La reunión de este año del Comité Central del CMI, celebrada en Ginebra, que concluyó el martes 3 de septiembre, centró sus trabajos en las cuestiones relativas a la futura configuración del Movimiento Euménico y del propio Consejo.

El secretario general del CMI, Dr Konrad Raiser, dio el tono en su informe de apertura el lunes 26 de agosto proponiendo "una nueva configuración ecuménica" en el siglo XXI. El moderador del Comité Central, S.S. Aram I, catolicós de Cilicia, instó por su parte a las iglesias a dejar de utilizar sus diferencias para defenderse contra las otras, y a pasar "de un concepto estático a un concepto dinámico de la iglesia". Anastasia Vassiliadou, una joven de la Iglesia Ortodoxa Griega, que efectúa una pasnatía en el CMI, había resumido las esperanzas puestas por los jóvenes en un Movimiento Ecuménico renovado en el 75° aniversario de la Comisión Fe y Constitución en Lausana, el domingo 25 de agosto. Vassiliadou pidió a Fe y Constitución que ampliara su perspectiva y que "intensificara sus esfuerzos en pos del objetivo de la unidad visible de la iglesia".

Un paso importante hacia la renovación de "la estructura, el estilo y la manera de ser" del CMI se dio el lunes 2 de septiembre, cuando el Comité Central recibió y suscribió, con algunos cambios formales, el Informe Final de la Comisión Especial sobre la participación de los ortodoxos en el CMI.

Al comienzo de la reunión, los debates se centraron en los cinco temas principales del Informe: eclesiología, cuestiones sociales y éticas, culto en común, toma de decisiones por consenso, y forma futura de la adhesión al Consejo y de la representación en sus reuniones. Los cambios propuestos para la vida de culto del CMI suscitaron reacciones apasionadas. La obispa Margot Kaessmann de la Iglesia Evangélica de Alemania se lamentó de que las propuestas de culto en común dividieran el culto en experiencias "confesionales" e "interconfesionales". El obispo Christoph Klein de la Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo de Rumania dijo, por su parte, que, hace tres años, estaba muy apegado al culto ecuménico, pero la experiencia de formar parte de la Comisión había sido para él un "proceso de aprendizaje" en el que había podido comprender la sensibilidad ortodoxa en relación con el culto ecuménico. "No se trata necesariamente de dar un paso atrás por temor. Es más bien el resultado de un diálogo de amor, que aspira a ser un diálogo de verdad y de autenticidad", apuntó Klein. El obispo Leonid Kishkovsky de la Iglesia Ortodoxa de los Estados Unidos de América también defendió las conclusiones del proceso de tres años. Aunque ha participado en muchos cultos ecuménicos, no ha querido asistir a aquellos que pudieran dar la impresión de que las iglesias ortodoxas y protestantes ya estaban unidas. Para Kishkovsky, lo que el informe dice sobre el culto "es una propuesta para proteger un amplio espacio de culto ecuménico para todas las tradiciones". La propuesta de "culto en común" fue recibida por el Comité Central y transmitida al Comité Permanente sobre Consenso y Colaboración para un examen más exhaustivo.

En el debate final, fue la toma de decisiones por consenso lo que suscitó mayor preocupación, y el Comité decidió poner a prueba el proceso de formación de consenso en las reuniones del Comité Central en 2003 y 2005, y presentar los resultados en la Asamblea en 2006.

El Comité Central aprobó una declaración sobre Asia meridional que trata de las cuestiones de religión, política e intolerancia en la región, en particular en Bangladesh, así como de las situaciones de conflicto en Sri Lanka, y entre India y Pakistán. Otras declaraciones trataron de la amenaza de acción militar contra Irak, la violencia en Colombia, y la respuesta ecuménica al conflicto israelí-palestino. El Comité aprobó notas sobre el proceso de paz en Sudán, sobre Micronesia y la República de las Islas Marshall, sobre la tragedia del 11 de septiembre y sobre las consecuencias de la respuesta del Gobierno de los Estados Unidos.

El Comité Central, compuesto de 158 miembros, examinó también los planes de programa del CMI para 2003-2005 con miras a reforzar la organización y marcar el rumbo para el futuro. El Comité respondió a la petición del Comité de Finanzas de que se redujeran los gastos en vista de la falta de reservas generales para cubrir un déficit eventual en el presupuesto de ingresos en 2003.

En un informe preparado conjuntamente por los comités de Finanzas y de Programa, el Comité Central aceptó las propuestas de un plan de reducción considerable de los gastos presupuestarios para 2003. Las reducciones requerirán un importante reajuste de los costos de programa e infraestructura. Los planes tendrán que ser aprobados por los miembros de la Mesa del CMI y por representantes de los Comités de Programa y de Finanzas a principios de diciembre de 2002 a más tardar. El informe recomienda también que delegados del CMI de todas las regiones hagan saber a sus iglesias "la urgencia de la situación".

El Comité inició el procedimiento para la elección de un nuevo secretario general del CMI. Designó un Comité de Selección de 18 personas que propondrá candidatos para suceder al Dr Konrad Raiser, el cual, tras haber desempeñado el cargo de secretario general desde enero de 1993, ha decidido jubilarse a finales de 2003.

Mirando adelante hacia 2006, y respondiendo a la invitación del Consejo Nacional de Iglesias del Brasil (CONIC), el Comité seleccionó Porto Alegre (Brasil), como lugar para la próxima Asamblea General.

Los documentos de la reunión del Comité Central que se celebró en 2002 pueden leerse en la dirección siguiente (por idioma) del sitio Web del CMI:

www2.wcc-coe.org/ccdocuments.nsf/standard-sp