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Personas recibiendo alimento de ACT Alianza en Rumading (Sudán del Sur). © Paul Jeffrey/ACT Alianza, 2017

Personas recibiendo alimento de ACT Alianza en Rumading (Sudán del Sur). © Paul Jeffrey/ACT Alianza, 2017

Estamos muy lejos de hacer lo suficiente para salvar las vidas de los 20 millones de personas que padecen hambruna en Yemen, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. Entre ellos están 1,4 millones de niños, que están expuestos al riesgo inminente de muerte a menos que reciban ayuda inmediatamente.

En el presente y en los tiempos que vivimos, no se puede tolerar la hambruna, no solo porque todos y cada uno de los seres humanos son valiosos ante los ojos de Dios y tienen derecho al alimento, sino también porque el hambre afecta a los más débiles y vulnerables de entre nosotros.

Es el deber moral de las naciones ricas hacer todo lo posible por proporcionar fondos y ayuda humanitaria, y trabajar para erradicar las causas subyacentes que conducen a la inanición: los conflictos, la gobernanza deficiente y el cambio climático.

El domingo pasado, se invitó a más de mil millones de cristianos a participar en un Día internacional de oración para acabar con el hambre. Nosotros, como signatarios, ayudamos a organizarlo, porque creemos que esta crisis necesita nuestras oraciones y la acción de los gobiernos, la sociedad y las comunidades religiosas.

La crisis actual está teniendo lugar en un contexto de exacerbación del hambre.  El número de personas que necesitan ayuda alimentaria se ha elevado un 35 por ciento en el año pasado, pasando de 80 a 108 millones de personas. Estas estadísticas aterradoras ciernen su sombra sobre los esfuerzos mundiales para acabar con la pobreza y el hambre antes de 2030, y nos muestra que, aunque las cosas estén mejorando para la gran mayoría del mundo, la situación está empeorando para aquellos que ya la están sufriendo.

Las organizaciones humanitarias (y nuestros miembros de las iglesias en el terreno) nos advierten de esta catástrofe. En África Oriental, se están desplazando cientos de miles de personas, huyendo del hambre, o se ven desplazadas fuera de las fronteras, a asentamientos en malas condiciones.  Uganda alberga ahora el mayor campo de refugiados del mundo, Bidi Bidi, con más de 270 000 personas. Cada día llegan miles de sudaneses del sur a Uganda, cientos de entre los cuales son niños solos, que han perdido a sus padres. La ayuda alimentaria es desesperantemente escasa.

En Somalia, cientos de miles de personas han huido de las tierras áridas en las que la sequía ha acabado con manadas enteras de ganado y abandonado aldeas que no ofrecen ninguna razón para permanecer en ellas. Los trabajadores humanitarios nos informan del padecimiento de las madres que pierden a sus hijos debido al hambre y la sed durante el largo camino que recorren para encontrar agua y alimentos.

El cólera, la diarrea y otras enfermedades también están matando a los niños, ya que sus cuerpos debilitados son incapaces de hacer frente a enfermedades que, en otras condiciones, son tratables. Ellos y sus familias están muriendo silenciosamente en aldeas remotas, en el trayecto que recorren para encontrar ayuda, o atrapados en zonas de conflicto en las que se exponen al peligro de bombardeos, secuestros, violaciones y violencia.  Los niños pagan un precio muy alto.

La vez última que se había oído hablar de hambruna en el mundo fue en 2011, cuando murieron 260 000 somalíes, la mayoría de ellos, niños.  La situación actual es aún peor. La ONU afirma que no se ha experimentado una crisis humanitaria de estas dimensiones desde 1945. Aun cuando conocemos la trayectoria de esta crisis, la respuesta es demasiado lenta. ¿Por qué solo respondemos cuando la muerte nos mira de frente?

Esta es la razón por la cual esta crisis necesita un liderazgo inspirador por parte de los jefes de Estado del G7. Su liderazgo es necesario para dirigir la actuación en tres áreas.

En primer lugar, está el compromiso de proporcionar los fondos necesarios para la ayuda humanitaria. Esto incluye, junto con la ayuda alimentaria, el tratamiento terapéutico y los suplementos que necesitan los niños para apartarse del abismo de la hambruna, el reparto de agua potable con camiones, e iniciativas de salud y saneamiento para frenar la propagación de enfermedades mortales. Hasta ahora, solo se han recibido 1,6 mil millones de dólares de los 4,9 mil millones que se necesitan. El resto se necesita urgentemente. Todo compromiso adquirido debe traducirse en un aporte de fondos.

En segundo lugar, se necesita también compromiso con la ardua labor de abordar las causas fundamentales del conflicto y de la injusticia. Esto significa trabajar de manera sistemáticca en los lugares más complejos y peligrosos del mundo. Las naciones y los organismos internacionales tienen que decidir fomentar la paz antes de que estallen los conflictos, exigir responsabilidad a los gobiernos por perpetrar abusos de los derechos humanos y por instigar los conflictos en lugar de aplacarlos, colaborar con los gobiernos para crear instituciones, grupos de la sociedad civil y un Estado de derecho, y proporcionar fondos para las iniciativas de ayuda a los pobres a la hora de enfrentarse al cambio climático.

El G7 debe rechazar las ideas de aquellos que abogan por una menor intervención y por recortar los fondos destinados a la labor humanitaria y de desarrollo. Se necesitan más fondos, y no menos, para evitar que se expandan las consecuencias perniciosas de la injusticia, el desplazamiento y el aislamiento.

Por último, rogamos por que los líderes del G7 inspiren a todos los gobiernos a apoyar a las personas más vulnerables del mundo para hacerles extensivas el mismo tipo de mejoras y prosperidad que ya están experimentando cientos de millones de personas. La crisis de la hambruna que estamos presenciando ahora es el estertor de la muerte que deja tras de sí la pobreza extrema. Poner fin a esta crisis requiere una voluntad política, un compromiso y unos fondos constantes por parte de los gobiernos y de sus ciudadanos. Este es el momento de salvar vidas y continuar con la labor de acabar con esta lacra.

Signatarios:

ACT Alianza
John Nduna
Secretario General
Persona de contacto: Nick Clarke,
jefe de estrategia y colaboraciones
Teléfono: +41 22 791 6235
Móvil: +41 79 505 4927
Skype: nick.c.nz

Caritas in Veritate Internacional-CiVI
Henrio Cappello
Presidente y director ejecutivo
Oficinas de CiVI EE.UU. (Arise y China)
3443, N. Central Avenue,  Suite 1002,
Phoenix, AZ 85012, EE.UU.
Tel. +1 202 997 8888
Tel. +1 602 795 9810
[email protected]

Federación Lutherana Mundial
Rev. Dr. Martin Junge
Secretario General
Persona de contacto: Arni Svanur Danielsson,
jefe de Comunicación
Email: [email protected]
Teléfono: +41 22 791 6367

Ejército de Salvación
General André Cox
Persona de contacto: Teniente coronel Dean Pallant
Director de la Comisión de Justicia Social Internacional
Comisión de Justicia Social Internacional
Email: [email protected]
Teléfono: +44 [0] 7825 427088

Consejo Mundial de Iglesias
Rev.Dr. Olav Fykse Tveit
Secretario General
Persona de contacto: Marianne Ejdersten,
Directora de Comunicación del CMI
Email: [email protected]
Teléfono: +41 79 507 63 63
Skype: marianne.ejdersten

Alianza Evangélica Mundial
Obispo Efraim M. Tendero
Persona de contacto: Christine MacMillan
Secretaria general adjunta- Participación pública
Moderadora: Grupos de trabajo internacionales sobre la trata de personas y sobre los refugiados
Alianza Evangélica Mundial
M. +1.416.825.6282
E. [email protected]
W. worldea.org F. facebook.com/worldea
Church Street Station, C.P. 3402, Nueva York, NY 10008-3402

Visión mundial internacional
Thabani Maphosa
Director de colaboración y ayuda alimentaria
Email: [email protected]
Móvil: +1 (202) 341 7549
Skype: thabani_maphosa
300 I Street, N.E. | Washington, DC, 20002 EE.UU

Chris Derksen Hiebert
Visión mundial internacional, director de políticas públicas y relaciones exteriores
Email: [email protected]
Teléfono: 1.416.275.0818
Skype: chrisderksenhiebert
Oficina en Canadá (GMT-4)
Chris estará disponible en el G7 a partir del miércoles 24 de mayo

Christopher Hoffman
Visión mundial internacional,
Director de asuntos humanitarios y de emergencia para la región de África Oriental, maestría en gestión de proyectos
Móvil: +254 705 165 535
Skype: chrishoffmandrm
Christopher está disponible para hablar sobre la respuesta humanitaria en África Oriental