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Photo: Albin Hillert/WCC, 2018.

Photo: Albin Hillert/WCC, 2018.

El Líbano era antaño considerado el ejemplo por antonomasia en Oriente Medio de la convivencia armoniosa entre diversos pueblos y grupos religiosos. Las décadas de guerra civil han llevado al país al colapso económico y la parálisis gubernamental.

El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias ha expresado esta semana su “gran preocupación y aprensión” por el empeoramiento de la situación, y ha pedido “reformas estructurales urgentes y necesarias para garantizar la estabilidad, la unidad y la soberanía del Líbano”.

Aunque se requiere de una intervención gubernamental para resolver la creciente crisis y evitar el colapso completo del país, la declaración señaló que “los líderes religiosos de todas las comunidades tienen un papel particularmente importante que desempeñar para guiar a sus fieles, en estos tiempos difíciles, hacia la sabiduría, la justicia, la reconciliación y la unidad”.

La declaración alude a los más amplios intereses internacionales que están en juego: “Los libaneses, de todos los niveles –políticos, líderes religiosos, civiles y jóvenes– tienen la responsabilidad de aislar al país de las fuerzas políticas y sociales regionales más amplias que conducen a la región a la división y la destrucción”, afirma la declaración del Comité Ejecutivo.

El Comité Ejecutivo del CMI se ha reunido virtualmente esta semana, los días 20 al 24 de julio, para supervisar y orientar los programas y el presupuesto del CMI y apoyar a la comunidad en estos tiempos de pandemia.

Lea la declaración completa del Comité Ejecutivo sobre el Líbano (en inglés)

Más información sobre la labor del Consejo de Iglesias del Oriente Medio (MECC)