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Foto: Marcelo Schneider/CMI

Foto: Marcelo Schneider/CMI

Oración por el año nuevo desde el Consejo Mundial de Iglesias,

por el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general.

 

¡Dios de vida, Dios de gracia, Dios de amor!

¡Santísima Trinidad; Padre, Hijo y Espíritu Santo!

 

En este último día del año 2019, venimos a ti, en acción de gracias y en oración.

 

Dios, nuestro Creador,

por este año 2019,

que nos diste para vivir juntos,

como tu Creación y con toda tu Creación,

como tus amados seres humanos,

como una sola familia humana,

te damos gracias por todos aquellos que han visto y recibido

verdaderas señales de tu amor,

a través del esplendor de tu Creación

y a través de la generosidad de otros seres humanos,

pero también, a través de la transformación de las señales de justicia y de paz

en verdaderas señales

de la presencia de tu Reino entre nosotros.

 

En este día, venimos a ti con nuestras oraciones

por todos aquellos cuyas vidas han estado llenas de tristeza, miedo, violencia y muerte,

por todos aquellos que ya no esperan nada mejor

del día de mañana,

ni del feliz nuevo año que llega.

 

Dios, en tu misericordia,

escuchas nuestras oraciones por aquellos que tienen sed y anhelo

de justicia y de paz:

concédeles toda tu gracia, tus señales de amor,

concédeles tu justicia y tu alegría.

¡Kyrie Eleison!

 

Danos, oh, Jesucristo,

la valentía necesaria para transmitir

el abrazo y la presencia

que nos has ofrecido a todos

a través de tu sufrimiento, tu muerte y tu resurrección.

 

Terminemos este año en tu santo nombre, oh, Jesucristo;

el nombre que te dieron

porque fuiste enviado para salvarnos de nuestros pecados.

¡Christe Eleison!

 

Comencemos el próximo año en tu santo nombre, oh, Jesucristo.

Estás en lo que está por venir,

para darnos tu amor.

Estás ahí y nos pides que te amemos

y que amemos a todos aquellos que son importantes para ti.

 

Concédenos, oh, Espíritu Santo,

que cada uno de nosotros

y la Santa Iglesia, que es una sola,

y el mundo entero

podamos unirnos en la esperanza,

impulsados por el amor de Cristo.

 

Amén