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Foto: Jonathan Frerichs/CMI

Foto: Jonathan Frerichs/CMI

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) intensifica su labor en relación con el desarme, a pesar de que el mundo se enfrenta a cada vez más injusticias y tensiones que amenazan la paz a diario.

En junio, representantes del CMI se unieron a un grupo de aproximadamente 80 diplomáticos, activistas por la paz, investigadores y capellanes de todo el mundo para celebrar un “Foro de ideas sobre nuevas iniciativas de control de armas” en Loccum (Alemania).

El programa incluyó paneles de discusión sobre situaciones pasadas, presentes, y posibles situaciones futuras relacionadas con el control de las armas nucleares, y elaboró “hojas de ruta” políticas para los ministerios de asuntos exteriores de Moscú, Berlín y Washington.

Los participantes señalaron que, aunque todavía no hemos entrado en una nueva carrera de armamento nuclear ni en una nueva guerra fría, todos los indicadores apuntan en la dirección equivocada, ya que se están abandonando los antiguos tratados y no se están abordando las nuevas amenazas.

El CMI también ha estado trabajando con la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares para garantizar que, cada vez que un Estado miembro de las Naciones Unidas pase por el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, se presente un breve informe en el que se pida a ese Estado que firme o ratifique el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares.

En mayo, se reunió en Nueva York el tercer Comité Preparatorio de la Conferencia de las Partes 2020, encargada de la revisión del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares.

Emily Welty, vicemoderadora de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI, realizó una declaración en nombre de 53 organizaciones religiosas en la que señaló las complementariedades entre el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares y el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares. Para el CMI, la conferencia abrió el camino a nuevas y sólidas colaboraciones con grupos musulmanes, budistas y otros grupos religiosos que apoyan estos objetivos.

El Grupo de expertos gubernamentales sobre sistemas de armas autónomas letales de la Convención sobre ciertas armas convencionales se reunió en Ginebra en marzo de 2019 por sexto año consecutivo. El grupo discutió las posibles aplicaciones militares de los sistemas de armas autónomos y analizó los posibles desafíos para el derecho internacional, así como el “elemento humano” en el uso de la fuerza.

Las discusiones indicaron que algunos Estados tienen la intención de desarrollar y utilizar robots asesinos. Australia, Israel, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos se pronunciaron en contra de cualquier medida para crear un nuevo tratado sobre las armas autónomas. Afortunadamente, otros gobiernos se pronunciaron para expresar sus preocupaciones y su convicción de que los seres humanos deben mantener un control humano significativo sobre los sistemas armamentísticos.

El grupo se reunió de nuevo en agosto, cuando Rusia, Estados Unidos y algunos otros gobiernos continuaban bloqueando los intentos de restringir o prohibir el desarrollo de tecnología de armas autónomas. Se adoptó un informe decepcionante, que no establecía ningún proceso significativo para el futuro. Resulta alarmante que el informe no haga referencia al control humano, los derechos humanos o la dignidad humana.

El CMI sigue apoyando los objetivos de la Campaña para prohibir los robots asesinos, que aboga por una prohibición preventiva del desarrollo, la producción y el uso de armas totalmente autónomas.

 

Labor del CMI en materia de desarme y control de las armas nucleares