendental, pues ha sido la primera vez en muchos años que una delegación de alto nivel del CMI ha viajado a Sudáfrica de forma oficial para llevar a cabo una misión de justicia”.

El Equipo de peregrinos dijo que su visita les brindó la oportunidad de leer los signos de los tiempos. “También nos reunimos con personas que trabajan diligentemente para abordar los problemas relacionados con la violencia sexual y de género, así como con los desafíos de la migración”, dice la carta. “Los compañeros de conversación y reflexión fueron miembros de la sociedad civil, el gobierno de Sudáfrica y los organismos y ministerios eclesiales”.

El grupo escuchó la opinión de la sociedad civil y los relatos de las personas directamente afectadas. “Nos dimos cuenta de que la xenofobia y el racismo tienen muchas capas”, dice la carta. “Expresamos nuestra conmoción y nuestro dolor ante algunos de los relatos que escuchamos durante la visita”.

El Equipo de peregrinos escuchó las historias de algunos ciudadanos extranjeros que enfrentan violaciones continuas y sin límite de sus derechos fundamentales. “Escuchamos historias sobre violencia de género, violación y feminicidio”, dice la carta. “Sudáfrica tiene la tasa más alta del mundo de mujeres asesinadas por sus parejas”.

La carta señala que normalmente los autores de la violencia en el ámbito doméstico son hombres que están o han estado en posiciones de confianza, intimidad y poder.  “Las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres generalmente impulsan esta violencia”, dice la carta. “La violencia de género niega los derechos humanos fundamentales, especialmente los de las mujeres y los niños. Todos tienen derecho a ser tratados de manera digna”.

La dignidad humana es inalienable, señala la carta. “La violencia es una pandemia mundial que niega la humanidad y los derechos de los vulnerables, desde un punto de vista económico, social, político y espiritual”, continúa el texto. “Sentimos que la humanidad ha sido cómplice al negar la dignidad humana de los vulnerables de diferentes maneras, incluso con nuestro silencio”.

Lea el texto completo de la carta pastoral (en inglés)

Una delegación del CMI se reúne con el presidente sudafricano Ramaphosa