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Durante la segunda semana de Adviento, los miembros del personal del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y de otras organizaciones con sede en el Centro Ecuménico de Ginebra se reunieron con sus familias para un servicio navideño de oración y celebración.
“El mensaje de la Navidad es para todos y nos concierne a todos”, dijo el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, en sus palabras de bienvenida a todos los reunidos en la capilla del Centro Ecuménico. “La luz y la vida del mundo que celebramos en Navidad son aún más necesarias en un mundo amenazado por nuestras acciones humanas y la falta de cuidado de la tierra, nuestro hogar común”.
El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, durante el servicio de Adviento en la capilla del Centro Ecuménico. Foto: Ivars Kupcis/CMI
Durante el oficio se entonaron himnos cristianos de muchas tradiciones y regiones del mundo que fueron dirigidos por el Rev. Dr. Mikie A. Roberts, responsable del programa de vida espiritual, junto con la Dra. Marilyn Brattskar, que se ocupó de la coordinación de la música. Entre los invitados especiales, se contó con la presencia del Coro de Gospel de Ginebra.
El servicio de Adviento de este año siguió los acontecimientos de la Sagrada Familia descritos en la Biblia desde la perspectiva de José, que no solo estuvo teñida de sorpresa y alegría, sino también de dudas y desesperación.
En el Evangelio de Mateo, justo cuando José había decidido dejar a María secretamente, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
