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La Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri, secretaria general adjunta del CMI, en la reunión organizada por Arigatou International. Foto: Ivars Kupcis/CMI

La Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri, secretaria general adjunta del CMI, en la reunión organizada por Arigatou International. Foto: Ivars Kupcis/CMI

Durante un consorcio centrado en el fomento de los valores y la espiritualidad en la primera infancia, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, reiteró el firme compromiso del CMI con la protección de la infancia. Su mensaje fue leído por la Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri, secretaria general adjunta del CMI.

“A menudo, hemos abordado en este lugar las necesidades particulares de los niños, especialmente los déficits mundiales en la prestación de servicios de atención de salud, la necesidad de proteger a los niños en sus hogares y en las iglesias, y la difícil situación específica de los niños migrantes y refugiados”, afirmó la Prof. Dra. Phiri.

El consorcio, organizado por Arigatou International, se celebrará en el Centro Ecuménico de Ginebra del 3 al 5 de diciembre. El tema es “Cultivar los valores y la espiritualidad en la primera infancia para la prevención de la violencia”.

“Nuestros propios compromisos en este campo son firmes”, subrayó. “El CMI está firmemente comprometido a apoyar la protección, la participación y el bienestar de los niños”.

Participantes del consorcio organizado por Arigatou International en el Centro Ecuménico de Ginebra. Foto: Ivars Kupcis/CMI

Nutrir los valores y la espiritualidad en la primera infancia toca directamente al núcleo de los desafíos y los dones que las personas religiosas pueden aportar, añadió la Prof. Dra. Phiri. “La riqueza particular de este consorcio anual radica en el hecho de que, a través de las diferentes disciplinas, organizaciones y líneas religiosas, desde los hogares y las iglesias hasta los foros internacionales, centra la atención y aprovecha la experiencia relacionada con las estrechas conexiones entre la formación de la primera infancia, la resolución de conflictos o la prevención de la violencia, y las perspectivas de la paz”, afirmó. “Todos, ya se trate de niños o adultos, tenemos un interés vital en este trabajo y este futuro”.

Corresponde a las personas religiosas examinar críticamente sus propias tradiciones y prácticas, concluyó. “Que su labor y la del consorcio encuentren aliento y energía en esta reunión”, expresó. “Espero con interés aprender más de sus presentaciones y debates durante esta exploración más a fondo sobre cómo fomentar los valores y la espiritualidad puede asegurar un futuro de dignidad humana para todos”.

 

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