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Los acompañantes ecuménicos llegan para pasar la noche en Khan al Ahmar. Todas las fotos son de Albin Hillert/CMI

Los acompañantes ecuménicos llegan para pasar la noche en Khan al Ahmar. Todas las fotos son de Albin Hillert/CMI

Por Albin Hillert*

La fecha prevista para la demolición de Khan al Ahmar era el 1 de octubre. Aunque la comunidad beduina sigue en pie, la sensación es que las excavadoras pueden aparecer en cualquier momento.

Los acompañantes internacionales del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (CMI-PEAPI) ofrecen una presencia protectora a la comunidad, tanto de día como de noche, siendo testigos de la vida bajo la ocupación y dando su apoyo a quienes la viven, en un esfuerzo por lograr la paz justa para todos en Palestina e Israel.

Es el final de la tarde en Khan al Ahmar. Ubicado en una pequeña colina en la zona E1 de la periferia de Jerusalén Este, Khan al Ahmar está compuesto principalmente por familias de refugiados palestinos desde 1948.

En mayo de 2018, la Corte Suprema de Israel aprobó la orden del Ministro de Defensa de Israel de demoler Khan al Ahmar. Para muchos en Khan al Ahmar, no sería la primera vez, ya que el pueblo es el hogar de unas cuantas docenas de familias de la tribu Jahalin, que fueron expulsadas de sus hogares en Negev y llegaron a la Ribera Occidental en la década de 1950.

La demolición de Khan al Ahmar allanaría el camino para que los asentamientos israelíes cercanos se expandan, provocando una mayor separación entre los palestinos al sur y al norte de la Ribera Occidental. Por lo que más de 500 personas de los alrededores se reunieron para pasar la noche en Khan al Ahmar, el 1 de octubre, en la fecha prevista para la demolición. Días después, aún hay cientos de personas reunidas allí, como muestra de solidaridad y para dar testimonio, en caso de que se produzca la demolición.

Tres acompañantes ecuménicos del CMI-PEAPI han llegado para pasar la noche en Khan al Ahmar. Están allí para garantizar una presencia internacional, una documentación precisa y la existencia de testimonios en caso de que tenga lugar la demolición. Aunque la situación no es segura, los acompañantes siguen comprometidos con su tarea, ya que su forma de verlo parece ser simplemente que “si aquí nos necesitan, aquí estamos”.

Dos hombres comparten una comida sencilla junto a la entrada del edificio de la escuela de Khan al Ahmar. La escuela fue construida en 2009, y hasta hoy acoge a niños de entre 6 y 15 años, tanto de Khan al Ahmar como de otras cuatro comunidades cercanas.

Huellas de manos de niños decoran la pared de la escuela. De llevarse a cabo la demolición, los más de 150 niños de la escuela tendrían que buscar otras formas de acceder a la educación, la mayoría de ellos probablemente en Jericó, a unos 20 kilómetros de distancia.

Aunque no es su nombre oficial, la escuela es conocida en la zona como “la escuela de los neumáticos”. Una escalera formada por viejos neumáticos de auto conduce al edificio del centro, que, en parte, está construido con neumáticos y barro.

Como Khan al Ahmar es una comunidad mayoritariamente musulmana, el día culmina con la oración de la tarde, bajo la gran carpa que da refugio a los que se han reunido para pasar la noche.

Cuando cae la noche, hombres, mujeres y niños se acuestan en simples colchones para descansar toda la noche, con la incertidumbre de no saber cuánto tiempo más podrá permanecer la comunidad en Khan al Ahmar.

Publicación en el blog: La comunidad beduina de Khan Al Ahmar lucha por la justicia en medio de graves amenazas diarias (blog del PEAPI, 20 de julio de 2018, en inglés)

El CMI condena la demolición prevista en una aldea beduina (comunicado de prensa del CMI del 13 de julio de 2018)

Más información sobre el CMI-PEAPI

*Albin Hillert trabaja para el departamento de comunicación del Consejo Mundial de Iglesias.