Image
El Rev. Dr. Hielke Wolters en la reunión con la Alianza Evangélica Mundial, en Bossey (Suiza). © Marianne Ejdersten/CMI

El Rev. Dr. Hielke Wolters en la reunión con la Alianza Evangélica Mundial, en Bossey (Suiza). © Marianne Ejdersten/CMI

Por Marianne Ejdersten*

El Rev. Dr. Hielke Wolters deja el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), donde ha trabajado durante nueve años –los últimos siete como secretario general adjunto– pero no deja el movimiento ecuménico, al que se ha dedicado desde que era estudiante. Oficialmente se va a jubilar, pero eso será así solo sobre el papel, porque tiene muchas ideas y planes que llevar a cabo en cuanto regrese a los Países Bajos para seguir trabajando, de una u otra manera, para la iglesia y para el movimiento ecuménico más amplio. Con una sonrisa, el Rev. Wolters declara a las Noticias del CMI: “Estoy abierto a cualquier sugerencia y sé que Dios me guiará en la dirección correcta cuando llegue el momento”.

Nos reunimos en su oficina del Centro Ecuménico de Ginebra. Desafortunadamente, yo llego 10 minutos tarde por tener que atender asuntos urgentes en el departamento de comunicación. Me disculpo y mi colega, que es muy organizado, acepta mis disculpas. Está muy bien preparado para la entrevista. Sostiene una nota en la mano. Está relajado pero tiene muy clara la historia que vamos a contar a la comunidad. Esta es una contribución importante que quiere hacer a la comunidad. Las relaciones ecuménicas son la misión central de la vida y el trabajo del Rev. Wolters. Tiene los objetivos claros –es un estratega de la misión, de las operaciones y de la administración– pero su talante es cálido y atento. “Para trabajar para el mundo, uno tiene que ser un poco estratega”, dice. Sus colegas lo describen como un pastor reformado práctico con un gran corazón ecuménico. Cuentan de él que “solo se preocupa cuando un proceso es demasiado lento; eso lo frustra mucho”.

De Bangalore a la misión urbana

Empecemos contando la historia de su vida. Hielke Wolters viene de la Iglesia Protestante en los Países Bajos. Como teólogo y pastor, se ha dedicado durante muchos años a la justicia social, al diálogo interreligioso y al desarrollo. Su relación con el CMI comenzó cuando era estudiante, en el momento en que reconoció, siendo bastante joven, la importancia de las estrategias misioneras y del papel de las iglesias minoritarias. Cuando era estudiante escribió una carta al CMI pidiendo consejo: “¿Dónde debería hacer mi doctorado? Me gustaría ir a una universidad de habla inglesa en una cultura totalmente diferente”. Recibió una respuesta en que se le aconsejaba que fuera a la Escuela Unida de Teología de Bangalore o a la Escuela de Serampore, cerca de Calcuta. Decidió hacer su doctorado en Bangalore y se centró en el trabajo del difunto teólogo indio M.M. Thomas, moderador del CMI durante el período 1968-1975.

Después de trabajar como pastor tanto en zonas rurales como urbanas de los Países Bajos, y más tarde como director de la oficina ecuménica nacional de los Países Bajos para la misión industrial y rural, fue nombrado director de Stichting Oikos, un instituto ecuménico que ayuda a las iglesias a sensibilizar a la opinión pública sobre la cooperación internacional y el desarrollo sostenible.

Un largo viaje para definir el nuevo papel del CMI

El Rev. Wolters llegó al CMI el 1 de julio de 2007 como nuevo director del CMI para Justicia, diaconía y responsabilidad por la Creación. El doctor Wolters aportó su sólida experiencia combinando la reflexión teológica con sus aptitudes para la gestión de proyectos centrada en la obtención de resultados. Su experiencia y conocimientos resultaron de gran valor después de la asamblea de Porto Alegre, en 2006. El reto principal del programa, dijo en una de sus primeras entrevistas en 2007, “será concebir iniciativas creativas que puedan dar esperanza a quienes luchan cada día por sobrevivir; promover la solidaridad entre las iglesias, a pesar de las divisiones generadas por la globalización económica; y apoyar los movimientos e iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible para contrarrestar los efectos del cambio climático.” Después de haber sido durante varios años secretario general adjunto en funciones para los programas, en 2011 fue nombrado secretario general adjunto para el programa sobre Unidad, misión y relaciones ecuménicas. El regreso a su campo de especialización estuvo marcado por un claro enfoque en las estrategias misioneras capaces de mejorar las relaciones con las iglesias miembros.

El anterior secretario general, el Rev. Dr. Sam Kobia, y posteriormente el nuevo secretario general, el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, le pidieron que coordinara el proceso para reorientar y reestructurar la labor del CMI durante el período entre Porto Alegre y Busan. A ese respecto dice: “Era un momento crucial para definir una función clara del CMI en el movimiento ecuménico y en el mundo en general. ¿Cuál debía ser la misión principal del CMI? Nos enfrentábamos a muchos retos dentro de la comunidad”.

El Rev. Wolters alude concretamente al lanzamiento de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial y a la formación de ACT Alianza, creadas por ministerios especializados para liderar acciones en los ámbitos de la ayuda humanitaria, el desarrollo y la sensibilización.

El Rev. Wolters dice: “¿Cuál debía y podía ser el papel del CMI en un movimiento ecuménico más extenso? También nos enfrentábamos a problemas financieros y teníamos que reorganizar el trabajo e intentar priorizar más que antes”.

Y matiza: “Todos los aspectos y tensiones del mundo se dan cita en Ginebra. El Consejo Mundial de Iglesias necesita esa diversidad, y aquí la vivimos mientras trabajamos en nombre de las iglesias miembros. Tenemos la tarea y el mandato especial de actuar respetando la diversidad de nuestras iglesias miembros y asociados ecuménicos”.

El liderazgo del Rev. Dr. Olav Fykse Tveit - sobre todo después de la asamblea de Busan, en 2013- está muy centrado en la comunidad y en trabajar con personas y asociados de buena voluntad. El CMI tiene una nueva cara y un nuevo modelo operativo más estructurado, con planes elaborados mediante consultas con los asociados y evaluaciones de gestión.

Todo es gracia

¿De qué está más orgulloso? Guarda silencio un momento y responde: “En mi tradición no se utiliza la palabra 'orgulloso' Crecí con la idea de que, básicamente, todo es gracia. Pero le daré algunos ejemplos de lo que, a mi entender, hemos logrado en el CMI en los últimos nueve años”.

Un ejemplo concreto es la labor realizada con los asociados ecuménicos y, sobre todo, con los ministerios especializados. “Nos hemos reunido con regularidad en torno al concepto de Trabajar Juntos y celebramos la Mesa redonda para que sus representantes hablaran sobre la planificación estratégica del CMI. En los últimos dos años también hemos invitado a los dirigentes de los ministerios especializados a los foros sobre estrategia ecuménica para profundizar el debate sobre el papel del CMI. Estoy muy satisfecho con el resultado de estas conversaciones. Lo mismo ocurre con la red de responsables ecuménicos de las iglesias miembros; ellos son también muy importantes y relevantes para el futuro del CMI”.

El desafío es el papel de la misión

El Rev. Wolters también habla de la nueva declaración del CMI sobre misión, Juntos por la Vida, presentada en la 10ª Asamblea del CMI en Busan (República de Corea), en 2013. La declaración, afirma, ofrece una nueva perspectiva sobre la situación y los desafíos de la misión de las iglesias tanto en sociedades multirreligiosas como laicas.

Wolters hace referencia a su propio trabajo en el ámbito de la misión industrial y urbana: “Para muchas iglesias, especialmente en Europa y América del Norte, esta es una cuestión urgente y vital. También es un desafío ecuménico para todas las iglesias miembros del CMI”.

“En los contextos laicos hay un gran interés por la misión entre las iglesias miembros del CMI”, dice Wolters. “Los dirigentes de esas iglesias son plenamente conscientes de la necesidad urgente de encontrar nuevos enfoques. Ven que sus miembros están envejeciendo y están haciendo todo lo posible por llegar a los jóvenes. Por lo que agradecen de buena gana todo apoyo que el movimiento ecuménico pueda prestarles y todo espacio que este cree para la reflexión y la acción conjuntas”.

“Uno de los principales desafíos de la misión en contextos laicos es la ausencia de sensibilidad para el lenguaje religioso, tanto a nivel individual como a nivel colectivo”, explica el Rev. Wolters.

“Hablar de Dios y de la salvación no lleva automáticamente a una conversación fructífera. Es necesario entender las preguntas fundamentales que se plantean los laicos, por ejemplo, sobre los dilemas que afrontan o sus dudas sobre el sentido de la vida. Las iglesias deben elaborar un nuevo lenguaje, así como nuevos métodos para compartir las experiencias de la vida, si quieren transmitir de manera convincente el mensaje cristiano de la fe, la esperanza y el amor”.

Una colaboración más estrecha con los evangélicos

El Rev. Wolters también quiere hacer hincapié en la colaboración con la Alianza Evangélica Mundial (AEM) y el Foro Cristiano Mundial.

Los dirigentes y representantes de la AEM y del Consejo se reunieron el 20 de mayo de 2016 en el Instituto Ecuménico de Bossey (Suiza) para estudiar y discutir sobre posibles áreas de futura cooperación. El Rev. Wolters explica que: “Esa fue la segunda reunión oficial entre los dirigentes de ambas instituciones, pero en esa ocasión se contó con la presencia del secretario general del CMI y del secretario general de la AEM. Fue un momento histórico, un nuevo paso positivo, un nuevo comienzo”.

¿Cómo empezó este acercamiento? El Rev. Wolters responde: “La verdad es que en una pausa durante la reunión del Comité Central en 2011 mantuve una breve charla con uno de los líderes de la AEM y decidimos reunirnos más adelante para discutir en mayor profundidad”.

El Rev. Wolters menciona también otro paso adelante: la reunión entre los dirigentes de la Sociedad Bíblica Unida y del CMI en abril de 2016. “Estamos muy agradecidos de poder intensificar esta importante labor en cooperación con las iglesias y con las organizaciones de las tradiciones católica, pentecostal y evangélicas”, agrega.

En noviembre de 2015, casi 150 participantes de diferentes tradiciones cristianas se reunieron bajo los auspicios del Foro Cristiano Mundial en Albania, acogido por Su Beatitud el Arzobispo Anastasios, cuyo tema fue “Discriminación, persecución y martirio: siguiendo a Cristo juntos”. El evento reunió a representantes de iglesias y comunidades cristianas que se han enfrentado a la discriminación y a la persecución en sus contextos locales.

El Reverendo asevera: “Es una poderosa señal de esperanza que iglesias y organizaciones ecuménicas de orígenes tan diversos estén dispuestas a trabajar juntas para apoyar a los cristianos que están pasando dificultades”. Y añade que “la libertad religiosa es importante para todos, ya sean cristianos, musulmanes o creyentes de cualquier otra religión”.

El Rev. Wolters continua precisando que esta es una iniciativa conjunta que se inscribe plenamente en los esfuerzos del CMI para acompañar a los cristianos y a las iglesias en países como Siria, Irak, Egipto y Nigeria.

El CMI debe ser relevante e influyente

Y por último: ¿qué es lo más importante para el CMI en este momento?

Su respuesta es clara: “Tenemos que ser una organización relevante. ¿De qué manera influye el CMI en el mundo? Tenemos que poner a las iglesias en el centro; tenemos que reforzar la teología y la espiritualidad”.

Y añade: “Para ser agentes del cambio necesitamos que todos los miembros del movimiento ecuménico den su testimonio de justicia y paz”.

Después de nueve años, el Rev. Dr. Hielke Wolters puede mirar hacia atrás con gran satisfacción, y está muy agradecido por ello. Ha sido partícipe y artífice de numerosos procesos, documentos teológicos y reuniones históricas de gran importancia, y está muy satisfecho de que el CMI cuente hoy por hoy con un plan estratégico que reúne todos los aspectos de la labor del Consejo con una estructura clara de presentación de informes a los comités ejecutivo y central. El Rev. Wolters es un verdadero “apóstol de las estrategias”, tanto para la misión como para la administración.

Le deseamos todo lo mejor en el futuro y esperamos volver a verlo en el movimiento ecuménico, que es un viaje que dura toda la vida. Siempre nos acordaremos de él cuando rindamos cuentas ante nuestros órganos rectores y, sobre todo, ante las personas del mundo que buscan esperanza.

Gracias, Hielke, por el tiempo que nos ha dedicado para compartir su sabiduría y sus conocimientos.

Por Marianne Ejdersten, directora de comunicación del Consejo Mundial de Iglesias desde 2015.

Juntos por la vida: Misión y evangelización en contextos cambiantes

Comisión de Fe y Constitución

Qué es Fe y Constitución (en inglés)

Comisión de Misión Mundial y Evangelización del CMI