Por Marcelo Schneider (*)

Es un axioma aceptado que a medida que cambie el clima cambiará también el mundo en formas espectaculares y, a veces, no deseables.

¿Qué significa este cambio frecuentemente rápido para los cristianos cuya fe está entrelazada con la gloria y la belleza de la creación de Dios, pero se pone en tela de juicio cuando esa creación se corrompe y se altera irreversiblemente?

¿La actual reflexión teológica de las iglesias sobre la administración de la creación y el cambio climático está preparada para afrontar el rápido viraje de los vientos, la meteorología y la vida sobre la tierra, tal como los conocemos y como los conocieron nuestros antepasados?

Estas preguntas bastaron para inducir a diversas iglesias de Argentina a explorar la "fe cristiana y la ecología: hacia una ecoteología ecuménica", en un seminario celebrado los días 28 y 29 de marzo en el Instituto Universitario ISEDET de Buenos Aires.

El evento estuvo patrocinado por ISEDET, el Grupo de Reflexión Rural no gubernamental con sede en Argentina y la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC) de la Región de América Latina y el Caribe, y recibió el apoyo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Iglesia Unida del Canadá.


Una preocupación obligatoria por la naturaleza

"Los cambios climáticos se producen muy rápidamente y tienen consecuencias sorprendentes”, dijo Alfredo Salibian, biólogo argentino, en su alocución al grupo. “Estamos siendo testigos de cambios en nuestras propias vidas, no sólo con respecto al contexto en que vivieron nuestros padres o abuelos, sino también con respecto a hace veinte, diez o cinco años".

Salibian propuso la adición del prefijo "eco" a la teología, para reflejar una preocupación obligatoria y urgente por la naturaleza.

"Tenemos que recordar que la redención ofrecida por Jesucristo es bidireccional”, dijo.

“Por una parte es vertical porque permite la restauración de relaciones de los seres humanos con el Creador. Pero tendemos a olvidar la otra parte de esta relación, que es horizontal, y que tiene por objeto sanar las relaciones dañadas entre los seres humanos y el resto de la creación”.

Por ello, Salibian dijo que es hora de actualizar la teología Latinoamericana, incorporando el prefijo "eco" para redefinir el significado de "creación", "Cristo", “ser humano” y "ecumenismo", a la luz de la administración de la creación.

Pero hay que ir aún más adelante, dijo el padre del Protocolo de Kyoto, Raul Estrada Oyuela, quien habló en el evento sobre el marco diplomático internacional vinculado al tema del cambio climático.


Teología y política

Oyuela advirtió que la falta de una comprensión mutua entre la teología y la política podría ser perjudicial.

"Si no comprendemos lo que ocurre en la política, será muy difícil interferir en la construcción de las políticas", afirmó.

Oyuela presidió el grupo creado por la Primera Conferencia de las Partes en la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para negociar un instrumento jurídicamente vinculante sobre el cambio climático conocido actualmente como el Protocolo de Kioto.

"Hay muchas personas pertenecientes a las iglesias miembros del Consejo Mundial de Iglesias que participan en los círculos diplomáticos internacionales que se ocupan de cuestiones ambientales”, dijo, insistiendo en la cuestión de que la iglesia puede tener un poder influyente. “Si, teológicamente, el CMI propone puntos de referencia éticos, ¿por qué no fortalecer el proceso de toma de conciencia y sensibilización entre tales actores, de forma que el programa ejerza un impacto más significativo sobre los resultados finales de las negociaciones?"

"Nosotros, los cristianos, alertamos hace varios años acerca de la urgente necesidad de promover una ética de responsabilidad social sobre la gestión de los recursos naturales y del cuidado de la creación, lo que denominamos 'administración de la creación'”, recordó Salibian a los oyentes.

“Este concepto sigue estando en radical oposición a la escuela de pensamiento actualmente dominante que afirma la supremacía de la economía sobre la naturaleza, y que resulta opresora para muchos seres humanos, además de romper las relaciones de las personas con la naturaleza".

Insistiendo en la necesidad de una revisión de la teología latinoamericana, el encargado del programa del CMI sobre el cambio climático, Guillermo Kerber, de Uruguay, añadió que uno de los principales impactos del cambio climático sobre la teología es la necesidad emergente de reformar la comprensión teológica de la creación.

"¿Cuál es el lugar del ser humano en la creación y en relación con ella? Necesitamos un cambio epistemológico de nuestra teología en relación con la ecología", dijo Kerber.


Paz con la tierra

Uno de los esfuerzos metodológicos realizados durante el evento ha sido el intento de explicar los vínculos entre violencia, construcción de la paz y cuidado de la creación. Es esto un reflejo de uno de los temas principales, “paz con la tierra”, de la próxima Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz (CEIP) que se celebrará el 17 al 25 de mayo en Kingston, Jamaica, patrocinada por el CMI, la Conferencia de Iglesias del Caribe y el Consejo de Iglesias de Jamaica.

De las reflexiones del seminario celebrado en Argentina surge una visión holística que trata de basarse en el reconocimiento de que la crisis ambiental derivada del cambio climático tiene componentes económicos, políticos y espirituales.

El impacto del cambio climático, especialmente sobre la migración, está dando lugar a un debate de base ética sobre la cuestión de la justicia que implica el testimonio de los grupos más vulnerables, tales como las mujeres, las poblaciones empobrecidas y los pueblos indígenas.

"Debemos reconocer que la justicia es un tema central en la Biblia. El Dios de la Biblia es un Dios de justicia que hace justicia. Por ello, incluimos en nuestra teología la cuestión de la 'eco-justicia'", dijo Kerber.

 

No es ésta la primera vez que el CMI y sus iglesias miembros apoyan en Argentina el diálogo y la reflexión sobre la ecología y la teología.

Además de un evento sobre el tema "el hombre y su medioambiente" que tuvo lugar en 1974, se celebró también en 1990 un seminario sobre "crisis, ecología y justicia social". El seminario, hospedado por ISEDET, se organizó en preparación del proceso Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC), que tuvo lugar ese año en Seúl, Corea del Sur.

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(*) El Dr. Marcelo Schneider ha trabajado como ayudante del moderador del Comité Central del CMI desde 2006. Vive en Porto Alegre, Brasil, y escribe para varias agencias de noticias ecuménicas y relacionadas con la iglesia de América Latina.

Más información acerca de la actividad de sensibilización del CMI sobre el cambio climático

Página web de la Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz:
www.superarlaviolencia.org