El Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) exhortó a las Naciones Unidas a instaurar en Irak un gobierno legítimo y pidió la transferencia de la administración de transición a este organismo, así como la retirada de las fuerzas de ocupación.

Las exhortaciones son parte de una declaración aprobada durante la reunión que el Comité mantiene en Ginebra del 26 de agosto al 2 de septiembre, y en la cual deplora la invasión y ocupación de Irak por parte de fuerzas extranjeras, calificándola como "acto de agresión" que viola la Carta de las Naciones Unidas.

La declaración también condena los actos de violencia y destrucción que han tenido lugar en la nación irakí en el período de postguerra, de manera especial el atentado terrorista a la sede de las Naciones Unidas en Bagdad y el asesinato de líderes religiosos.

Al mismo tiempo, insta a que se facilite la ayuda humanitaria para que pueda llegar hasta las personas necesitadas, tomando como referente que el 80 por ciento de la población irakí vive en la pobreza.

Mencionando el hecho de que la deuda del país oscila entre los 100 y los 150 mil millones de dólares, sin contar las indemnizaciones pendientes de la Guerra del Golfo de 1991, la declaración pide a los estados miembros de las Naciones Unidas que establezcan mecanismos trasnaparentes de arbitraje que cancelen la deuda originada en préstamos al régimen anterior.

El Comité Central del CMI manifiesta preocupación por "las consecuencias políticas, sociales, culturales y religiosas a largo plazo de esta guerra y de la ocupación ininterrumpida, especialmente por las negativas repercusiones sobre las relaciones entre cristianos y musulmanes y la exacerbación del odio 'hacia el mundo occidental', que fortalece las ideologías extremistas".

La declaración también afirma el papel de las iglesias, en colaboración con otras comunidades religiosas, en la reconstrucción del país y aprueba la creación de mecanismos de diálogo interreligioso.

En una minuta aprobada separadamente, el Comité Central del CMI acogió con aprecio la solidaridad de las iglesias y agencias de cooperación paraeclesiales que apoyan el Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel.

A un año de haber sido puesto en marcha este programa, el documento reconoce el valiente testimonio de los acompañantes ecuménicos que han dado muestras de solidaridad activa con el pueblo palestino, y pide a las iglesias y organizaciones ecuménicas a involucrarse activamente en él.

Al mismo tiempo, expresa su preocupación por los toques de queda, impedimentos a la libre circulación, ejecuciones extrajudiciales, atentados suicidas, así como por el muro de separación erigido por las autoridades israelíes.

El documento condena las acciones violentas de ambas partes y pide a las iglesias que se unan a los patriarcas y jefes de las iglesias, comunidades e instituciones en Jerusalén en sus "oraciones por la paz y la reconciliación en la Tierra Santa".

El Comité Central del CMI lamenta que, no obstante sus llamados al gobierno israelí, éste continúe negándose a reconocer la elección de Su Beatitud Patriarca Ireneo I como jefe del Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén.

El obispo (emérito) metodista argentino Aldo Etchegoyen agradeció la declaración del Comité Central sobre Irak, porque ayudará a las iglesias latinoamericanas a expresar la oposición del movimiento ecuménico a la ocupación de ese país. "Nuestros gobiernos están siendo presionados para enviar tropas a Irak, y es difícil resistirse", explicó Etchegoyen.

Los textos completos de la declaración y la minuta estarán pronto disponibles en:

www2.wcc-coe.org/ccdocuments2003.nsf/Standard-sp