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Foto: Albin Hillert/CMI

Foto: Albin Hillert/CMI

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha expresado su profunda conmoción y tristeza por el ataque perpetrado contra un hospital en Kabul (Afganistán) que ha causado la muerte de al menos 15 personas, incluidos dos recién nacidos, y numerosos heridos. En otro incidente ocurrido en la provincia de Nangarhar, un atentado suicida se ha cobrado la vida de al menos 25 personas y ha herido a otras 68, la mayoría de las cuales asistían al funeral de un comandante de la policía local.

“Esta doble tragedia contra personas inocentes en los momentos más vulnerables de la vida y la muerte es desgarradora. Privar de la vida a recién nacidos y a sus madres, y atacar a personas que conmemoran la vida de un miembro de la comunidad en su funeral son una mancha en nuestra humanidad”, dijo el Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, secretario general en funciones del CMI. “El CMI deplora estos actos de violencia y ora por que Dios dé fuerza y consuelo a todas las personas afectadas por estos brutales ataques; por que todas las personas afligidas por estas tragedias sientan el amor y la paz de Dios incluso en medio de su pena y dolor”, afirmó Sauca.

Estos incidentes, los últimos de una larga historia de violencia en la región, han tenido lugar tras las conversaciones preliminares de paz mantenidas en febrero entre Estados Unidos y los talibanes que se esperaba que pusieran fin a dos décadas de guerra en Afganistán. “Estos ataques representan un fuerte revés para los esfuerzos de paz en un momento en que había crecientes signos y expectativas de acabar con el conflicto violento en la región. Además, la situación actual de pandemia mundial, que nos recuerda con fuerza una y otra vez la fragilidad y la santidad de las vidas humanas y que ha llevado a pedir una cesación del fuego a nivel mundial, hace que estos ataques sean aún más espantosos”, observó Sauca.